𖤐ʾ 𓏲 ִֶָ𝐕𝐎𝐋𝐔𝐌𝐄𝐍 𝐗𝐈𝐈 ᭺ ͘ !

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𓂃 . ¿QUÉ LEES HOY?  ༄ ‧₊
𝐈̶̲𝐈̶̲ ˖ 12 ◖ ❛ 𝐃𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐀𝐏𝐄𝐍𝐀𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐈𝐄𝐍𝐃𝐄𝐍 ❜ 𓄲

 ¿QUÉ LEES HOY?  ༄ ‧₊𝐈̶̲𝐈̶̲ ˖ 12 ◖ ❛ 𝐃𝐎𝐒 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐐𝐔𝐄 𝐀𝐏𝐄𝐍𝐀𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐈𝐄𝐍𝐃𝐄𝐍 ❜ 𓄲

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DOS MANOS ENTRELAZADAS HACEN SU CAMINO por las calles que se oscurecen por el sol poniéndose en el horizonte. Con cada paso y milímetro del sol ocultándose los sentimientos de Bokuto se descontrolan, había querido esto desde hace meses ya pero no pensó que sería con él siendo arrastrada por Akaashi entre las personas que abarrotan las calles a estas horas.

Por otro lado, Akaashi ha reclamado el tacto de Bokuto sobre el suyo; las manos del más alto son del tamaño perfecto para resguardar las suyas y aunque le cueste admitir su propia vergüenza e inexperiencia con estas emociones, no quiere que la suelte nunca.

—En esta calle hay un restaurante que sirve el mejor ramen de todos. —Bokuto detiene el paso de Akaashi jalándole a su dirección.—

El azabache menor lo sigue, su hombro rozando el brazo de Bokuto suavemente al caminar. Su diferencia de altura con el chico de orbes dorados es notoria, haciendo que su aspecto de chico rudo contraste por completo la simpleza y elegancia de Akaashi.

Cualquier persona que los viera apostaría que son dos enamorados iniciando su propia historia en el libro que es la vida. El nerviosismo de Bokuto que solo Akaashi ignora, la seguridad de Keiji volviéndose agua sobre el agarre de sus manos pero qué Bokuto no aprecia. Son la imagen perfecta de dos corazones que apenas entienden lo que es tener a alguien guardado allí.

—Es aquí.

Bokuto abre la puerta corrediza del antiguo y medianamente concurrido lugar. Mesas tanto llenas como vacías y una barra donde hombres de traje discuten temas de desinterés para los chicos que acaban de entrar. El más alto se mueve en el recinto con naturalidad, este ha sido su escondite de los comentarios poco amistosos de sus compañeros de clases.

Aunque no se considera a sí mismo un blanco de insultos, burlas y bromas de mal gusto por parte de aquellos con los que comparte curso, no puede haber nada con el ser excluido y recibir de vez en cuando connotaciones patéticas sobre sus gustos.

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