EL DULCE AMOR DEL MULTIMILLONARIO.

Capitulo 43..

El Bentley negro entró lentamente en el hospital privado del Grupo Jeon.

El director conducía a una fila de personas, esperándolos respetuosamente en la entrada.

Cuando se abrió la puerta del automóvil y Jungkook se bajó del vehículo, el director llevó al equipo a darle la bienvenida con entusiasmo. Era como si fueran estrellas que se apiñaban alrededor de la luna, escoltándolo a su destino.

─ Presidente Jeon, lo hemos estado esperando.

Jungkook lo miró de reojo con indiferencia:

─ ¿Dónde está?

No se molestó en saludar y fue directo al grano.

El director tardó unos segundos en responder, su tez congelada.

─ ¿Dónde está? ¿Puedo saber a quién se refiere el presidente?

─ Escuché que mi cuarto tío había arreglado que una persona se quedara en este hospital hace unos días. Estoy aquí para verlo.

El director estaba perplejo. No había estado en el hospital estos últimos días, él no sabía sobre esta situación.

El jefe de la sección detrás de él inmediatamente se adelantó y le susurró al oído, resumiéndole la situación que había ocurrido en el hospital hace unos días.

─ Presidente, ¿se refiere al paciente que el cuarto maestro nos hizo ingresar a este hospital hace unos días?

─ Si. ─ Jungkook se estaba poniendo bastante impaciente y habló en voz baja.

El corazón del director dio un vuelco.

─ Presidente, desplegaré a alguien para que lo traigan ahora. ─ pronunció con inquietud.

Con eso, la multitud lo siguió justo detrás de él como estrellas siguiendo a la luna mientras caminaba hacia el vestíbulo del hospital directamente al departamento psiquiátrico.

Jungkook caminó por el largo pasillo en el tercer piso. Cesaron sus pasos cuando llegaron a la entrada de la quinta sala.

─ Abre la puerta.

Como era una sala psiquiátrica, era diferente de otras salas de hospital normales. El exterior era una puerta de madera, pero cuando se abrió, se enfrentaron con una puerta de hierro.

Jungkook estaba parado en la entrada. A través de la puerta de hierro, entre las rejas de metal, podía ver todo dentro de la sala claramente.

La configuración en esta sala fue relativamente simple. Las paredes estaban limpias, y había una ventana cerrada herméticamente con barras de hierro, con solo una salida de aire abierta.

En la espaciosa sala, no había nada más que una cama.

Jaein estaba apoyado contra la cama del hospital, sus grandes ojos redondos miraban sin vida por la ventana. Su cabello una vez hermoso ahora estaba como hierba marchita.

No estaba claro qué mancha le había caído en el cabello, pero estaba extremadamente sucio.

Se acurrucó en un rincón entre la cama y la pared. Todo su cuerpo parecía enfermizo y su rostro estaba tan pálido como una hoja de papel blanco. No parecía enojado, pero su mirada estaba vacía.

Apoyándose contra la cama, se enrollaba el pelo sucio con los dedos mientras continuamente parloteaba. No podía escuchar de qué estaba divagando, pero parecía que su alma ya había sido arrancada por una fuerza misteriosa, y ahora, no era más que una cáscara vacía.

De vez en cuando, se golpeaba la cabeza contra la pared. Su aspecto delirante formó un contraste diametral con su noble temperamento del pasado.

Mirándolo ahora, uno no podía evitar sentir pena por él.