"Après Moi, Le Déluge"
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—Los italianos las llaman strega. Los yoruba de África occidental las llaman Aje, que significa madre. De donde era mi madre, las llamaban hexa. Y aquí las llamamos brujas. Durante siglos, los vampiros han luchado contra ellas, han dormido con ellas y las han quemado. Fueran adversarias o aliadas, han sido dignas de respeto. Su magia ancestral asegura que esta ciudad jamás existió una bruja todopoderosa hasta Davina.
—Klaus entra interrumpiendo—
—Quien ahora está escondida sana y salva en su habitación. Bajo mi protección.— Klaus se levanta del sofá.
—Querrás decir la mía, querido.— Klaus asiente, cohibido por la mirada de su ángel.
—Tu Celeste era demasiado hermosa.— Klara lo mira mal— Y un presagio del mal. Según nuestra volátil artista residente.
—Sí, tal vez Davina confundió lo que llama malvado con poder. Celeste era verdaderamente poderosa.
—Sí, Celeste era verdaderamente poderosa. Aún recuerdo nuestras motivadoras charlas.— Klara sonríe, preguntándose por qué Davina había estado dibujando a Celeste. Ahora más que nunca, Klara tenía que guardar el secreto de Sabine.
—Pero lleva muerta más de doscientos años. — Klara traga grueso —No entiendo el porqué de todos estos bocetos.
—Bueno, alguna razón debe haber, ¿no? Iré a averiguar con Davina.— Klara se levanta y escuchan un estruendo en la habitación de la bruja.
—Cuidado, tiene rabia.— bromea Klaus, y Klara rompe su brazo con magia, haciendo que él gruña.
—Creo que el que tiene rabia es otro.— Ella sale y va directo a la habitación, y ve a Marcel contra la pared.
—Vete.— Marcel niega y Klara lo mira seria. Él sale sin decir nada más.
—Mi niña.— Klara se acerca y la abraza. Davina se derrumba en sus brazos llorando.
—Sácame de aquí, Klara, por favor. No quiero estar aquí.— Klara acaricia el cabello castaño y suspira.
—Me encantaría sacarte de aquí, pero lo mejor es que estés cerca mío. No voy a permitir que Klaus o alguna bruja te haga daño, mi pequeña.
—¿Tú también me vas a traicionar? — Cuestiona Davina y empuja a Klara al suelo — No puedo creer que me vayas a dejar aquí, bajo el techo del hombre que mató a mi amigo. Que me ha hecho daño. — Empieza a explotar los cristales y Klara se levanta, empujada por la magia hacia la pared.
—¿Qué sucede aquí?— Klaus entra y Davina se detiene y empieza a toser.
—¿Qué te pasa, pequeña?— Klara se acerca preocupada y se asusta al ver cómo Davina empieza a escupir tierra.
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𝒜𝓂𝒶𝓇 ℯ𝓈 𝓅ℴ𝒹ℯ𝓇 • N.Mikealson
FanfictionKlara la mujer de fuego Klaus el hibrido perdidamente enamorado de la mujer de fuego