Parte cuatro: Unidos

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  Charles realmente, realmente, no puede dormir.

  Saber cómo enfrentarse a ese problema es... Complicado. Nunca tuvo problemas de sueño antes. Ni aún en su infancia cuando sus poderes mutantes recién despertaron, ni los pensamientos de todas las personas a su alrededor, de cada habitante en la isla, había sido capaz de interrumpir de tal forma su sueño durante las noches como este último tiempo con Erik lo ha hecho.

  Erik ha cambiado por completo su vida, y esas noches de insomnio son otra prueba más de la larga lista que tiene por revisar.

  Erik se ha incrustado dentro de su cerebro, a un nivel que sabe antes no había sentido jamás. De una forma que nunca creyó posible. Ya sabía de antemano debido a la información que se le dió cuando fue reconocido como un Guía, que mientras mayor sea el nivel de compatibilidad entre un Centinela y un Guía, la fuerza del enlace sería más grande. Pero una cosa era saberlo, otra cosa era sentirlo.

  Su conexión con Erik se siente tan grande como las profundidades del océano. Charles se siente ahogado, está lleno de la presencia de Erik. Tan gustoso con él debido a la tranquilidad que su lazo le brinda.

  Es entonces que cuesta para él comprender, cómo un enlace que le otorga tal paz, pueda ser la misma razón por la que no logra conciliar el sueño.

  Un jadeo exhausto escapa de sus labios. No sabe qué hora es, pero por la cantidad de tiempo que lleva rodando en la cama, intuye que ha de ser muy tarde. La cabeza le duele, siente que en su interior palpita, producido por la molestia de falta de sueño, efectos secundarios del insomnio, y su parte Guía que grita "Erik, Erik, Erik..."

  Charles se cubre el rostro, sonrojado, aunque nadie pueda verlo. La vergüenza de sus propios deseos es mucha como para enfrentarse a si mismo. Aprieta su cabeza con fuerza y sigue la cuenta que lleva para intentar dormir. Debió haber parado en el cien al no tener resultados, pero ir por el 616 tampoco está tan mal. Aprieta la mandíbula, reteniendo un gemido. Se concentra, más, y más, y más...

  Y de repente, hay una melodía sonando en su cabeza. Solo que no viene de su extremo del enlace. Sus ojos se abren de golpe al identificar el torrente de pensamiento de Erik, activo desde su lado de la conexión. Hay algo en él que le indica, como un radar, que se activa cada vez que Erik se aproxima, lo que significaba que Erik iba en camino allí.

  No entiende qué hace yendo hacia allá. Sus reuniones están pautadas siempre en lugares alejados al palacio para la seguridad de ambos, Erik no tendría que estar de camino a su habitación tan tarde.

  Era peligroso, pero según lo que captaba por su conexión, ya estaba demasiado cerca como para convencerle de retroceder de todos modos. La canción que se reproduce en su mente, una antigua canción hebrea, aumenta de volumen a medida que avanza. Erik no ha venido a su habitación desde la primera vez que Charles lo ayudó, y eso ya fue hace algún tiempo atrás. Como sea, está acostumbrado ya a sus pensamientos, así que identificarlo no es problema, y le da tiempo suficiente para abrir la ventana y ponerse su casco.

  Cómo imaginó, Erik entra tal y como la última vez. Puede sentir un toque de agradecimiento a través del enlace por dejarle abierto el paso esta vez. Charles permanece sentado en su cama, recostado contra la cabecera y con la luz apagada. Erik de seguro podría verle a pesar de la falta de luz gracias a sus sentidos, y Charles, tal y como estaba ahora, no tenía ánimos para enfrentar a Erik de frente. Segundos después, tiene al hombre usando su casco frente a él.

   ㅡEs peligroso que vengas aquí.

  Erik lo observa, Charles puede sentir una pizca de molestia en él por verlo de nuevo con el casco, pero al menos se ahorra algún comentario.

Mentes Espejo - CHERIK WEEK [2023]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora