MI HARÉN EN EL MULTIVERSO DE DC Y MARVEL

#81 LOS DESEOS MÁS OSCUROS DE JEAN

#81 LOS DESEOS MÁS OSCUROS DE JEAN

Me pregunto, ¿cómo sabe su sangre y cómo sería si probara un poco de ella? Quería lamer su sangre de mis labios...

*Inmunidad*

Una notificación apareció ante mis ojos.

¡Mierda! Casi me rendí.

Entonces, así es como se desencadena el hambre. Y la habilidad de inmunidad evita que se apodere de mi mente y me ayuda a mantener la cordura. Recuerdo que también apareció varias veces antes, evitando todos los efectos negativos en mí. Entonces... me pregunto...

¿A qué más soy inmune?

Puedo pensar en eso más tarde, por ahora, me centraré en Jean. Ella se retuerce en mis brazos. Agarré sus manos y las sostuve en la parte superior de su cabeza con una mano y la miré a los ojos. Ella no se resistió. Sus ojos parecen tan profundos, llenos de anhelo como si me estuvieran pidiendo que me quedara para siempre.

Toqué su barbilla con la otra mano y lentamente acerqué mis labios a los suyos. Ella se estremeció. Nuestras respiraciones están tocando nuestras caras. Jean trató de levantar su rostro y besarme, pero yo jalé mi rostro justo en ese momento y sonrió. Ella se ve tan dulce. Dulce e inocente.

Bromeé con ella, apartando mi cara cada vez que intentaba besarme. Mi sonrisa se hizo más amplia cada vez que ella fallaba y podía sentirme más excitado por su intento. Su rostro se está poniendo más rojo. Las puntas de sus orejas también se ponen más rojas.

Era obvio, a ella le gustaban mis bromas. Siguió tratando de alcanzarme, pero no la dejé tocarme. Eventualmente, dejó de intentar besarme y en su lugar me miró con ojos lujuriosos pero enojados.

"Bésame, hijo de puta", me gruñó Jean. Me reí de ella. Que lindo. Tanta ternura. "¡Quiero probar tus labios!" Dijo enojada. Su ira ya me estaba calentando. Estaba cada vez más impaciente.

"¡Joder! ¿Eh? Parece que tienes una mala boca", le dije con una sonrisa, todavía sosteniendo su mano, evitando que se moviera.

"Sí, hijo de puta. Deja de molestarme y fóllame ya", dijo Jean, mirándome. Esa cara malditamente hermosa que siempre me pone en marcha ahora está roja de ira y frustración. "Sí, tengo una mala boca. ¿Qué vas a hacer al respecto?"

"Oh, te voy a castigar", le dije con una sonrisa.

"¿Me vas a poner en mi lugar? ¿Eh?" Jean preguntó, levantando las cejas desafiante.

"Sí, te voy a poner en tu lugar", dije mientras le desgarraba los pantalones junto con su ropa interior, revelando su limpio y afeitado coño.

"¿Q-Qué vas a hacer?" La voz de Jean tartamudeó mientras se frotaba los muslos con anticipación.

La miré a través de los párpados caídos. "Las chicas malas necesitan ser azotadas", susurré, inclinándome hacia adelante y lamiendo sus labios húmedos. Aparté la cara.