201: El Escuadrón de la Muerte (Onyx Equinox/Demon Slayer)

Capítulo 15 (Epílogo)

Tras la batalla final contra Hitler en Bariloche, el Cuerpo de Cazadores de Demonios, las Águilas de la Muerte, y la Liga de Combatientes Extraordinarios, emprenden la marcha de regreso, más no sin antes rescatar a la pandilla de Lupin, cuyos miembros estaban a casi nada de ser dejados a su suerte en aquél lugar.

Con el pasar de los días, de los meses y de los años, nuestros héroes comenzaron a recibir numerosas condecoraciones y reconocimientos por la ardua labor que realizaron durante la guerra. En Japón, los miembros del Cuerpo de Cazadores de Demonios recibieron la Orden del Tesoro Sagrado, debido a "su labor y colaboración en la Pacificación de Japón y su Reintegración al Ámbito Internacional en los años posteriores a la Guerra". Por su parte, los miembros de las Águilas de la Muerte también recibieron la Medalla al Mérito Militar por "Ayudar en la preparación para el arribo del Escuadrón 201 al Conflicto en el Pacífico". Por otra parte, los miembros de la Liga de Combatientes Extraordinarios seguían realizando acciones altruistas y humanitarias en muchos lugares, y a espaldas de las autoridades internacionales que iban ya detrás de ellos al considerarlos como "Posibles Colaboradores del Eje".

No obstante, y con el transcurrir del tiempo, los Cuerpos de Cazadores de Demonios de todo el mundo dejaron de considerarse como tales para convertirse en los llamados "Ministerios de Asuntos Sobrenaturales" de diferentes países, mismos que continúan operando a las sombras de los diferentes gobiernos mundiales.

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Y mientras los años seguían pasando, nuestros héroes no solamente crecían, sino también han llegado a formar familias:

Tanjiro Kamado y su esposa Kanao Tsuyuri tuvieron cuatro hijos, los cuáles se llamaron Takeo, Hanako, Shigeru y Rokuta (los mismos nombres de los hermanos fallecidos de Tanjiro). 

Zenitsu Agatsuma y su esposa Nezuko Kamado tuvieron también cuatro hijos, los cuáles se llamaron Toko, Yoshiteru, Tanjuro y Kie (los dos primeros llamados así en honor a los antepasados de Zenitsu, y los dos últimos en honor a los padres de Tanjiro y Nezuko).

Inosuke Hashibira y su esposa Aoi Kanzaki tuvieron tres hijas, las cuáles se llamaron Kanae, Shinobu y Kotoha (las dos primeras llamadas así por las hermanas de Kanao, a quien Aoi veía como una hermana más, y la última hija llamada así por la madre de Inosuke).

Senjuro Rengoku, por su parte, contrajo matrimonio con las tres ayudantes de la Mansión de las Mariposas: Sumi Nakahara, Kiyo Terauchi y Naho Takada; ésto por indicación del ya retirado Pilar del Sonido, Tengen Uzui. Nakahara, Terauchi y Takada ahora están esperando a los hijos de Senjuro, quien ahora tratará de continuar con el linaje de la familia Rengoku.

Por otro lado, Taka Tomoe y Sumi Miyamoto continúan realizando labores como cazadores de monstruos en años posteriores, hasta que, tras diez años, dejan dicho trabajo para después retirarse tranquilamente y posteriormente casarse y formar una familia con seis hijos. Mientras que Murata, quien también formaba parte del Cuerpo de Cazadores, también se retiró para casarse con Uzaki (la prima de la difunta Ozaki) y engendrar varios hijos.

Y por Tengen Uzui no se preocupen; él es toda una máquina sexual, y ahora sus tres esposas, Suma, Makio y Hinatsuru, están por parir a más hijos. 

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De regreso a México, Izel contrajo matrimonio con Xanastaku, con quien procreó a nada más y nada menos que a la gran cantidad de nueve hijos. No obstante, los demás miembros de las Águilas de la Muerte tampoco cantan mal las rancheras (como dicen por ahí); ya que Yun contrajo matrimonio con Nelli, con quien tuvo ocho hijos; mientras que K'in contrajo matrimonio con Zyanya, con quien tuvo siete hijos. No cabe duda que las Águilas de la Muerte no sólo han formado un gran equipo, sino que también han creado a una gran familia mexicana cuyos ideales se basan en el honor, el trabajo y el compañerismo; poco a poco dejarían de lado aquellos tiempos de combate, para enfocarse en la enseñanza de la preservación de las culturas autóctonas de México, la enseñanza del español en las comunidades indígenas, así como la preservación de las mismas lenguas indígenas.