MI HARÉN EN EL MULTIVERSO DE DC Y MARVEL

#70 SEÑORITA HELADA

#70 SEÑORITA HELADA

[Ubicación: Café de Janice] [6:40 p. m.]

Traje negro- Nuevo.

Zapatos- Negro y Nuevo.

Cabello- Comprobar.

Aliento- Menta.

Perfume- Caro.

Efectivo y tarjeta- Mucho.

Coche- Depósito lleno.

Todo perfecto.

Estoy de pie frente al espejo en el baño de la cafetería, revisando cada pequeña imperfección de mi cuerpo. Creo que nunca había pasado tanto tiempo frente a un espejo, pero ahora que me miro con atención...

¡Fóllame!

Parezco un tipo musculoso de 25 años que va al gimnasio y corre maratones todos los días sin fallar. A pesar de todo ese pulido, mis músculos todavía están en el lado más ligero. Quiero decir, el yo actual se puede comparar con esos luchadores de MMA.

Pero atrae una atención no deseada.

En mi camino al baño, esa mesera de cabello negro seguía mirándome y sonriendo, luego chocó contra la silla y derramó toda la comida y las bebidas sobre la cabeza de un tipo al azar.

Tristemente, la novia de ese tipo desafortunado también seguía mirándome con una sonrisa sexy. Incluso me saludó mientras su novio estaba ocupado gritándole a la camarera. Esa perra me recuerda a Alicia.

De todos modos, ayudé a la camarera y le pagué a ese tipo molesto que pronto sería desafortunado. La camarera me agradeció por calmar la situación sin pelear ni gritar mucho. El tipo se fue, chasqueando la lengua molesto. Y su novia dejó una nota con una marca de lápiz labial en su silla.

Haaaa. Su dirección y número de teléfono... una zorra tan cachonda, perfecta para follar al azar, pero no es del tipo de relación seria. Rompí la nota y tiré esa mierda a la basura.

Dios sabe a cuántos chicos y chicas se folló esa zorra y cuántas enfermedades tuvo. O cuántas pollas al azar chupó antes de venir aquí. No voy a poner mi polla en ella.

...

Regresé a mi mesa después de revisar todo. Solo cinco minutos más para el final. Mi corazón esta latiendo tan rápido. Mi garganta parece seca. Tomé el vaso de la mesa y tragué el agua.

¡¡¡Uf!!!

Debo mantener mi cabeza despejada de esos pensamientos pervertidos. Miss Frost ya ha leído mi mente antes. Aunque gracias a eso me invitó a una cita, esta vez debo causarle una buena impresión pensando cosas buenas en lugar de pensar en su bonito trasero sexy y sus grandes tetas, con las que podría jugar para siempre sin cansarme.