9. Abre los ojos.

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*Jason's POV*

Las cosas con Dick estaban mal. No voy a retractarme de todo lo que dije, porque realmente lo pienso. Dick y Wally son pasado, hay cosas que deberían quedarse como son. Llámenme anticuado o cerrado de mente, pero tengo la razón.

En fin, quise dejar de lado todos esos temas y despejar mi mente. Había pocos días en los que tenía tiempo libre así que decidí solo pasar el rato en el jardín fumando y escuchando música pesada... mentira, disfrutaba de escuchar jazz mientras veía las plantas y flores moverse con el aire.
Aún con tantos estímulos relajantes no podia evitar pensar en Dick.

-Debes estar loco, Jason- me dije a mi mismo y me levanté de mi silla.

Caminé hacia la mansión pero Bárbara me interceptó en el camino.

-Hey!- saludó alegre parandose frente a mí. Solo levanté mi rostro en señal de saludo. -¿Estás ocupado hoy?-

-No mucho, es mi día libre- dije sin importancia y seguí mi camino. De pronto escuché sus pasos detrás mío.

-Bueno, quizas podríamos hacer algo juntos...- dijo y me giré para verla. Claramente se puso nerviosa. -digo, si te apetece, si no, no te preocupes, puedo buscar a Tim...-

-¿Tomarias una cerveza conmigo?- la interrumpí y automáticamente sonrió.

Le devolví la sonrisa y caminamos hacia mi motocicleta, le di uno de los cascos y nos dispusimos a ir a un bar cercano.
Llegamos y el lugar estaba repleto de gente, la música era alta pero agradable. Nos sentamos en la barra y ordené dos cervezas.

-Te mentiría si dijera que tomo alcohol- dijo Bárbara avergonzada. -Acepté porque quería convivir contigo, no tomo desde la muerte de mi madre... perdón...-

-Bruce tenía razón...- dije y me miró confusa. -Realmente eres un encanto- completé guiñando un ojo, ella solo se puso roja como tomate.

Conversamos alrededor de una hora. Bárbara era muy agradable y divertida, tenía una bondad y una energía contagiosa. Regularmente huiria de personas así, pero convivir con Dick realmente me ayudó con mis interacciones sociales. Maldición.

-Oh! Mira quién acaba de textearme- me mostró su teléfono, se trataba de Dick. -Que lindo, está invitandome a comer. Le diré que vayamos los tres, así será mucho mejor-

-No, vayan ustedes, por favor- dije y tomé mi cerveza de un trago. -Puedo llevarte a encontrarte con Dick, pero no los acompañaré-

-¿Pasa algo?-

-Realmente no quiero verlo-

-Creí que ustedes salían todo el tiempo juntos, al menos eso noté y eso dicen Tim y Damian- rió leve.

-Se podría decir que estamos en términos complicados. Aprecio mucho a Dick pero a veces es un imbécil. No es alguien que acepte fácil la ayuda de otros-

-¿Tú sí?-

Me quedé en silencio, pensando. Quizás estaba siendo muy duro con Dick, quizás somos más parecidos de lo que realmente parece. De algo estoy seguro, la muerte es un tema complicado, incómodo. Cada persona la enfrenta de manera diferente y no hay por qué juzgar eso. Pensándolo en retrospectiva, Dick tenía todo el derecho de hacer con su duelo lo que él quisiera. Y yo debía aceptar eso.

-Rechacé su invitación- dijo Bárbara, sacándome de mis pensamientos. La miré extrañado. -En realidad estoy pasando un gran momento contigo... quién sabe cuándo vuelva a ocurrir- rió y posó su mano sobre la mía, instintivamente me aparté. -Disculpa, no quise incomodarte... debería irme-

-No, Barbara... lo siento, es que... han pasado tantas cosas y últimamente estoy tan confundido. Nada de esto es tu culpa- le compartí una sonrisa que ella devolvió inmediatamente. -¿Me acompañarías a afuera por un cigarrillo?-

Salimos los dos al patio trasero, coloqué un cigarro en mi boca y saqué mi encendedor, le ofrecí uno el cual rechazó con amabilidad.
Di la primera calada al cigarro y sentí como el humo invadía mi boca completamente, aliviando mi ansiedad.

-¿Cómo lo haces?- preguntó

-¿Qué cosa?- reí confundido

-Verte tan bien haciendo algo que te hace tanto mal...- dijo levemente sonrojada.

Hubo un silencio, ambos nos mirábamos fijamente. Di una calada más a mi cigarrillo y luego lo arrojé al piso. Avance hacia ella y cuando menos lo pensé tomé su cintura y la acerqué completamente hacia mi. Podía sentir su respiración y el ambiente olía a perfume de frutas con cigarrillo y tal vez un poco de alcohol. Todo era tan hipnotizante, se sentía muy bien.

-¿Vas a besarme o no?- preguntó coqueta y reí.

Me acerqué lentamente a su rostro a tal punto que nuestras respiraciones chocaban, podía sentir como sus latidos se aceleraban conforme más cerca me tenía. Estaba a centímetros de su boca y deposité un beso en su mejilla.
Barbara suspiró.

-Eres maravillosa Barbara, y es por eso que no podemos besarnos- dije y me miró muy confundida. -Eres prácticamente aquello que necesito en mi vida, alguien tan genial que me haría tanto bien... pero no es el momento, por lo tanto no soy bueno para ti-

Barbara bajó la cabeza y lanzó una pequeña risa, acomodo bien su bolso sobre su hombro y se acercó a mí. Sigilosamente me abrazó y al separarse me miró a los ojos.

-No deberías privarte de sentir... recuerda que estás vivo- dijo y se dirigió adentro del bar.

Sus palabras me dejaron pensando, ella tenía razón. Saqué mi celular y decidí llamar a Dick.

Ghost of you | birdflashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora