Capitulo 9 Final Rehen

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-Peter Benjamín Parker. -Levantó la vista de sus manos tratando de enfocar sin éxito todo parecía borroso y los temblores que sacudían a su cuerpo estaban fuera de control, apenas y sentía, pero la sensación opresiva en el pecho era aplastante, fijo la mirada en la persona frente a él o al menos lo intento tratando de concentrarse en los detalles, usaba un traje ajustado, corbata negra y una camisa demasiado barata para su gusto, suponía la habría comprado en algún centro comercial, sus ojos eran azules, no, eran verdes o quizá marrones, estaba sudando, que asco.

- Peter -Replicó, inclinándose sobre la mesa, al mover su silla esta había rechinado contra las baldosas del suelo en un sonido metálico que lo había hecho fruncir el ceño.

- ¿Qué? –Contestó, enarcando una ceja, parecía ansioso, incomodo en su presencia, como si algo en él físicamente le molestara, suspiro y un amago de sonrisa apareció en su rostro, casi había sido una sonrisa falsa, sólo casi, miró con desinterés como la persona metía un dedo en el nudo de su corbata, se preguntaba si estaría teniendo un día de mierda igual que él, suponía que sí.

-No me gusta que me llamen Benjamín. –Respondió suavemente, asintiendo y posando ambas manos sobre la mesa que estaba frente a él, el color blanco de las farolas le molestaba la vista y entrecerró los ojos tratando de enfocar las facciones del hombre frente a él, definitivamente eran verdes sus ojos, un poco oscurecidos por las sombras que proyectaban las luces.

- ¿Por qué? ¿Hay alguien en particular que te llame así? –La persona había tomado asiento justo frente a él, no lucía mayor pero tampoco lo describiría como joven, quizá tendría entre 35 y 45 años.

Se lamió suavemente sus labios, no era una pregunta agradable.

-No, sólo mi tía cuando está molesta y... sólo ella. -Trato de pasarse una mano en el cabello pero obviamente había resultado imposible y había soltado un enorme suspiro pensando en que mataría en ese instante por un cigarrillo, tenía los nervios destrozados o quizá una línea de coca, oh si, definitivamente una línea de coca, le daría el culo al guapo hombre frente a él si le dejaba esnifar aunque fuera la mitad.

- ¿Sabes por qué estás aquí, cierto? –Frunció el ceño, resultaba una pregunta estúpida pero incluso siendo una pregunta estúpida, era estúpido responder, trato de devanarse los sesos buscando la respuesta y había sonreído.

-Jajaja para ser sinceros, no. –Y no era mentira, su cerebro estaba frito por la coca y la heroína nuevamente, sentía que esta vez quizá si se había quemado todas las neuronas con toda esa mierda, chistó, las muñecas le dolían bastante.

- ¿Recuerdas lo que paso anoche? -El hombre parecía desesperarse por respuestas, se había sentado frente a él con las manos cruzadas y una mirada severa en el semblante, Peter se preguntó si así luciría un padre, el suyo había sido tan efímero en su vida, que no recordaba una sola vez que le hubiese reñido por algo.

- ¿Anoche? -Preguntó, escuchando como tras cada movimiento el metal chocaba entre sí y aumentaba la jaqueca

¿Lo recordaba?

[...]

Se limpió los restos de saliva de los labios, miraba el techo de la habitación y exhalaba la última calada de su cigarrillo apagándolo sobre la madera de la mesilla de noche y arrojándolo a algún lugar lejos de él.

Había llegado horas antes de la hora acordada y se había presentado en la recepción del Valet Parking como Harry Osborn, escondido detrás de los cristales polarizados nadie había podido observar que estaba bañado en sangre, no habían pedido su identificación le habían dado un numero de habitación, privada y alejada del hotel principal, clásico en Stark, había rentado toda una puta villa para él.

Apaga las luces//Dark StarkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora