#151 RECUERDOS RECUPERADOS

116 10 0
                                    


#151 RECUERDOS RECUPERADOS

Me desperté sobresaltado, mi mente dando vueltas con fragmentos de recuerdos. Algunas eran borrosas y desunidas, como piezas dispersas de un rompecabezas esperando a ser ensambladas. Pero en medio de la confusión, ciertos recuerdos se destacaron, vívidos y dolorosamente claros.


Recordé a Skye, la mujer que me había contratado como su guardaespaldas. Su presencia me había cautivado desde el momento en que la vi. Su cabello blanco como la nieve caía en cascada sobre sus hombros. Sus ojos, de un fascinante tono azul, contenían una profunda emoción que me atrajo como una fuerza gravitacional.


Skye era madre soltera y su hija Hina era la luz de su vida. Hina tenía un entusiasmo contagioso y una curiosidad infinita por el mundo. A menudo se aferraba a mis hombros, instándome a llevarla al árbol gigante en el campo para que pudiera presenciar la belleza del amanecer. Me reía y protestaba en broma, diciéndole que no me llamara papá. Pero Hina era terca y continuó dirigiéndose a mí como tal, derritiendo lentamente la resistencia en mi corazón hasta que acepté por completo el término entrañable.


Los recuerdos continuaron inundando mi mente, abrumándome con una mezcla agridulce de alegría y tristeza. Recordé los momentos felices que Skye y yo pasamos juntas, paseando de la mano por ese mismo campo. Las flores florecieron en colores vibrantes, bailando con la suave brisa como si celebraran nuestro amor. Nos tumbaríamos en la hierba, viendo pasar las nubes, compartiendo sueños y secretos que sólo nosotros dos podríamos entender.


Pero en medio de la belleza y la tranquilidad, la oscuridad asomaba en el horizonte. Recordé el día en que las lluvias de fuego cayeron del cielo transformando nuestro idílico paraíso en una pesadilla. Skye, debilitada y frágil, cayó en mis brazos, su vida se desvaneció mientras las lágrimas corrían por mi rostro. En ese momento, no logré protegerla, protegerla de los horrores que nos sobrevinieron.


Los recuerdos surgieron hacia adelante, envolviéndome en su cruda intensidad. Recordé a los responsables de destruir todo lo que amaba, de destrozar la vida que habíamos construido. La angustia y la ira surgieron dentro de mí, alimentando mi determinación de buscar justicia para quienes perdí y el dolor que nos infligieron.


Yo era fuerte, de eso no había duda. Pero la fuerza por sí sola no pudo deshacer la devastación que se había desatado sobre nosotros. El peso de ese fracaso pesaba pesadamente sobre mis hombros, un recordatorio constante de mis defectos.


Después de la tragedia que nos había sucedido, me quedé luchando con un profundo sentimiento de pérdida. El peso del dolor se posó sobre mis hombros como un pesado sudario, sus zarcillos envolvieron mi corazón, apretándolo con un agarre implacable. Cada respiración se sentía como una lucha, como si el aire mismo se hubiera vuelto pesado con el peso de mi dolor.


Hina...


Ella era la única luz que me quedaba.


Hina, mi dulce hija, fue la única superviviente de ese fatídico día. Su inocencia había sido empañada por las crueles manos del destino, dejándola con cicatrices que eran más profundas que cualquier herida física. No podía proteger a Skye, pero prometí proteger a Hina de más daño, ser el pilar de fuerza que necesitaba en un mundo que parecía decidido a separarnos.

MI HARÉN EN EL MULTIVERSO DE DC Y MARVELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora