¿Cómo demonios era que había terminado en ese asqueroso agujero de dudosa procedencia?
Si, claro. Como si de todas formas fuera capaz de olvidar todo lo que había sucedido y el porqué de su estadía en ese antro de mala muerte.
Aun si miraba sobre sus palmas podía sentir restos de la sangre de todos sus compañeros que habían muerto.
Le habría encantado poder decir que deseaba haber muerto con ellos, pero la realidad estaba lejos de esas ideas. Era egoísta de su parte, pero el horror que había vivido horas atrás había despertado sus más bajos instintos, y todos ellos gritaban lo mismo:
Sobrevivir.
Y eso era lo que estaba a punto de hacer en estos momentos.
El castaño comenzó a quitarse las sucias prendas que llevaba en ese momento, cambiándolas por las suaves y frescas que le habían entregado momentos atrás.
Estaba nervioso, y tener a un imbécil apuntándole con un arma mientras se relamía al ver su cuerpo desnudo, no ayudaba en nada a poder calmarse.
"Tranquilo JiMin, puedes hacerlo." se repetía una y otra vez, mientras su mirada se oscurecía bajo una máscara de frialdad.
La desagradable mirada del cerdo que estaba custodiándole, solo servía para hacer que se apurara en terminar de colocarse las telas sumamente transparentes.
Su nueva vestimenta consistía en una especie de falda azul marina que apenas y tapaba sus partes intimas, teniendo dos aberturas en las piernas, lo que dejaba descubierta gran parte de sus pantorrillas. No contentos con esa exhibición de su persona, también había tenido que colocarse un entramado de cadenas de oro y plata alrededor de su pecho, cinturas y cadera.
Si no fuera por la situación en la que se encontraba, JiMin habría pensado que todo aquello era realmente hermoso...
Salvo por la parte en la que un ejercito de contrabandistas habían asaltado la excavación de tumbas en la que él y su equipo habían estado trabajando desde hacía unas semanas, para terminar asesinando a todo aquel que no les sirviera, dejando a mujeres y a donceles para llevarlos a su sucio burdel.
"Odalisque".
El castaño tuvo que reprimir una burlona sonrisa ante el nombre del lugar en el que se encontraba.
Puede que en el momento en el que le habían secuestrado, le hubieran vendado los ojos, pero JiMin pudo visualizar por el reflejo de una ventana, el nombre del lugar.
"Debes aguantar, Park." se animó. "Puedes hacerlo".
Se dice que cuanto más quieres creer algo, puede que ese algo se vuelva realidad.
— Apúrate, íklan. — (Esclavo*) el apuesto doncel se estremeció al escuchar esa palabra, temiendo realmente su significado. — No tenemos toda la noche.
JiMin finalizó su atuendo con unas tobilleras de plata que se cernían perfectamente a su cuerpo, y luego se colocó un fino velo que refinaba el atrayente rasgado oriental de su mirada esmeralda.
Instantes luego de que había terminado de cambiarse, el sujeto tomó su muñeca para guiarle fuera de la habitación y luego por unos oscuros pasillos, hasta llegar a una puerta con una luz roja.
El tipo tocó la puerta tres veces para luego ingresar con él a cuestas.
— ladaya ahtimal jayid , ya rabi. — ("Tengo a un buen prospecto, jefe") anunció el custodio. Tras estas palabras, el tipejo se puso a espaldas del castaño y le sostuvo por el mentón, acercándole a la luz ante el individuo que estaba sentado de forma despreocupada en el centro de la habitación.
— yumkinuni an araa. —("Puedo verlo") respondió mientras asentía, interesado en el reciente juguete encontrado en el medio de las arenas del desierto.
— kunaa mahzuzin. — ("Hemos tenido suerte") continuó el cerdo que seguía apresándole. "Concéntrate, JiMin." se dijo a sí mismo, mientras era inspeccionado por quién suponía era el jefe del lugar. "No pierdas la calma", se recitó mentalmente.
— 'iinaha bialtaakid eayinat jamila. — ("Ciertamente es un bello espécimen") el extraño se acercó más a la luz, dejando que JiMin pudiera ver su oscura mirada y sentir su pútrido aliento rozar su cuello — kayf wajiduha? — ("¿Cómo lo encontraron?") preguntó.
Quién había estado sosteniéndole por el mentón, se encogió de hombros antes de responder — kunt mae hafaari alqabur — ("Estaba con los excavadores de tumbas") indicó. — 'akid 'anah kan mutazawijan min baed almasakin almasakin aladhin 'ubidnahum. — ("seguro estaba casado con alguno de los pobres infelices a los que aniquilamos"), dicho esto ambos hombres se largaron a reír cínicamente.
— hunak shay' fi nazratih yajdhibuni. — ("Hay algo en su mirada que me atrae") manifestó el jefe.
— antazar hataa taraa muakharataha. — ("Espera a ver su culo") respondió el otro, haciendo que ambos rieran nuevamente.Finalmente, el individuo de oscura mirada le tomó por el mentón, llamando su atención
— Baila, esclavo. — indicó el extraño, arrastrando la última palabra en un español bastante malo.
JiMin tragó grueso, aferrándose a las vestimentas que le habían otorgado minutos antes, pensando en qué lo único que detendría una bala sobre su cabeza sería la forma en la que se movieran sus caderas.
-*Some no mai: primera danza.Idioma utilizado: Árabe
ESTÁS LEYENDO
Odalisque | YM
Fiksi Penggemar- Baila, esclavo. - indicó el extraño, arrastrando la última palabra. JiMin tragó grueso, aferrándose a las vestimentas que le habían otorgado minutos antes, pensando en qué lo único que detendría una bala sobre su cabeza sería la forma en la que...