El mejor error¹ ☘ ChanIn

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La casa grande está feliz, el pueblo está feliz, la noticia de que el alfa ya estaba casi recuperado daba esa buena energía que les da felicidad, no querían perder a su líder, no cuando Chan es un líder amable que jamás levantaría un látigo contra algún campesino.

Las omegas y betas de la casa estaban revoloteando por toda la casa con la noticia de que el omega y su líder ya dormían juntos, además de que Jeongin tenía impregnado el olor de Chan, los empleados no se sorprenderían de que un cachorro estuviera próximo.

—Ya duermen juntos. ¿Qué más pruebas quieres, Minho? —reprendía Hyunjin, Minho seguía necio diciendo que no se iría sin Jeongin.

—No lo ama, lo sé, Jeongin me quiere a mí —se defendió el más alto.

Hyunjin negó sabiendo que les quedaba poco para ser descubiertos.

—Vámonos antes de que el líder se entere, no solo es tu vida la que está en peligro, Minho.

—Vete entonces, si solo te pongo en peligro, vete —ambos alfa se miraron firme, frente a frente a tan escasos centímetros de sentir sus respiraciones, Hyunjin cedió primero.

—No voy a abandonarte —Minho suavizó su semblante ante la declaración de su amigo.

—Minho —se escuchó la voz del omega castaño, Jisung.

Jisung apareció por la puerta de la casa donde Minho se hospeda.

Hyunjin no quería admitir que su alfa aulló feliz de mirar a tan radiante omega. Pero sus sentimientos ya eran de Minho, por lo que trató de moderar sus miradas a Jisung por el bien de su estabilidad mental, no podía encariñarse de nadie del pueblo.

—Dime —respondió Minho.

—Jeongin quiere... —el omega dudó un poco, la presencia de ambos alfa lo abrumaba—, verte.

Minho sintió la alegría abordarlo.

—¡¿Dónde?!

—Hoy a media noche, en la capilla —Minho asintió feliz, Hyunjin desvió la mirada, no queriendo ser testigo de cómo el alfa alto anhelaba ver a su gran amor.

Jisung se fue sin más. La sensación en su corazón le daba tranquilidad, y fuerza, se creía capaz de correr mucho sin desmayarse, como si esos alfas fueran...

Suyos.

Aquellos que lo salvaría de su pronta muerte y le daría la felicidad que tanto desea desde su niñez, cuando su padre le contaba las historias de alfas y omegas que se amaban tanto que se sentía hasta en los huesos

Pero la tristeza lo hizo caer de rodillas sobre frío suelo, Minho ya ama a alguien, y aunque fuera verdad que sus destinos están unidos el amor no se puede forzar.

Trató de levantarse, pero su corazón dolió. Y todo se volvía oscuro cada vez más, hasta que perdió la consciencia.