| ᴠ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ɪ ɴ ᴜ ᴇ ᴠ ᴇ |

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Cuando Jisung cerró la puerta principal detrás suyo, enseguida buscó las manos de Minho con algo parecido al desespero, y entrelazando esos suaves dedos entre los suyos, jaló el cuerpo envuelto en varias capas de ropa de Minho contra el suyo. El frío ya estaba pasando la cuenta en la ciudad y más que otoño parecía invierno, Minho tenía las orejas congeladas y la nariz roja por el viaje en motocicleta hasta allí, cosa que le pareció sumamente tierno a Jisung, añadiendo que su pequeño se veía como un tierno osito por el abrigo café achiporrado que traía, y que lo hacía lucir blandito.

Minho chocó con él por el tirón, tropezando con sus pies y apoyándose en el pecho contrario con esos ojitos brillantes que Jisung había admirado desde el primer día, y formó una media sonrisa tranquila mientras una de sus manos soltaba los helados dedos de Minho y comenzaba a subir suavemente, hasta acariciar su cuello con la punta de los dedos y acunar esa suave y tersa mejilla contraria contra su palma. El chico ronroneó ante el toque, apoyándose más contra la palma de Jisung cuando este dejó una caricia con su pulgar en el pómulo.

— Te he extrañado mucho, aunque no lo creas —susurró el menor, su aliento tibio y agradable chocando en el rostro de Minho, quien dejó salir un suspiro gustoso mientras se aferraba aún más a Jisung.

— Yo también lo he hecho —revoleó sus pestañas, sonriendo quedito y sintiendo la punta de la nariz de Jisung rozar con la suya.

Sintió esas manos bajar de su rostro hacia su abrigo, bajando el cierre de este suavemente mientras sus ojos volvían a conectarse, y sus labios se unían en una explosión de sentimientos que hizo gemir a Minho por el contacto. Retrocedió un poco, saliendo de hall de entrada del departamento y con Jisung siguiéndole mientras movía sus labios contra los del pelinegro con un deseo oculto que extasió a Minho en un par de segundos. Su piel hormigueó por sobre la camisa al sentir las manos de Jisung dentro de su abrigo y chaleco, y él suavemente dejó caer ambos por sus hombros y brazos mientras cerraba los ojos y abría solo un poco su boca, lo suficiente como para que el menor adentrase la lengua en busca de la suya.

Enredó sus manos en la nuca de Jisung, entremedio de esos cabellos suaves y rizados mientras lo acercaba más a él. Sus pechos rozando con cada movimiento. Jisung se quitó la chaqueta que llevaba, quedando solamente en una camiseta y dejando a Minho sentir su trabajado cuerpo por la fricción de este mismo, y exhaló por la nariz al sentir esas tibias manos meterse por debajo de su camisa para tocar la piel de su cintura y vientre, sus meñiques jugando con el borde de sus pantalones ociosamente.

Se separó un momento, solamente para atrapar el belfo inferior de Jisung y delinearlo con la punta de su lengua, antes de que ambas se entrelazasen de nuevo en un desordenado y fogoso beso nuevo que calentó el estómago de Minho y nubló sus sentidos, gustoso.

Gimió contra la boca de Jisung nuevamente cuando recibió una mordida, y dejó de tironear ese cabello para bajar sus manos a la camiseta y apretarla entre sus dedos. Se sentía caliente, una presión en su vientre completamente nueva y una tensión sexual tan fuerte sobre ellos que Minho ya no estaba en todos sus sentidos, solamente quería sentir a Jisung, su piel quemar contra ese tacto y fundirse junto a él.

Jisung se separó de él, solamente para enfocar sus vidriados ojos en los botones de su camisa e intentar desabrocharlos torpemente. El pelinegro tragó saliva, algo nervioso pero ansioso también, y en un momento de vergüenza por la potente mirada de Jisung sobre él, giró la cabeza hacia la puerta de entrada.

Y gritó al ver dos figuras allí.

Jisung se desconcertó por un momento, viendo el cuerpo de Minho ocultarse tras suyo y colocarse tan rojo como un tomatito, y arqueando una ceja se giró hacia la puerta de entrada, algo molesto por la interrupción. Pero se quedó tan blanco y helado que Minho temió que cayera al piso.

Minho, de lo poco que pudo ver antes de ocultarse por la vergüenza, se trataba de una mujer bajita y pelinegra, ya de edad, y un chico más bajo que él y cuerpo atlético. Pero lo que definitivamente le quiso hacer enterrarse vivo fue lo que Jisung soltó después de un par de segundos.

— M-mamá... Changbin... —el castaño apretó sus labios, sin dejar de mirar a ambos y sintiendo los pequeños golpes avergonzados de Minho en su espalda.

¡Acababan de hacer un espectáculo frente a su futura suegra! Si Minho no se hubiese girado, tal vez la señora hubiese visto como es que su hijo le comía como un pedazo de pastel.

Escuchó un suspiro entre su ataque de vergüenza, antes de que la suave voz de la mamá de Jisung se escuchase: — Bueno... Changbin me había contado que estabas viendo a alguien... pero no pensé que ibas a ir tan rápido, hijo.

— Eh... yo... e-eh —Jisung no sabía qué decir, sosteniendo la cintura de Minho por su espalda para que el tembloroso chico no cayese y viendo el a punto de estallar en risa y el estoico rostro de su madre quien lo miraba como si esperase a que dijese algo.

Minho sintió sus ojos picar cuando todo volvió a quedarse en silencio, avergonzándose más cuando aquel 'Changbin' soltó un par de risitas bajas. Ya no tenía cara para mirar a la señora Han a los ojos y solamente quería refugiarse en Jisung hasta que se le pasase la vergüenza.

— Bueno, hijo —volvió a escuchar la voz de aquella, sintiendo a Jisung tensarse un poco— ¿No me vas a presentar al chico detrás tuyo? Tengo mucha curiosidad por ver quién logró dominar a mi hijo,

No, Minho realmente no podía mirarle a la cara.

No, Minho  realmente no podía mirarle a la cara

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For Me?《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora