"Baño de sangre"
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La pelirroja permanecía oculta en las sombras del recinto. La noche de enfrentamientos tenía lugar afuera, y Marcel le había prohibido unirse. En su interior, sabía que era lo más adecuado.
Sus visiones la habían dejado exhausta. Cada vez llegaban con mayor frecuencia y más rápidamente que antes. Aunque en muchas ocasiones la habían salvado de peligros, odiaba padecerlas.
La mujer fue sacada de sus pensamientos al escuchar las voces de Klaus y Elijah. Rápidamente, se puso de pie y salió de la habitación sin ser notada, resguardándose detrás de un muro cercano.
— Hemos venido por la chica. Entréguenla o acabaremos con todos los presentes, empezando por ti — pronunció el original vestido elegantemente, generando preocupación en la pelirroja al no entender completamente la situación.
— Vaya, tienes el atrevimiento de venir a mi hogar y exigir de esa manera — la chica rodó los ojos ante las palabras de su opresor.
— ¿Este es tu hogar, verdad? — esbozó una sonrisa al escuchar el nombre de su amado.
— La chica, no volveré a pedirlo — declaró Elijah, mostrando desesperación.
— Supongo que te refieres a Hayley. Alta, cabello oscuro y de mal genio. De todos modos, ¿quién es ella? — indagó con curiosidad.
— Es una antigua amiga. Sabes lo sentimental que me vuelvo con mis viejos conocidos — mencionó Klaus.
— Bueno, yo no la tengo. Y antes de que empieces a enfurecerte, le hice una visita anoche — la mujer tuvo que contenerse para no golpear al hombre por su imprudencia —. Sentía nostalgia, así que fui a la plantación donde solía ser esclavo. Imagina mi sorpresa al descubrir que la familia original de vampiros se había establecido allí — la chica sonrió, rememorando esos tiempos con un escalofrío —. Tu chica, Hayley, me abrió la puerta. Intercambiamos saludos y eso fue todo. En caso de que dudes, puedes verificarlo. Incluso te ayudaré a ubicarla. Pero la incógnita que tengo es: si Hayley no está aquí, ¿dónde podrá estar?
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La bruja Sabine había ayudado a los Originales a petición de Marcel, realizando un hechizo localizador. Sin embargo, la pelirroja ya había previsto lo que ocurriría. En cuanto escuchó lo que estaba pasando, corrió hacia su habitación en busca de un mapa y algo que perteneciera a Klaus para ubicar a la mujer lobo. No se sorprendió cuando descubrió que estaba en el pantano.
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𝒜𝓂𝒶𝓇 ℯ𝓈 𝓅ℴ𝒹ℯ𝓇 • N.Mikealson
Hayran KurguKlara la mujer de fuego Klaus el hibrido perdidamente enamorado de la mujer de fuego