Stray Kepo

Happy ending

- ¡Allí! ¡Allí! ¡Puede que sea ese! - dijo un señor a lo lejos

- ¡Ya lo veo! Tiene un gorro de mago, también está herido por quemaduras y golpes - dijo otro hombre que estaba a su lado

Kylo los reconocía, tenían batas blancas, eran los hombres de aquel sitio blanco donde había un cohete.

- ¿Qué te ha pasado pequeño? - dijo uno

Tranquilo te vamos a ayudar - dijo el otro poniendo a Kylo entre sus brazos

A Kylo no le hacía gracia que lo agarrasen sin permiso, pero prefería eso a andar, le faltaban las fuerzas. Más tarde llevaron a Kylo al laboratorio blanco con muchos botones, le quitaron el gorro y la capa y le montaron en un aparato extraño después de tratarle las heridas y darle un baño que costó de darle. Luego se montó otra vez en un cohete horizontal junto con un hombre alto con bata.

- Espero que esta vez salga bien - dijo el hombre

Tuvieron el viaje de ida y vuelta tranquilamente. Al volver, Kylo bostezó, pero esta vez no salió fuego. Kylo se sentía extraño, se sentía un gato normal y corriente después de ir a ese laboratorio de nuevo.

- ¡¡¡El viaje temporal ha sido un éxito!!! - exclamo el hombre de la bata que acompañó a Kylo

Muchos científicos empezaron a celebrarlo como nunca, sin embargo, Kylo solo pensaba en dormir. Esa noche Kylo comió como es debido y durmió en una cama mullida y cómoda. Al día siguiente. Kylo volvió a observar atentamente por ese cristal donde veía la larga cola hacia el cohete y reconoció al hombre del último lugar. Era aquel amable hombre con bigote que le cuidó aquel día. Aquel hombre no hizo cola para el viaje en cohete, sino que se dirigió a llamar a la puerta que daba a la sala donde estaba Kylo. Un chico con bata abrió la puerta.

- Hola señor, ¿tiene algún problema?

- No, en absoluto, soy Ruy Sawamura, me he enterado de que aquí tenéis un gato que ha sufrido  dijo el señor con bigote - Quería preguntar por él, lo cuidé hace unas semanas y le cogí cariño.

- Si aquí lo tenemos, lo recuperamos ayer mismo, el pobre estaba hecho polvo, pero nos ocupamos de él. Es un gato de compañía del laboratorio, lleva con nosotros 4 meses, aunque lo perdimos hace unos 7.

Kylo corrió hacia la puerta y se empezó a frotar en las piernas de Ruy con un ronroneo.

- Parece que le gustas - dijo el hombre de bata a Ruy - creo que puedes quedártelo, la última vez que lo tuvimos sufrió un accidente temporal, lo veo correcto.

- ¡De verdad! - se emocionó el hombre bigotudo - no sé cómo agradecerlo, bueno... si no os importa.

- Tranquilo señor, tú solo encárgate de tratarlo bien - respondió el hombre con bata

- Muchas gracias de verdad, que tengan un buen día

Entonces Kylo disfrutó el resto de su vida siendo un gato normal. Sin tener que luchar contra presidentes corruptos. Solo lamiéndose la pata y durmiéndose en las piernas de su dueño bigotudo.