¿Quién eres y que haces con la Señorita O'Leary?

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Otro solsticio llega, este en especial es el de Otoño. Lo que significa que Perséfone vuelve al Inframundo y Nico obviamente no quiere estar ahí.

Ni una hora pasó de la llegada de su madrastra y el joven adulto de 18 años acaba de realizar un viaje sombra al Campamento Mestizo.

Gracias al pasar de los años y la práctica, los viajes sombra ya no le generan problemas de salud, sin embargo las distancias largas, sobretodo entre reinos, todavía le provocan mareos o dolor de cabeza. Así que se sostiene contra la puerta unos  segundos antes de entrar a su cabaña.

—¿Quién cambió la chapa? —dijo enojado seguido de soltar maldiciones en Italiano.

El estrés le impide pensar con claridad, tan fácil es hacer otro viaje sombra adentro de la cabaña, pero prefiere pensar miles de formas para torturar el alma del mestizo que cambió la cerradura.

—¡Sombritas! —escucha a lo lejos una voz que perfectamente reconoce—. Te extrañe y yo sé que tú a mí —asegura el latino y abraza con euforia al italiano.

Nico ya se acostumbró a la cercanía de Leo Valadez, sin embargo nunca admitirá que muy en el fondo, donde ni un rayo de luz se asome, le gusta sus abrazos.

—¿Sabes quién mierda cambió la estúpida cerradura de mi cabaña? —le preguntó mientras seguía abrazado.

—Claro —le respondió con tranquilidad— Fui yo.

—¿QUÉ? —gritó furioso mientras aparta a su amigo y lo sostiene de los hombros—. Explícate —dijo entre dientes y Leo juraba ver salir humo por sus orejas, aunque ya está acostumbrado.

—Ayer algunos hijos de Hermes planeaban hacerte una broma de "bienvenida" por tu regreso, así que tú mejor amigo vino a salvarte —le contestó orgulloso.

— Primero, no eres mi mejor amigo y segundo, son hijos de Hermes. Una nueva cerradura no les va impedir el paso, fácilmente la abren o entran por la ventana.

Se generó un silencio incómodo mientras se veían fijamente. Leo nervioso porque ahora que lo piensa no recuerda dónde dejó la llave de la nueva cerradura y Nico solo piensa que aunque su amigo sea muy ingenioso eso no le quita lo tonto.

—¿Ya comiste? —el moreno cambia abruptamente el tema y el italiano solo suspira resignado para después negar—. ¡Vamos juntos al comedor! Estoy preparando un nuevo proyecto, así que necesitaré tu ayuda en la semana para...

Leo le empezó a contar entusiasmado mientras caminaban juntos hacia el Pabellón del Comedor, Nico solo asentía aunque en ningún momento le prestó atención.

Todos los campistas deben hacer su ofrenda en cada comida, excepto por un chica que hace todo lo contrario. En lugar de entregar la mitad de su comida se lleva dos platos pero nunca come en el pabellón, solo se aleja y nadie le presta atención para detenerla.

Leo se sienta junto a Nico en la mesa de Hades, aunque todavía existe la regla de "no sentarse en la mesa de otra cabaña" ya nadie la sigue y menos con la alianza del Campamento Júpiter.

Por otro lado, la chica que lleva los dos platos de comida, uno más saturado que otro, se dirige a una colina. Adentrándose un poco al bosque, pero cerca del establo de pegasos, se encuentra la cabaña más pequeña del campamento y en el arco de la puerta no hay ningún símbolo que se relacione con algún Dios, solo hay un nombre: Señorita O' Learly.

—¡Lily! —pronunció con marcado acento.

Tras decir el apodo, un perro, en realidad hembra, del inframundo salió de la cabaña con entusiasmo. La lengua del animal sobresalía de la emoción y al llegar con la chica le lenguató el rostro por completo, ella recibió con gusto el cariño.

God of the Broken Hearts - Nico Di AngeloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora