Capítulo 1Katherine Van Helsing:El Juicio de la Traidora.

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Querido diario...

...No se cómo explicarlo, han pasado tantas cosas y la rabia amenaza devorarme si no me tranquilizo cuanto antes...algo que no puedo. Es imposible calmarme después de lo que sucedió. Comportarme serenamente hará que estalle en cualquier momento. Y si me pongo a actuar como una histérica llena de furia, tendré que descargar mi odio hacia la escolta personal de la Casa Van Helsing y no creo que sea prudente con la reputación que tengo en el reino de donde provengo, y con la clase de gente que habita allí...

...Podrás ver, querido diario, con cuanta furia escribo estos párrafos. Y como lágrimas de frustración, vergüenza e indignación salpican tus hojas desgastadas por el tiempo y el moho. Siendo tú un cuaderno tan hermoso, alguien te tiró en la calle sin apreciar lo que podrías servir. Cuando te encontré, fuiste lo más parecido a un amigo. Te he contado pocas cosas porque carezco de tiempo para hacerlo, ahora puede que te cuente todo, tiempo me va a sobrar hoy, lo cual es mejor así; pues hay muchas cosas que quiero contarte. Empezaré contándote los hechos de aquel día en que las cosas se salieron de control, cuando todo empeoró más de lo necesario...

3 días antes...

Todo el mundo se quedó embelesados con mis joyas: hermosas prendas de oro, plata, excelentes armas hechas de piedras preciosas y mucho más. Tendidos elegantemente sobre el mantel carmesí bajo el resplandor del sol matutino. Todos se le quedan viendo embobados antes de comprármelos. Teniendo en cuenta que nadie más vende joyas o armas en esta ciudad debido a que muchos mercaderes prefieren vender comida u otros artículos básicos que les son más rentables, no me sorprendía que la gente comprara lo que vendo siendo la única que portaba objetos de tal clase y calidad; es una ventaja.

Había mucha gente, lo cual es bueno para el vendedor, y al mismo tiempo agotador atender una fila interminable de clientes en medio del insoportable calor. Poniendo a prueba mi paciencia y mi humor. Lo peor no es eso, lo peor es que era jueves: iba a llegar el Rey del Continente Sin Nombre, Drácula, Hijo de Lilith, a visitar la ciudad. Cada vez que viene su Alteza, empiezan las protestas de parte de los humanos y los monstruos a causa de las medidas que ejecutó el Príncipe de la Oscuridad tras la Guerra de los Clanes, que finalizó hace meses atrás con la victoria del Clan de los Monstruos. Yo también estoy en desacuerdo con el resultado, pero las cosas no han empeorado para los de mi raza como temía; aunque el Clan de los Mortales no lo vea de ese modo. Los entiendo, pero ya no hay necesidad de seguir con esta lucha: Llevamos cien años en guerra contra los monstruos y ya hemos visto el resultado, hay que tomar un descanso para recuperarse de la sanguinaria batalla, o es lo que yo creo, por un tiempo. Esperaba que llegara el mediodía para cerrar mi tienda e irme de la Plaza Central antes de que los protestantes vinieran y crearan un caos en el lugar. A medida que transcurría la mañana, todos los mercaderes van preparándose para salir de allí lo antes posible si se presenta una dificultad, hasta los clientes andaban apresurados. Igual que yo. Después de vender y conseguir una estupenda venta... ¡Alabada sea Malhira! Cerré la tienda antes del mediodía. A partir de allí camino apresuradamente desde la Plaza Central hasta la Estatua del Héroe, donde se reúnen también muchos mercaderes ambulantes; allí veo a mi amiga Nairilyn.

La Ultima Reina: El Ascenso al Trono del Fénix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora