『 El mundo oculto escondido del sol 』

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Tenemos que estar juntos, sino no podremos pasar
Para llegar al andén secreto 9 ¾.

-Run Away / TXT.

Para la niña humana la felicidad no existía, al menos no si tu color de ojos era diferente al común. Pero ahora podía decir que había llegado un hermoso rayo de luz por fin a su vida que le enseñó que no todo estaba perdido.

Y esa luz estaba caminando justo a su lado con el título de "mejor amigo", por eso, al conocer a Asriel, supo que no todo en el mundo estaba tan podrido como pensaba. Asriel había hecho un gran trabajo ayudando a la humana a ponerse de pie y a caminar por sí sola, y prueba de ello es que ahora iba con rumbo al jardín real con la humana que había encontrado sin ningún impedimento de ninguna clase.

La niña en cambio todavía estaba nerviosa, no solo por ver a los monstruos, sino por el hecho de que viviría con ellos hasta que se recuperara de sus dolencias para, posteriormente, ser regresada a la superficie con los demás humanos donde pertenecía.

Pero todo pensamiento se esfumó para la joven humana al ver que su amigo se detuvo unos pasos adelante de ella, fue entonces que levantó la vista y lo que vio casi la hacer caer de espaldas al suelo.

Frente a ella se mostraba un enorme jardín que tenía las más hermosas flores que en su vida jamás había visto, así como árboles bien cuidados y podados además de una espléndida fuente en medio del jardín hecha de mármol con un gran estanque abajo de él.

Ante tanta belleza no supo que hacer, y eso que aún estaban afuera del castillo, de hecho no quería ni imaginarse cómo sería éste por dentro ya que no lo había visto todo. Pero Asriel, al ver que su amiga estaba retrocediendo intimidada, la sujetó de la mano delicadamente y la guió por el sendero de flores preciosas.

—No creo que debamos estar aquí Asriel, mejor deberíamos irnos —dijo ella insegura de querer adentrarse más en ese bello Edén, pero Asriel le señaló la puerta del castillo por donde habían egresado.

—¿Ves el grabado que está en la puerta? —la de ojos carmesí vio a cual se refería su amigo y solo pudo asentir con la cabeza —Ese símbolo pertenece a mi familia; el círculo con alas representa la libertad y los triángulos en la parte inferior de éste representa a los monstruos, así que no hay nada que temer. Tranquila, este es el jardín de la familia real y podemos estar aquí.

Con esas palabras la ojicarmín no pudo huir, y menos cuando Asriel retomó su camino para continuar la expedición.

No había duda de que el Jardín Real gozaba de los más hermosos lechos de flores exóticas de todas las especies y colores; con matorrales especialmente grandes de tulipanes cerca de la fuente de aguas danzantes y arbustos podados en forma de animales graciosos adornando los alrededores.

Pero todo eso pasó a segundo plano cuando el príncipe abrió la puerta principal del castillo y con eso un increíble mundo de lujos y riquezas se abrió frente a ella.

Lo primero que captó su atención fue aquella hermosa alfombra de color rojo sangre que estaba adornando desde la entrada del palacio hasta las escaleras del interior, unas que llebavan a los pisos superiores.

Tan solo dió un par de pasos por lo que era el recibidor cuando sus ojos captaron las hermosas plantas que adornaban cada esquina y mueble del castillo. Eran plantas que alguna vez en su vida escuchó que habían existido y retrataron en viejas páginas de libros antiguos. Pero verlas de frente y oler sus fragancias le demostró que un pedazo de papel no se comparaba en nada a la belleza que podía apreciar frente a ella.

『 La Lluvia Del Final 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora