Ghost of you | birdflash

2. Ven, por favor.

Los chicos se habían marchado y yo aún tenía mucho por hacer. Me decidí por comenzar a desempacar mi ropa así que fui a mi habitación e inicié. Puse algo de música y saqué las cosas de las cajas.
Me sentía muy feliz de por fin tener mi propio lugar, amaba a los chicos y la pequeña familia que habíamos formado pero ya necesitaba un espacio para mí, independizarme.

***

Cuando menos lo pensé ya había anochecido. Acomode en una esquina las cajas que faltaban, las terminaría mañana con ayuda de Jason.
Fui a la puerta principal y cerré bien las puertas, eché un vistazo a mi nuevo hogar y sonreí.
Subí a mi habitación y me preparé para dormir. Estaba lavando mis dientes y escuché que comenzó a llover.

Bueno, por lo menos no es una tormenta. Pensé, si no, sería una noche muy difícil.

Terminé con mis dientes y fui a acomodarme en la cama. Sólo escuchaba como la lluvia se intensificaba más y más. Decidí no tomarle importancia e intenté dormir.
Estaba por caer totalmente dormido cuando el sonido de un trueno me despertó de golpe. Debo admitir que se me erizó la piel.

Vamos, Dick, es sólo una tormenta. Pensaba, trataba de darme valor.

Intenté volver a dormir pero no me sentía cómodo.

Qué hago? Me preguntaba.
Vi mi teléfono y una sola cosa se cruzó por mi mente: llamar a Jason.

-Hola?- respondió una voz adormilada.

-Jason, estabas dormido?- pregunté.

-Mmm...- balbuceó. -Eh... sí, pero no importa, qué necesitas, Grayson?-

-Pues...- dije y me detuve.

-Si?-

-Podrías venir?- pregunté.

-Dick, es tarde, es muy necesario?- preguntó y me sentí tonto. Lo había despertado porque tenía miedo, qué tontería.

-No, creo que no, perdón- dije avergonzado. -Buenas noches, perdón, no quise molestar- dije y colgué.

Eres un tonto, Dick. Pensé, me acomodé en la cama nuevamente e intenté dormir. Una tormenta no iba a quitarme el sueño, yo he combatido a sujetos malos, he lidiado con Batman, he puesto en su lugar a la pequeña bolita de odio, ¿una tormenta podría más que yo? No lo creo. Pero pasaron unos minutos y yo aún no podía conciliar el sueño, la tormenta me estaba ganando.

Me levanté por un vaso de agua para intentar despejar mi mente, baje a la cocina y me dirigí por un vaso, cuando sonó el timbre. Me quedé helado unos minutos, ¿quién podría ser? Ningún vecino me conocía aún como para visitarme, además era tarde. Me dirigí a la puerta y abrí con precaución. Era Jason.

-Jay...- dije y sentí que todo en mí se calmó.

-¿Me dejarás pasar? No me molesta la lluvia pero hace frío- rió. 

Le indiqué que pasara y corrí por una manta para secarlo. 

-¿Qué haces aquí?- pregunté.

-Pues me llamaste, al colgar tu voz se oía angustiada y me preocupe, así que quise asegurarme de que estabas bien, sé lo nervioso que te ponen las tormentas- sonrió tímido.

No lo pensé dos veces y lo abracé fuerte. 

-Gracias- dije en su oído. Él correspondió mi abrazo. 

Nos quedamos unos minutos así, hasta que sentí mi pecho mojado. 

-¿Qué demo...?- dije apartándome. 

-Dick, estuve bajo la lluvia, me abrazaste, ¿cómo esperas no estar mojado?- respondió Jason burlándose. 

-Cierto- reí. -Ven, vayamos a cambiarnos- dije indicándole que me siguiera a la habitación.

Busqué otra pijama y algo que prestarle a Jason. Fue difícil ya que Jason es un poco más ancho que yo, a pesar de ser más joven, y mi ropa era un poco reducida, pero finalmente encontré algo que le quedaba bien. Decidimos acostarnos a dormir, ya que era muy tarde.

-¿Te... te parece si te abrazo?- preguntó Jason.

-Claro...- respondí algo tímido. Sinceramente era lo que necesitaba. 

Me abrazó, sentí su respiración ir al ritmo de la mía y eso me tranquilizo. Cuando menos lo pensé, caí totalmente dormido.