| ᴛ ʀ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ᴀ -ʏ- ᴜ ɴ ᴏ |

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Minho miró la habitación sin poder creérselo, ignorando el ladrido del esterilizado Bbama al reconocerle desde su cama. Aún parado en el umbral de la puerta, el sueño se le había ido por completo de un segundo a otro e inspeccionaba el lugar de rincón a rincón, sintiendo un nudo en la garganta cuando quiso tragar saliva.

Se giró hacia la derecha, en donde Jisung tenía una mano en la cadera y la otra se la pasaba por los ojos, con una mueca de frustración más que evidente, le estaba evitando la mirada a Minho y murmuraba algo en voz baja que ahora mismo el pelinegro no podía comprender.

Minho soltó el aire que tenía retenido antes de entrar a la habitación y detenerse en la alfombra al medio de esta, girando sobre sí mismo y sintiendo su corazón palpitar cada vez que veía algo nuevo.

— ¿Es... en serio? —se odió por dejar que su voz saliera como un pequeño hilo a punto de romperse, y sintió sus ojos arder y nublarse cuando notó a Jisung apoyado con una sonrisa avergonzada en la puerta.

— Se suponía que debía ser una sorpresa... pero se me había olvidado con la visita de mamá —explicó con un largo suspiro, levantando las cejas y rascándose la nuca, sin dejar esa mueca de frustración y mirando como Bbama se paraba a duras penas de su cama y se iba a refregar a las piernas de Minho en busca de cariño, pero este estaba demasiado concentrado viendo su sorpresa fallida.

— No puedo creerlo —soltó una risa, entrecerrando los ojos y dejando que la primera lágrima saliese de estos, se llevó las manos a la boca mirando hacia el techo toda aquella decoración.

— Supongo que la he cagado, ¿no? —Jisung se rio junto a él, negando con la cabeza y mirando hacia el suelo. El pequeño plan que tenía se había ido por la borda por su pequeño descuido y ahora ya no sabía qué hacer, tampoco que decir, solo podía ver la sombra de Minho pasearse por su habitación un par de instantes, antes de detenerse frente a él y abrazarlo con tanta fuerza que le faltó el aire por un momento al castaño, sintió un par de cosquillas al sentir el rostro de Minho ocultarse en su cuello, y más aún como una pequeña lágrima caía a su clavícula. Rodeó el pequeño cuerpo con sus brazos, sintiendo como Minho se acoplaba contra él y soltaba suspiros de felicidad mientras lloraba suavemente.

Minho jamás se esperó que al entrar a la habitación de Jisung, se encontrase con el lugar lleno de globos blancos y rojos, de los cuales colgaban pequeñas rosas y las pocas fotografías que tenían juntos impresas, al igual que su cama decorada con pequeños lazos de seda y un ramo de claveles blancos con bordes tintados en rojo -sus flores favoritas-, envueltas en género cromado y con un montón de bombones junto con un sobre negro encima de las sábanas blancas.

— Eres un idiota, Han Jisung —susurró el pelinegro, afianzándose aún más sobre Jisung y sintiendo la burbujeante risa del chico retumbar contra su pecho.

— Ya sé, que todo esto te lo debía mostrar yo, no descubrirlo tú solo —volvió a reír por su fracaso, sintiendo a Minho alejarse de él y mirarle. Y solo pudo tomar ese bonito rostro entre sus manos y limpiarle las lágrimas—. No llores, ¿si?, ven conmigo.

Jisung le tomó la mano con cuidado, entrelazándola suavemente y dándole un apretón. Y Minho instintivamente recordó aquella vez cuando notó como Jisung le había agarrado la mano a Yujin, tan distinto a como se la tomaba a él, con tanta ternura y cariño expresado que hacía sus dedos hormiguear. Minho miró todas las fotos colgadas de los globos. Estaba aquella que se habían sacado cuando Bbama se había interpuesto entre ellos en el sofá de la sala, de esa primera vez en donde habían salido a una cafetería, su primera cita, el día en el que Jisung se le declaró. Eran pocas, pero todas eran tan especiales que Minho no evitó el tomarlas de los listones de los globos y apretarlas contra su pecho.

For Me?《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora