Capitulo 7. Mi querido Goita-kun (Final)

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MI QUERIDO GOITA-KUN by DAVID SOGON (Historia basada en el universo Detective Conan de GOSHO AOYAMA)

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: Los hechos, localizaciones transcurren en el mundo de Detective Conan de Gosho Aoyama. Con esto debo resaltar, que el personaje de Goita-kun es original mío, en cambio el resto de personajes y localizaciones pertenecen al propio Aoyama.

No es mi intención lucrarme de ninguna manera con la obra, solo pasar un rato entretenido escribiendo, dejar que las ideas me lleven a donde sea y compartir el trabajo con los demás fans para que puedan disfrutarla.

Cualquier tipo de creación basada en esta obra es permitida, siempre y cuando se siga el modelo de las CC (licencias creative and commons). En el caso de no cumplirlos, está totalmente prohibida (también entended el trabajito que me llevó escribirla)

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Para  cambiar, hay que querer

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Abrió los ojos. Rompió el sobre y sacó el papel doblado de la carta y lo desdobló. Los ojos de Goita se fueron a posar en el primer trozo de carta que decía "Mi querido Goita-kun" era como si aquella parte del mensaje, fueran las palabras de su madre enviadas desde el más allá. Algo que la primera vez no había conseguido captar. Empezó a leer el resto del contenido.

Siento mucho que esto haya tenido que pasar. La muerte, nos viene a todos los seres humanos en el momento menos oportuno. Es por eso que quiero que vivas la vida. No tan encerrado entre cuatro paredes. Sal, disfruta de lo que queda de tu juventud, tienes 23 años y una larga y preciosa trayectoria. Tienes que descubrir eso que te mueve a seguir adelante.
Para empezar, le pedí a un viejo amigo que te ayude. No desperdicies está oportunidad.
Y otra cosa, no te culpes por las decisiones que he yo he tomado en esta vida. Lo mejor que me ha pasado, eres tú.
Te quiere.
Tu madre.

Una vez que la finalizó de leerla. Varias gotas, caían sobre el papel corriendo la tinta de las palabras. Por las mejillas de Goita se formaron dos riachuelos de lágrimas y por su boca, dejaba escapar un largo y profundo gemido lleno de un gran hundimiento y vacío personal. La desolación y malestar que sentia no era nada comparable a lo que había sentido nunca. Ahora, cada palabra parecía cobrar un significado especial para él. Sentía que su vida no había sido más que un intento inútil y patético de subsistir y que tenía que cambiar esa forma de ser. Algo nuevo nació dentro de él. Aquella semilla plantada había conseguido echar raíces, como finas excavadoras rompiendo cada nivel de tierra para poder expandirse y crecer.

Aquella carta, como las cintas grabadas para Ai Haibara, fue el mejor legado que podia haber recibido por alguien que le queria de verdad. Levantó su mirada hacia la habitación, miró al profesor Agase dormir como un tronco y sin hacer ruido, salió al jardín usando la puerta corredera, llevando la carta consigo.

La brisa de la noche acaricio su cara llevándose sus lágrimas. Era una sensación muy reconfortante, era como si por un momento su madre estuviera allí con el. Una sonrisa brillante se le formó en su rostro, y se llevó la carta a su pecho.

"Gracias mama, gracias..." dijo derrumbándose en el suelo entre lloros amargos y un espíritu de motivación nació dentro el "Te prometo que cambiare. ¡Lo haré para que te sientas orgullosa de mi!"

...

A la mañana siguiente, Ai Haibara despertó por el ruido de su despertador. Se incorporo en la cama toda desvestida y con el pelo revuelto y los ojos tan achinados por el cansancio que parecía como si hubiese estado en una secadora toda la noche. Dio un amplio bostezo, se rasco uno de sus costados aun aturdida y salió de la cama arrastrando su cuerpo. Una vez en el baño, se desnudó y se dio una ducha caliente para despejarla, pero solo con recordar lo que le esperaba hoy, le quitó ilusión a su vida.

"hoy también será un día largo." pensó con la mirada seria, mientras el chorro de agua caía sobre su cabeza. Poco después, sale de la ducha con la toalla rodeando el cuerpo y usa un secador frente a un espejo, para darle volumen a su cabello "Ayer tuvo esa reunión con el abogado y no se si estará en condiciones para superar los cien metros de distancia"

Poco después de vestirse, sube las escaleras del laboratorio y se dirige a la cocina. Al parecer era la primera en despertar. Activo la cafetera con el café dentro y colocó una taza al lado. Mientras esperaba a que el café se hacía, notó que corría algo de aire en la cocina ¿Dejaría el profesor alguna ventana abierta? Revoloteo su mirada por la estancia y para su sorpresa, un pequeño resquicio de la puerta corredera de cristal que daba al patio, se encontraba abierta.

"Habrá salido alguien al patio"

Sorprendida, abrió la puerta y pudo escuchar una serie de quejidos provenientes de la parte de atrás ¿Que estaría pasando?

Haibara piso la hierba con rocío, enchumbando sus sandalias, pero no le importaba en aquel momento, la curiosidad podía con ella. Se fue acercando a la voz y al torcer hacia la derecha en la casa, su rostro se le ilumino al ver lo que parecía ser un milagro.

Goita-kun estaba estirado haciendo lo que parecían ser los abdominales más absurdos y surrealistas que haya visto. Sus patas cortas y el cuerpo estaba bien estirado, pero sus carnes tocaban el suelo impidiendo flexionar sus hombros.

Ella apoyó su cuerpo contra la pared exterior de la casa, contemplándole con satisfacción y una sonrisa muy amplia en sus labios. Aunque fuera patético, reconoció el esfuerzo que estaba poniendo en ello, imagino por su rostro cubierto de ojeras que estuvo toda la noche intentándolo. Era sin duda un buen comienzo. Sin más volvió a caminar hasta la casa, sin antes decir:

- Creo que eres mucho más interesante de lo que me imaginaba, Goita-kun - lo admitió cerrando sus ojos con una amplia sonrisa.

...

Un tiempo despues...

- ¡Venga Goita-kun casi lo tienes! - la voz del profesor resonó por toda la calle animándole.

Goita movía su cuerpo hasta el límite, sus piernas cortas robustas luchaban por mantener el equilibrio y sus flotadores de grasa y músculo, rebotaban haciendo el paso más lento y cansado, reflejándose en la cara roja y sudada de Goita; estaba en los límites de su cansancio, el final de la calle daba la sensación de estar aún más lejos, pero prometió a sí mismo y a su madre que no se rendiría... aguanto y aguanto, pero llegó un momento en que su cuerpo terminó por vencerlo, tropezó y cayó de morros al suelo.

Haibara y el profesor corrieron alarmados hasta Goita.

- ¿Estás bien?-preguntó Haibara preocupada.

Goita al darse la vuelta, les miro a ambos y en su cara había una sonrisa animada de total satisfacción que iluminó sus rostros.

- ¡Mejor que nunca!, ¡¡Dejadme intentarlo una vez más... pero cuando haya descansado un poco!!

¿FÍN?

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Y hasta aquí el final de esta conmovedora historia. Me quedo muy larga, lo admito, pero espero que os haya gustado. Dejadme vuestro comentario y decidme si queréis que haya o no, una secuela.

En el caso de que sea así, publicaré un anuncio en la siguiente entrada.

Muchas gracias por leer. ¡No vemos!

Mi querido Goita-kun (Fan fic Detective Conan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora