| ᴠ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ɪ ᴄ ᴜ ᴀ ᴛ ʀ ᴏ |

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— Minho —le llamó Yujin, el día siguiente, mientras él se encontraba secando unas copas de batido y colocándolas en las estanterías desde su lado de la barra.

Minho, algo desconcentrado, dejó su labor y colgó el paño que tenía en mano en uno de los ganchos que había al costado de una encimera. Y secándose las manos en el mandil, se giró hacia Yujin, alzando una ceja con curiosidad.

La pelinegra no dijo nada, solamente se apoyó en la barra y miró sus manos unidas encima de esta por unos instantes. Y ante eso, Minho comenzó a recrearse montones de escenarios sobre lo que podría pasar por la cabeza de Yujin en ese momento que tenían que ver tanto con él como con Jisung.

Luego de lo que había sucedido ayer, las cosas habían estado un poco tensas en la cafetería -o al menos así las sentía él-, pero la presencia de Jisung en ese momento le había transmitido calma y se había olvidado del tema rápidamente.

Pero claro, Yujin no.

En este punto, Minho no sabía como la pelinegra no se daba cuenta de que a Jisung le gustaban los hombres.

— ¿Yujin noona? —preguntó extrañado al verla perdida en sus pensamientos, y se sobresaltó al verla sacudir la cabeza de un segundo al otro y enfocar sus castaños orbes sobre él, escaneándole como una presa.

— ¿Tú eres gay, cierto? —preguntó, con una sonrisa abierta que cualquier otra persona pudo tomar como amable, pero que Minho la sentía tan rara e incómoda que no podía verla más de dos segundos seguidos.

Minho tragó saliva y miró de reojo el local, nadie se percataba de la situación -porque además, había pocas personas como siempre y estaban en sus propios mundos- por lo tanto, nadie podría salvarle de la conversación que estaba seguro de que iba a tener en ese mismo momento con Yujin.

— Si, lo soy hace bastante —afirmó luego de volver sus ojos hacia la expectante Yujin, y al parecer, la chica estuvo decepcionada de su respuesta tan tajante y rápida. Dedicándole una mirada poco convencida, la chica arrugó las cejas y se irguió un poco sobre el mesón, como queriendo decirle algo necesariamente pero su boca cerrada no permitiéndoselo— ¿Por qué preguntas? —Minho volvió a preguntar, un tanto curioso por la extraña actitud de la pelinegra que había vuelto a tomar como anteriormente contra él.

Yujin se descolocó ante la pregunta de Minho, como si no estuviese preparada para dar explicaciones. El menor la vio apretar sus labios y pestañear varias veces con sus pequeños ojos antes de responderle— Es que yo... eh... tengo una duda —sonrió algo avergonzada, y Minho aspiró un poco de aire lo más discreto posible y miró la hora en el reloj de pared que había colgado detrás de Yujin, en 10 minutos Jisung terminaba sus clases y no quería que llegara y se encontraran, para nada del mundo lo quería—. En realidad es bastante tonta y no debería preguntártela a ti porque no se trata de ti —Minho alzó una ceja, algo extrañado y mil veces más curiosos que antes, aunque ya se diese una idea clara de qué quería preguntarle Yujin.

Minho sabía leer entre líneas, y Yujin quería causarle suficiente curiosidad como para que le siguiese preguntando y descubrir lo que quisiese saber de su parte y sin necesidad de preguntárselo, en este caso, a Jisung.

— Mmhm... entonces no es un tema que deberías aclarar conmigo —Minho negó con la cabeza, viendo el rostro de la chica quebrarse desde la bonita sonrisa persuasiva, hasta una mueca de decepción y algo de molestia.

— Sí... Igual, gracias —murmuró Yujin apenas perceptiblemente para su oído, antes de que tomara uno de los paños que Minho tenía colgados en el gancho de la encimera, y se fuera rápida y pesadamente hacia la cocina, Minho no le quitó un ojo de encima hasta perderla de vista a través de las pequeñas ventanitas que tenía la puerta de la cocina.

Dejó salir un largo suspiro que no sabía que estaba reteniendo, últimamente se sentía demasiado ahogado en la cafetería, y su única vía de escape era Jisung.

Esa misma tarde y 20 minutos después del suceso, la campana de la puerta de entrada sonó, y Minho alzó la vista con una radiante sonrisa al saber quién era,

Con una sudadera negra y un beatle cuello de tortuga blanco debajo de esta, Jisung había llegado tan simple pero imponente, y Minho se sintió derretir un poquito al ver lo guapo que se veía su casi novio caminando hacia él sin quitarle los ojos de encima y con una pequeña sonrisa temblante en los labios por el frío que comenzaba a hacer.

— Hola, Honnie —saludó cariñosamente el castaño, con esa potente voz que arrulló a Minho, y dejando el casco por sobre la mesa y de paso, uniendo sus manos en un suave apretón como saludo, Minho soltó una risita, acariciando con el dorso de su mano la fría mano del menor.

— Estás helado —Jisung negó con la cabeza, restándole importancia.

Minho miró por las ventanas de la puerta de la cocina, esperando que nadie le estuviese prestando la atención suficiente. Y agachándose suavemente, tomó el té más cercano que tenía con un infusor, y comenzó a preparar un té para el congelado Jisung.

— ¿Sabes? Llevo tres semanas y media sin comer carne, ni embutidos, ni nada —volvió a hablar Jisung, viendo atentamente como Minho preparaba el té lo más rápido posible. El chico le miró con una sonrisa frente a la tetera mientras hervía.

— ¿De verdad?¿Te estás haciendo vegetariano? —preguntó, casi tan feliz como el día en que Jisung se le confesó. La idea de que Jisung fuese vegetariano como él le resultaba bonita, ya no sería un raro espécimen que no comía carne entre los coreanos y se alimentaba de frutas y verduras solamente.

— Si, o sea —Jisung ladeó la cabeza—, siempre me gustó el tema del vegetarianismo, pero mi mamá me lo prohibió por muchísimo tiempo mientras estaba en el instituto —Jisung se encogió de hombros, soltando una risita—, y ahora que soy bastante más independiente, y como estoy contigo, comencé a dejar la carne y ser vegetariano, tal como tú —Jisung alzó las cejas y entrelazó sus dedos en la barra.

Minho se rio, tomando la tetera y acercándose a la taza que tenía puesta al otro lado de la encimera con el difusor— O sea, ¿te hiciste vegetariano porque te influencié indirectamente a serlo? ¿Por mí? —Minho lo preguntó en broma, mientras vertía el agua caliente en la taza.

— Si, por ti —afirmó, y Minho sintió cosquillas en el estómago y con su cuerpo vibró por completo ante esas tres míseras palabras.

Y tal vez, luego Minho entendió el porqué Yujin había mentido con eso de ser vegetariana.

Y tal vez, luego Minho entendió el porqué Yujin había mentido con eso de ser vegetariana

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For Me?《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora