Capítulo 2

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Tom:

Al día siguiente me desperté temprano para ir al supermercado y hacer las compras del mes, el refrigerador y los estantes se encontraban casi vacíos, así que antes de que sea muy tarde, decidí vestirme rápidamente con ropas un tanto más grandes que mi talla normal, se me hacía bastante más cómodo y con más estilo, siempre usé ése tipo de prendas y creo que las seguiré usando por unos cuantos años más. Por último lavé mis dientes, me puse un gorro, un abrigo y salí con una bolsa de compras en mano, me sentía una señora mayor yendo hacer las compras pero en sí era divertido.

-Tan solo me falta aceite, algunas verduras y mayonesa -con el carrito de compras que había agarrado se dirigió a las góndolas dónde tenían lo último que le faltaba y seguido se fué a la caja para poder pagar.

Cuándo la cajera me dijo el precio, le pagué y coloqué los productos en la bolsa que había llevado para luego dirigirme a mi departamento, que tan solo estaba a un par de cuadras, así que no me fué muy pesado el camino.

Al llegar, subiendo las escaleras me encontré con Bill, bajó rápidamente a un lado mío ignorandome y sin poder decirle un "Hola" pero su perfume llegó como una suave brisa a mi nariz, olía dulce, era agradable para mi olfato, aún así solo seguí subiendo, abrí la puerta y me adentré colocando las cosas sobre la mesada de la cocina. Comencé a guardar los productos y luego a barrer un poco, cuando estaba por terminar escuché una voz muy hermosa, era proveniente del otro lado de mi pared, no podía creerlo, mi vecino a demás de atractivo sabía cantar espectacular. Dejé la escoba a un lado y me senté en el sofá que estaba apoyado en esa misma pared que nos dividía, me centré en la letra cerrando mis ojos y con mis manos en mis muslos comencé a crear una melodía que podría ir bien.

Sin más, una vez que se dejó de escuchar su voz, agarré mi guitarra poniendo en práctica lo que había llegado a mi cabeza.

-No, creo que iría mejor así -agregó una parte un poco más melódica y sonrió satisfecho mirando su libreta con los acordes que había tocado- perfecto-

Luego de guardar sus cosas y terminar la tarea que había dejado a medias, recibió una llamada de su amigo Georg.

-Hola -dije al no escucharlo hablar primero.

-Tom, hola ¿cómo estás hermano? -se escuchaba feliz.

-Mm.. bien la verdad ¿y tú? -acomodé unos condimentos que se encontraban en la mesada.

-Bien ¿que te parece tomar unas cervezas? -del otro lado se escuchaban el choque de éstas entre si.

-No lo sé, mañana tengo que trabajar -rasqué mi cabeza.

-Que lastima, ya estoy afuera y además trabajas de noche -cortó la llamada.

Pude escuchar como golpeaba la puerta y vagamente fuí a abrirle, al verlo me dió un abrazo y pasó sin permiso, en realidad no lo necesitaba, ya que no me molestaba y era libre de venir cuando quiera.

-Hermano, cuánto te extrañé -dejó de abrazarlo para poder dejar las botellas sobre la mesa.

-Igual yo, aunque descansar un día fué el paraíso -comenzó a reírse cuando vió al mayor poner cara de amargado- era broma-

-Ajá, más te valía -lo apuntó amenazante con el dedo índice.

-¿Sabes? necesito que me hagas las trenzas nuevamente, anoche me bañé y bueno -alzó sus hombros.

-Por fin te bañas, gloria a Dios - ésta vez rió el contrario.

rodó los ojos y le dió un leve empujón divertido en el hombro- Ya cállate, idiota-

𝑻𝑼 𝑪𝑯𝑰𝑪𝑶 𝑰𝑫𝑬𝑨𝑳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora