Capítulo 6. Un pequeño testamento

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MI QUERIDO GOITA-KUN by DAVID SOGON (Historia basada en el universo Detective Conan de GOSHO AOYAMA)

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Los hechos, localizaciones transcurren en el mundo de Detective Conan de Gosho Aoyama. Con esto debo resaltar, que el personaje de Goita-kun es original mío, en cambio el resto de personajes y localizaciones pertenecen al propio Aoyama.

No es mi intención lucrarme de ninguna manera con la obra, solo pasar un rato entretenido escribiendo, dejar que las ideas me lleven a donde sea y compartir el trabajo con los demás fans para que puedan disfrutarla.

Cualquier tipo de creación basada en esta obra es permitida, siempre y cuando se siga el modelo de las CC (licencias creative and commons). En el caso de no cumplirlos, está totalmente prohibida (también entended el trabajito que me llevó escribirla)

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Silencio ante una reunion incomoda

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Por la tarde, en una cafetería del centro, el abogado observaba el movimiento de las personas por la acera, a través del enorme ventanal con las siglas Poirot en semicírculo pegadas. Un joven de buen aspecto y cabello blanquecino se acerco a el con una sonrisa, llevando consigo una jarra con cafe.

- Aqui esta su café, señor Noburo - dijo el joven, con cordialidad. - ¿Espera a alguien?

- Muchas gracias, Amuro. - respondió agradecido y sonrió con calidez -. Pues si, espero a un cliente. - Su atención cayó rápidamente en un joven que reconoció nada más verle.- Y al parecer ahí llega - Hace un saludo hacia la ventana, quien enseguida se da cuenta y entra por la puerta de la cafetería, sonando la campanilla colgada.

Amuro, al verle, le sonrió cálidamente.

- ¡Buenas tardes, bienvenido al Poirot!- dijo regresando tras la barra.

-Ehm... ¡Gracias! ¡Un gusto estar aquí! - dijo tratando de sonar muy formal

-Me alegro que hayas podido venir con tan poca antelación, Goita-kun- exclamó alegremente levantándose de la silla estrechandole la mano con una sonrisa brillante.

-No ha sido nada - dijo el avergonzado. Miro al resto de mesas a su lado, las personas que estaban sentadas, le miraban furtivamente y las que estaban en la barra susurraban "¿Has visto a ese chico?". No parecían estar acostumbradas a ver a alguien de semejante corpulencia entrar en una cafetería. Trato de no darle importancia y rápidamente miró al abogado que seguía sonriendo - Tenía tiempo, así que pude venir.

- ¡Ajam! ¡ Adelante! ¡Toma asiento! - le interrumpió un momento señalando la silla que tenía en frente. Ambos se sentaron al unísono y el abogado prosiguió -. Así que dices que hiciste tiempo... ¿conseguiste algún trabajo? -dijo el abogado, sonando interesado.

- ¡Algo así!- Contestó fingiendo no estar incomodo, ya que las miradas le volvían el centro de atención.

- ¡Qué bien! ¡Me alegro por ti! - dijo sonando animado - Cuanto antes puedas pagar la deuda, más estarás libre. - Llevó a sus labios el contenido de una taza de café que tenía sobre la mesa. - Por cierto, ahora que me fijo ¿te hiciste algo en la frente?

Goita se llevó la mano a la tirita.

-Ehm, tuve un pequeño incidente. ¡Nada importante!- dijo con una sonrisa nerviosa. Entre las miradas furtivas de los clientes, los susurros, hacían que quisiera salir de aquel lugar cuanto antes. Se lanzó directamente al tema - Oiga, dijo que tenía algo para mi ¿no?

- ¡Oh, sí! Espera- dijo alarmado y empezó a rebuscar en el maletín. Extrajo un sobre blanco y lo puso encima de la mesa y lo arrastró hacia él - El día que vino a verme tu madre para lo del testamento, me pidió que esperara unos días después de su muerte para que te entregara esto. Como ha pasado unas semanas, creo que es conveniente hacerlo ahora.

- ¿¡Una carta!?-pensó Goita abriendo los ojos sorprendido.

- Si. Es su última voluntad. No sé qué contiene, pero debe ser muy importante.

-A mi madre siempre le gustaron este tipo de cosas- confesó con una sonrisa triste, mientras en su mente se formaba la imagen de una mujer muy guapa sonriente. - ¿Puedo abrirla?

- Esa es otra parte - declaró el abogado - Ella me pidió expresamente que la leyeras cuando estés a solas

Goita miro la carta con preocupación y su rostro se ensombreció DE MIEDO, no era una grabación, pero las palabras escritas quedan grabadas en la mente.

El abogado no dijo nada, se quedó mirando con compasión al joven y luego a su taza casi vacía. Resopló fastidiado, y no tuvo otra que mirar hacia la barra.

- Amuro, tráigame otro café, por favor.

...

Aquella misma noche. Goita Kun observó a la luz de una lámpara. Su cuerpo estaba tenso y eso que aun no la había abierto. En el fondo, sabía que esa carta contenía todas aquellas palabras que ella nunca pudo decirle y eso le aterraba. En ese momento, recordó las palabras de Haibara. Aquella era la última voluntad de su madre y se lo debía. Nunca hizo nada por ella, esta era la única forma de compensarlo.

Cerró los ojos y soltó aire por su boca, repetidas veces, hasta sentirse preparado.

"Bien, vamos allá" pensó convenciendose a si mismo.

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Hasta aquí el penúltimo capítulo de esta apasionante historia. Espero que os guste. Un saludo.

Mi querido Goita-kun (Fan fic Detective Conan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora