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—¡POR SUPUESTO! —ANTES DE UNIRSE A AKAASHI, el más alto se acerca un poco más al chico con el que estaba hablando, poniendo las revista que cargaba en las manos del contrario— realmente quería terminar de leerlo hoy, ¡Pero creo que es mejor que los leas tú primero!
Bokuto habla con un poco de recelo, quería terminar Foruba y justo por eso había iniciado esa conversación con ese extraño. Se estaban peleando por cual se llevaría los últimos volúmenes del manga y a partir de ahí forjaron toda una discusión alrededor de su trama. Pero debe ayudar a Akaashi y enseñarle sobre este nuevo Bokuto.
—Espero vernos más tarde para hablarte del final. —el chico le sonríe levemente con sus aires de gato—
—¡Nos vemos luego, bro!
Akaashi ve toda la interacción desde un lado, se siente como un intruso, pero aprovecha el segundo en el que Bokuto se gira de regreso a él para tomarlo del brazo. La repentina acción de la propiedad sobre el nuevo albino fue tan espontánea que no nota el inmenso sonrojo que se ha formado en las mejillas de Kotaro.
No sabe qué hacer ahora, mintió para tener la atención del alto sobre él, Akaashi se consigue arrastrándolo por todo el local hasta que finalmente una idea viene a su mente.
—No alcanzó ese libro, ¿Podrías bajarlo por mí? —la petición de Akaashi hace a Bokuto dudar un poco—
Hay trabajadores que pueden hacer eso por él, ¿para qué quiere que yo lo haga?
Sin embargo, no se niega. Estirándose un poco sobre sus zapatillas de plataforma baja, logrando alcanzar ese gran libro que no estaba muy lejos del posible agarre de Akaashi.
La verdad es que Akaashi ya ha leído ese libro, uno de sus favoritos, pero fue lo mejor que pudo pensar desde que sabía que siempre ponen el texto en los estantes más altos por ser copia única.
Un breve silencio se estanca en ellos cuando sus miradas colisionan. Bokuto lo mira con ternura por su emoción, mientras que Akaashi lo hace por curiosidad. Pero esa ausencia de las palabras entre ellos ha iniciado un nuevo capítulo en su historia no escrita.
Muy despistados y ciegos deben ser para no notar la tensión que se ha formado. Han leído cientos de veces escenas como esta, donde los dos protagonistas ven todo lo que quieren en el otro, ya sea en una larga novela romántica o en medio de un manga sobre artes marciales, pero ahora que ellas son esas protagonistas, se niegan a verlo.
—¿Por qué este cambio tan radical? —Akaashi rompe el silencio sin despegar sus ojos de Bokuto—
—Un cambio nunca está mal, además, creo que es momento de ser un poco más como las chicos de mi edad. ¿No te gusta?
Ese ligero deje de desesperación de Bokuto en su pregunta logra ser muy bien disfrazado por su ronca voz.
Ha cambiado para Akaashi, quiere ser y lucir como alguien que se merece un lugar al lado del chico. Bokuto lo ha idealizado de una forma incorrecta, se subestima a sí mismo.
Y aunque ha descubierto nuevos gustos y se siente cómodo con cómo luce ahora, sabe que le gustaría mucho más usar aquello que ha dejado al fondo de su armario.
—Luces muy bien, en realidad. —Akaashi suelta sin pensarlo mucho—. Aunque ya lucías hermoso antes de este cambio.
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