—No puedes fumar aquí, Madison. —le dije cuando prendió un cigarro en el hospital.
Después de lo ocurrido la noche anterior era de vital importancia que todos los miembros del aquelarre estuviéramos juntos en casa. Así que aquí nos tienen a Zoe, Madison y a mí, caminando por el pasillo del hospital que nos llevaría al cuarto de Luke donde Nan había pasado la noche después de que le dispararan.
Se suponía que solo íbamos por ella y después nos regresaríamos rápidamente.
—Pues ve a acusarme. —dijo sin interés. —Ash, lo enfermos me dan asco. —
—Te buscamos en todas partes. —dije en cuanto vi a Nan.
—Nan, tenemos que irnos. —dijo Zoe. —Cordelia nos quiere en la casa. —
—Quiero estar con Luke. —
—¿No lo has visto? —pregunto Madison.
—Pero si estuviste toda la noche aquí. —dije.
—Su madre no me deja verlo. —
—Vieja ridícula. —dije. —Vamos. —
Abrí la puerta del cuarto y entramos todas.
—¿Luke? —dijo Nan al verlo.
Estaba acostado en la cama con la cabeza vendada y un tubo en la boca.