MI HARÉN EN EL MULTIVERSO DE DC Y MARVEL

#157 SOBRIO

#157  SOBRIO

[Apartamento de Alana]

"¡Ups!" Alana tropezó cerca de la puerta.

"Cuidado ahora. Estás borracha, ¿recuerdas? Dame las llaves", le dije mientras tomaba las llaves de su mano. "Abriré la puerta y encenderé la luz".

Alana estaba borracha. Hablaba con dificultad y sus movimientos eran lentos, casi letárgicos. Tropezó de nuevo, con la mano agarrada a la pared mientras se estabilizaba, con los ojos vidriosos por el alcohol. Abrí la puerta, encendí las luces y entré a la habitación antes que Alana.

"Vamos", la levanté en mis brazos. "Tú vas a la cama."

Alana se apoyó contra mi pecho, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello, su cabeza apoyada en mi hombro. "Mmmmmm..."

La llevé al dormitorio y la puse suavemente sobre la cama. "Vamos a quitarte los zapatos".

Mis ojos recorrieron ella, viendo sus piernas abiertas para mí. Su vestido estaba recogido sobre sus muslos, dejando al descubierto un atisbo de ropa interior negra de encaje.

"Te gusta lo que ves~ ¿Mamá?" Ella movió los dedos de los pies para mí, su voz sonaba un poco arrastrada pero aún lo suficientemente coherente como para que pudiéramos mantener una conversación.

"Oh, sí..." Mis manos se extendieron hacia sus piernas, agarrando sus talones y sacándolos. "Muy bonita", murmuré en voz baja. Comencé a masajear sus pantorrillas, deslizando mis palmas por su piel desnuda mientras miraba sus piernas. "Tan suave."

Un gemido bajo escapó de los labios de Alana, su cuerpo se balanceó ligeramente mientras cerraba los ojos. Su lengua colgaba de su boca, lamiendo y humedeciendo sus labios mientras yo continuaba masajeando los músculos de sus pantorrillas.

"Qué suave..." susurré mientras lentamente avanzaba hacia arriba, alcanzando sus muslos. Me arrodillé junto a la cama, entre sus piernas y mirándola. Cuando miré hacia arriba, vi aparecer una leve sonrisa en su rostro.

"Tus manos se sienten increíbles", susurró Alana con voz ronca mientras se quitaba la camisa, dejando al descubierto su sujetador negro debajo. Mis ojos vagaron hasta la parte superior de sus senos, admirando lo alegres que se veían, y luego a su tonificado estómago. Tenía un pequeño piercing en el ombligo que brillaba con la luz. Ella levantó su trasero, "Quítame los pantalones cortos".

Como si estuviera en trance o algo así, ni siquiera se movió cuando agarré sus pantalones cortos y los deslicé por sus caderas, dejando al descubierto sus bragas. "Mmmmmm... ¿Cómo se ve esta MILF? ¿Es lo suficientemente sexy para ti?" Preguntó Alana mientras se pasaba las manos por el estómago, aplanándolo burlonamente mientras arqueaba ligeramente la espalda.

"Sí, muy sexy", murmuré suavemente mientras tocaba su estómago. Recorrí su cintura, deteniéndome justo debajo de su ombligo, recorriéndolo una y otra vez. "Eres tan hermoso."