𝑳uis llegó a Valdelobo tras cinco horas de avión y seis horas en taxi. Agradeció en ese momento el haber conseguido trabajo puesto que la suma de dinero que había gastado en un solo día había sido abismal. Ante él se presentaba el lugar donde había pasado toda su infancia, lo que hizo que por su mente pasaran a toda velocidad una gran cantidad de recuerdos, algunos buenos y otros no tanto.
El pueblo no había cambiado nada desde que se fue: ahí seguía el granero, las casas, la torre, la iglesia... Los vecinos llevaban la misma ropa de siempre, vieja y desarreglada. Nadie pareció reconocerlo, sin embargo, sentía pares de ojos fijos en él que lo miraban con curiosidad. Llegó a la casa que compartía con su abuelo. Según Carlos, las llaves estaban escondidas entre los matojos de plantas silvestres del patio, y así era. Abrió la puerta y ver el interior se sintió como si hubieran derramado una jarra de agua helada en su espalda en pleno enero. Allí estaba todo: la mecedora, la chimenea, la cocina, la mesa y las escaleras de madera vieja que llevaban al piso de arriba, sin embargo todo se encontraba perfectamente ordenado y limpio dado que Carlos y su madre se habían encargado de prepararlo todo para él.
Hacía ya casi diecisiete años que aquella casa estaba desierta, desde que su abuelo murió nadie más volvió a entrar en ella hasta hacía unos días dado que la atmósfera que se respiraba resultaba pesada y desagradable. Subió las escaleras con su maleta. En el piso de arriba ahora solo había una cama, la de su abuelo fue quemada cuando este falleció pues estaba cubierta de manchas de sangre. Había dos ventanas, un viejo escritorio de madera desteñida frente a una de ellas, que daba a la casa de su amigo; una cómoda y una pequeña estantería, todo estaba exactamente igual.
Escuchó cómo llamaban a la puerta en el piso de abajo, así que dejó la maleta y bajó para abrir, al otro lado estaban Carlos y su madre Emilia, quienes le recibieron con una enorme sonrisa y un fuerte abrazo.
— ¿Cómo está mi chiquitín? —preguntó ilusionada la mujer pellizcándole las mejillas.
— ¿Pero no se supone que ese soy yo? —preguntó Carlos, visiblemente ofendido por las palabras de su madre.
— Tú cállate, mendrugo. —Ante aquellas palabras, Carlos rodó los ojos, provocando que Luis riera.
— Bien, bien, aunque algo cansado.
— Has de estar agotado, cariño. ¿Tienes hambre? ¿Te preparo un estofado?
— No, no te preocupes, estoy bien. —Dirigió la mirada a su amigo — ¿El otro chiquitín quiere un estofado?
— Que te jodan, Luis. — Dijo él dándole un golpe en el brazo.
Los tres entraron en la casa. Luis se apoyó en la pared con el hombro y Emilia miraba a su alrededor admirando el trabajo de limpieza que había realizado con la ayuda de su hijo.
— Bueno, ¿vas a explicarme en algún momento cómo conseguiste mi número de teléfono o simplemente tengo que pensar que eres un psicópata?
— Solo tuve que buscar en Internet. —sonrió orgulloso Carlos.
— ¿Pero aquí tenéis de eso? —Luis frunció el ceño. Valdelobo estaba perdido en el monte y era raro que alguien supiese de su existencia, mucho más raro era que allí hubiese algún servicio eléctrico.
— Yo sí, y pronto conseguiré que el resto del pueblo también. —A Luis le fascinaba el optimismo de su amigo, no había cambiado nada en esos años.
— Bueno, chicos, debería irme si quiero que cuando llegue Lena la casa no parezca una pocilga. —Habló emilia interrumpiendo la conversación entre los dos varones.
¿Lena?
— Ahora iré a ayudarte, mamá. Tengo que hablar con Luis de cierto asunto.
— De acuerdo. Adiós, Luis, ya sabes dónde encontrarnos. —Se despidió la mujer con cariño cerrando la puerta a su paso.
Carlos caminó hasta sentarse en las escaleras frente a Luis. Se le veía algo inquieto, como si no estuviera seguro de lo que iba a decir, jugaba con sus manos nervioso. Suspiró y dirigió su mirada a Luis, quien lo miraba intrigado.
— Saddler quiere verte mañana a las ocho en la iglesia. Yo que tú sería puntual. —habló pero Luis supo que había algo más, algo que Carlos estaba deseando decir pero no lo hacía por ¿miedo?
— Bueno, supongo que adiós a mis vacaciones... — el moreno rio y se sentó al lado del rubio en la escalera — ¿piensas decirme qué me estás ocultando?
Carlos suspiró, diriengo la vista a otro lado. Giró su cuerpo hacia Luis, pegándose un poco más a él y comenzó a hablar en susurros, como si tuviera miedo de que alguien los escuchara a pesar de que aquello era imposible, pues estaban solos.
— Mira tío, te llamé porque imaginé que necesitabas trabajo y sabía que esto era una gran oportunidad pero... —miró a su alrededor, buscando quizá un par de ojos escondidos en algún rincón escuchando atentamente— no me fío de Saddler. No sé, quizá sea porque el tipo es algo misterioso, pero... No me gusta, hay algo en sus ojos. Ten cuidado, Luis.
Luis pensó que quizá su amigo estaba exagerando, siempre había sido un paranoico y algo desconfiado, pero sabía que si le advertía de esa manera solo era para protegerlo. Hacía años que no veía a Saddler, aunque cuando era niño le daba algo de miedo. En su momento, Saddler era un hombre serio, con un semblante sonmbrío, sus ropas eran antiguas y de colores oscuros y siempre solía portar un bastón dado que tenía algunos problemas para andar, aquellas cosas aterrorizaban a Luis de niño, pero ya había crecido y sabía que no tenían porqué significar un peligro. De hecho, lo recordaba como un hombre que siempre ayudaba a quien se lo pedía.
— Tranquilo, Carlos, estoy seguro de que todo irá bien, no tienes de qué preocuparte. —Le dio una pequeña palmada en la espalda a su amigo, tratando de reconfortarlo.
— Solo hazme caso, por favor. —Carlos se levantó y se dirigió a la puerta. — Debería irme, Lena estará a punto de llegar y será mejor que ayude a mi madre a recoger si no quiero ser la guarnición del estofado.
— Ahora que lo mencionas, ¿quién es Lena? ¿Te has echado novia y no me lo has contado? —Se levantó acercándose a Carlos, quien rió.
— No, no. Elena es una amiga que conocí en un foro de Internet hace unos meses y la he invitado a venirse aquí unos días. Está algo agobiada por las pruebas y necesitaba despejarse.
— ¿Pruebas? ¿Qué pasa, acaso está enferma? —Frunció el ceño.
— No, imbécil. Se está preparando para las pruebas de policía.
Policía, aquello a Luis no le gustaba. Nunca había tenido problemas con la justicia pero la mayoría de policías que había conocido habían resultado ser todos unos incompetentes que se aprovechaban de una placa de metal para hacer lo que les parecía sin asumir las consecuencias. No conocía a la chica, y no dudaba que fuese encantadora, pero aquello hizo que una pequeña mueca de asco apareciera en su cara, pero trató de disimularla.
— Oh, vamos, no hagas eso. ¿Quieres conocerla? Es muy buena chica, estoy seguro de que te caerá bien.
Hace unos días, Luis no se hubiera rehusado ante ninguna proposición de conocer a alguien del género contrario, pero estaba cansado y debía centrarse en el trabajo dado que era una oportunidad increíble, así que este negó con la cabeza.
— Lo siento, pero voy a pasar. Estoy cansado y preferiría despejarme un poco.
Su amigo lo comprendió y sin insistir se fue de la casa, dejándolo solo.
Luis entonces aprovechó para deshacer la maleta, no por cuestión de orden sino por encontrar su cajetilla de tabaco, llevaba demasiadas horas sin fumar y las ganas lo estaban matando. Se la guardó en un bolsillo de su pantalón, tomó el mechero y salió para tomar el aire.
Comenzó a caminar por el camino que llevaba al lago, aquel camino que llevaba años sin tomar, sin embargo, sus pies recordaban exactamente por dónde debía ir sin perderse. Se llevó el cigarrillo a los labios y lo encendió con el mechero mientras atravesaba una zona de casas de pesqueros. No había nadie fuera pero podía verse luz saliendo de las ventanas de las casas.
Estaba cansado y, aunque su cuerpo le pidiese a gritos una cama, prefería caminar hasta agotarse antes de irse a dormir, intentando así poder caer en los brazos de Morfeo toda la noche sin la molesta interrupción de sus pesadillas. Pasó media hora, cuarenta y cinco minutos, una hora hasta que decidió que era momento de girar sobre su propio eje y volver a casa. Su mente se mantenía en blanco salvo por los nervios de la reunión de mañana, entonces recordó las palabras de carlos, «ten cuidado». Aquello hizo que algo en su interior se revolviera, queriendo hacer caso a las palabras de su amigo.
Siguió caminando hasta que llegó a la plaza del pueblo. Al lado de la casa de Carlos pudo ver a su amigo y a su madre, pero entre ellos se asomaba una cara desconocida. Entre sus cuerpos había una mujer que no había visto antes; era ligeramente más baja que él, tenía el pelo por encima de los hombros de un color negro azabache, unos ojos azules grisáceos, piel muy blanca, curvas bonitas y una sonrisa reluciente. Era preciosa. No pudo evitar quedarse mirándola con intriga.
Ella, por su parte, sintió un par de ojos mirándola y dirigió su vista a los ojos de Luis, extrañada. Se quedaron mirando durante unos segundos hasta que Carlos y su madre la invitaron a entrar en casa, haciendo que la chica desapareciera de su vista.
Luis entró en casa, con la imagen de aquella mujer mirándolo a los ojos aún en su cabeza.
"Céntrate en el trabajo, no la cagues con esto" — se dijo a sí mismo.
Subió las escaleras y desnudó su cuerpo para meterse en la cama sin siquiera haber cenado, estaba demasiado cansado para ponerse a cocinar. Activó el despertador de su móvil para no llegar tarde a la reunión, aunque el camino no le llevaría ni dos minutos pues la iglesia se encontraba cerca de casa.
Se durmió, rezando un día más por no despertar recordando a su abuelo.𝑨𝒖𝒕𝒉𝒐𝒓'𝒔 𝒏𝒐𝒕𝒆𝒔. ♡
Sé que es cortito y simple pero también es necesario para ir entrando en la trama. Con los siguientes capítulos comenzaremos con los pov's, me gustan más que el narrador omnisciente y creo que transmiten mejor los sentimientos de los personajes.
En el siguiente capítulo conoceremos a Lena, creo que os gustará mucho y que muchos os identificaréis con ella.
Recuerdo que si os gustan los capítulos no os olvidéis de votar, me motiva mucho a seguir escribiendo! También os recuerdo que en el link de la primera parte podéis encontrar una playlist de Spotify con todas las canciones que van apareciendo en la novela.Gracias!
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⤿ señorita . ━━━━ luis serra.
Fanfiction─ ❛ Nunca pensé que lo único que querría ver antes de dormir iba a ser tu rostro, 𝒔𝒆𝒏̃𝒐𝒓𝒊𝒕𝒂. ❜ ❏ Luis Serra x Fem!OC. ❏ Basado en «Resident Evil 4 Remake» ❪ spoilers ❫. ❏ Cambios en la historia. ❏ Solo me pertenecen aquellos personajes q...