Una semana había transcurrido desde que había llegado al palacio del Min.
Cómo demonios era que todavía seguía vivo luego de tanto que había soportado en este último mes, era algo que desconocía totalmente.
Tal vez, los dioses todavía no le querían en sus aposentos, o tal vez, se estaban divirtiendo demasiado a su costa.
Fuera cual fuera el motivo, JiMin sentía que las fuerzas se le iban agotando día tras día.
Cada vez, las esperanzas de que le fueran a rescatar iban drenándose de su cuerpo, y los recuerdos de su familia le parecían dolorosamente lejanos de sí.
—¡Hey! —El chasquido de dedos en frente suyo le llamó la atención— ¿En qué estabas pensando, JiMin-ah? — Preguntó un hermoso joven de ojos y cabellos café mientras nadaba hacia su persona—Estuve llamándote por largo rato— En su boca se formó un adorable puchero, que logró sacarle una pequeña sonrisa.
A pesar de tener casi la misma edad y ambos ser donceles, tenía un algo que le recordaba a alguien que extrañaba demasiado. Tal vez sería su entusiasmo, o tal vez el brillo de su mirada que parecía ser la misma que reflejaban en él.
—Lo siento, TaeHyunggie...— Murmuró con cansancio— Estos días han sido...— Se mordió la lengua para evitar decir lo que realmente pensaba, no queriendo ofender a quien le había mostrado tanta hospitalidad en el reino del Min.
TaeHyung comprendió y le ofreció una sonrisa— Una verdadera mierda, ¿Verdad? —Se encogió de hombros— Siéntete con la libertad de decirlo cuando estés conmigo— JiMin asintió lentamente, intentando confiar en su nuevo aliado— No sé cómo soportaste tanto, JiMinnie...— Indicó mientras tomaba una de las pequeñas toallas que tenía a los costados de la piscina, mojarla y colocarla sobre su cuello. Suspiró al sentir como el calor hacía que la contractura en su cuello mejorara— Sí yo hubiera estado en tu lugar, ya habría pasado a mejor vida desde el momento cero.
—No digas eso, TaeHyunggie— Se apresuró a contradecirlo.
—¡Es la verdad! — Negó— Toda mi vida me la pasé encerrado en una jaula de cristal— Una mueca se formó en su rostro— Primero, mis padres que quisieron criarme como una dulce princesa tan solo por ser doncel— Mencionó recordando tantos desplantes de sus padres— ¡Cómo sí no pudiera hacer lo mismo que su otro tonto hijo hormonado! — JiMin no pudo evitar que una carcajada se escapara de sí, lo que hizo que ambos estallaran en risas— ¡Tengo razón! Dime, sí no...—Sí no hubiera sido por su mejor amigo, TaeHyung no sería más que una damisela en apuros con cada adversidad que pudiera presentarse.
—Creo que tienes mucha razón... — Hundió sus hombros en el agua, sintiendo como la tensión en sus músculos se aflojaba—El prejuicio hacía los donceles se ve en todo el mundo a decir verdad— Comenzó — Pero no puedo decir nada de mi familia, nunca hicieron diferencias entre mi hermano y yo— Mencionó con añoranza de las tantas veces que el menor de la familia y él se la habían pasado de travesura en travesura. La única diferencia entre ambos había sido su presentación en la comunidad, pero eso excedía a sus familiares más cercanos.
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Odalisque | YM
Fanfiction- Baila, esclavo. - indicó el extraño, arrastrando la última palabra. JiMin tragó grueso, aferrándose a las vestimentas que le habían otorgado minutos antes, pensando en qué lo único que detendría una bala sobre su cabeza sería la forma en la que...