𝑳𝒖𝒊'𝒔 𝒑𝒐𝒗.
El derpertador sonó a las siete y media de la mañana, cuando apenas se atisbaba un mísero rayo de luz en el cielo. Lo apagué rápido para poder deshacerme de aquel estridente y desagradable sonido que provenía del los altavoces de mi teléfono. Froté mis ojos con el obejtivo de deshacerme del sueño y miré a mi alrededor, sintiendo una horrible presión en el pecho al percatarme del lugar en el que me encontraba. Era como volver a tener once años otra vez, pero ahora estaba a salvo. Me levanté todo lo rápido que pude y me dirigí con pasos pesados al baño. La madera del suelo estaba fría y aquello ayudó a mi cuerpo a despertarse casi por completo. Me dirigí al lavabo y coloqué mis manos en forma de cuenco bajo la cascada de agua fría que brotaba de aquel objeto de metal, hundí mi cara en el agua a ver si por fin conseguí activar mi cerebro en su plenitud, y funcionó demasiado bien.
Me sequé el rostro con una toalla vieja y me miré en el espejo. Mi cabello estaba crecido y desaliñado, bajo mis ojos había unas oscuras y profundas ojeras como resultado de todos estos años de pesadillas dirarias y mi barba estaba amenazando con comenzar a salir pronto, pero era demasiado temprano para afeitarme.
Había cambiado mucho con el paso de los años y el Luis que hace años sentía esta casa como un hogar, ya no estaba. Se había marchado para nunca volver y había dejado a un hombre solo, triste y que había perdido completamente el brillo de su ser.
Comprendí entonces que madrugar me convertía en un hombre poético.Bajé al piso de abajo, los escalones rechinaban y crujían bajo las plantas de mis pies y pensé que en cualquier momento se romperían dado su estado por el paso de los años. Me posicioné en la cocina, buscando un frigorífico por pura inercia al no recordar que mi nueva casa no diaponía de servicio eléctrico. Aquello también significaba que no podía servirme un café rápido, haciéndome maldecir, mi cuerpo pedía cafeína a gritos. Finalmente, me preparé sin desayunar nada, era tan pronto que sentía que si algo entraba en mi boca en ese momento, vomitaría.
Salí de casa portando una cartera de cuero conmigo donde llevaba todo mi expediente académico perfectamente ordenado y grapado y me dirigí a la iglesia sin demorarme demasiado. Llegué antes de la hora prevista, por lo que Saddler todavía no se encontraba presente, de hecho pensaba que estaba solo en el lugar hasta que alguien tocó mi hombro, provocando que casi saltara del susto.
Me giré para ver quien había estado a punto de matarme de un infarto, pero cuando lo hice, frente a mí solo podía ver un cuerpo vestido con un abrigo largo de cuero negro, por lo que tuve que alzar la vista para divisar el rostro de mi casi asesino. Cuando lo hice, el rostro sonriente de Bitores Méndez me recibió.
Bitores era el alcalde de Valdelobo, llevaba siéndolo desde que yo era un niño, el paso de los años era evidente en él, sin embargo, seguía siendo un hombre alto y corpulento. Portaba en su rostro una barba frondosa y un ojo de cristal. Cuando era niño, Bitores me perseguía en mis pesadillas, cosa curiosa porque era un tipo encantador, pero su aspecto daba a entender todo lo contrario.
— ¡Luis, viejo amigo! — dio una palmada en mi espalda, provocando que casi me cayera al suelo. Una mano suya tenía prácticamente el tamaño de mi rostro — ¡Qué alegría verte, chico! Cuéntame, ¿cómo te ha tratado la vida?
— Buenos días, señor. — dije sonriente, su actitud y su simpatía me fascinaban, estas se contagiaban — Bueno, supongo que no me puedo quejar, sobretodo cuando ahora tengo la oportunidad de volver a mi hogar para trabajar. ¿Cómo ha estado usted? ¿Cómo han ido las cosas por aquí?
— Bueno, ya sabes, sigo cuidando de mi pueblo como el primer día, así que estoy estupendamente. — Rio— Tu amigo Carlos está tratando de instalar servicio de Internet en todo el pueblo, ¿sabes? Parece que nos estamos adaptando a los nuevos tiempos.
Ambos entramos a la iglesia para esperar a Saddler. Yo nunca he sido creyente, tal vez lo fuera de niño, pero siempre me habían fascinado las iglesias. Eran preciosas, con su altura, sus esculturas, sus vidrieras... Observé las paredes que me rodeaban con la misma pasión que lo hacía el Luis de cinco años cuando entró allí por primera vez. No era un espacio grande, pero sí alto, con un piso superior al que se accedía por unas escaleras que se encontraban a los lados, custodiadas por unos barrotes metálicos que se abrían mediante un puzzle que funcionaba con los reflejos de la luz. La resolución del puzzle revelaba el símbolo de "Los Iluminados", como se autodenominaba el culto que regía el pueblo.
Valdelobo era un pueblo devoto, sobre él gobernaba Bitores, sin embargo, la mano de Saddler siempre estaba presente por alguna razón, no dudaba que ese fuera el motivo por el que el pueblo se encontraba tan atrasado en la historia, no entendía cómo Saddler permitía a Carlos instalar servicio de Internet, pero tampoco era asunto mío.
Tras uno minutos, las puertas de la iglesia se abrieron revelando a un Lord Saddler mayor, vestido con una túnica de colores púrpuras y acompañado por dos monjes que vestían ropas negras y no portaban ni un solo cabello en su cabeza. Saddler portaba un bastón que le ayudaba a poder andar, este tenía en su cúspide el símbolo de la iglesia hecho de netal.
— ¡Oh, Luis, hijo pródigo! —alzó los brazos como si estuviera lanzando una plegaria a los cielos, yo me puse de pie un salto— ¡Qué alegría nos da verte! Veo que te han tratado bien los años.
— Lo mismo le digo, señor. — en verdad pensaba todo lo contrario.
Saddler extendió su mano izquierda en mi dirección. En su dedo anular portaba un anillo de color dorado con un grabado que parecía ser el mismo símbolo de su cetro. Como indicaba la tradición, lo besé sin demora, a pesar de que a mí me parecía un gesto ridículo y humillante. Él sonrió ante mis actos con superioridad.
— ¿Te ha contado Carlos sobre nuestro increíble hallazgo? — preguntó, mirándome fijamente.
Aproveché para fijarme detenidamente en sus orbes. Estos eran oscuros y transmitían un aura que llegaba a incomodarme, entendí entonces lo que me dijo Carlos en las escaleras de mi casa. Saddler no era de fiar, pero ahora mismo no podía hacer nada más que escuchar y asentir.
— Sí, me ha contado que los mineros han encontrado algo en una galería abandonada.
— Creemos que son Las Plagas. — Habló Bitores.
Un escalofrío recorrió todas y cada una de las vértebras de mi columna. ¿Las Plagas? Creí que habían sido extinguidas hacía años.
— Disculpe, señor, ¿ha dicho Las Plagas? — mi voz se escapó de mi garganta con un claro tono de incredulidad.
— Así es, hijo mío. — habló Osmund — Creíamos que habíamos acabado con ellas hacía años pero, puede que estuviésemos equivocados.
Las Plagas fue el nombre con el que denominamos a los parásitos que asediaron Valdelobo hacía ya casi cien años. Este parásito databa de muchos siglos anteriores, pero tenía una increíble capacidad de supervivencia si se encontraba en el huésped adecuado. Como cualquier parásito, se alimentaba de quien fuese infectado, con la peculiaridad de que llegaba a poseerlo y controlar su mente a su antojo. Sus síntomas eran parecidos a otras infecciones víricas: tos acompañada de sangre, fiebre, alucinaciones... A veces resultaba difícil de identificar.
Una peculiaridad de este parásito es que había una "abeja reina" del enjambre, un parásito mayor que controlaba al resto. Sin duda, se trataba de un ser vivo con una inteligencia asombrosa.
— Pero, no lo entiendo. Si se trata de las plagas, ¿cuál se supone que es mi papel en todo esto?
— Bueno, no sabemos si estamos en lo cierto. — Habló Bitores. — Pero primero, nos gustaría que investigaras para saber si estamos equivocados o no.
— Te proporcionaremos un laboratorio, Luis. — esta vez intervino Osmund, su voz provocaba que mi cuerpo entrara en tensión — Se encuentra en la isla, donde la fábrica.
Valdelobo era un pueblo que, aunque estuviera desperdigado por el monte y perdido por España, era grande y costero. También poseíamos una isla pequeña donde hacía años empezó a construirse una fábrica enorme que tendría generadores eléctricos. Principalmente se construyó para la mina de carbón, pero desconocía si ese era su uso actualmente.
La reunión terminó minutos después, debía presentarme en el muelle al día siguiente a las ocho en punto de la mañana, desde ahí, Bitores me llevaría a la isla en lancha para conocer el que a partir de ahora sería mi nuevo laboratorio. Antes de irme, le pedí al alcalde acceso a algunos libros que se escribieron cuando Las Plagas estuvieron a punto de acabar con el pueblo hacía tantos años, quería investigar todo lo posible antes de comenzar con mi trabajo.
Llegué a casa a las doce de la mañana, subí a mi habitación y me puse ropa cómoda puesto que no planeaba salir de nuevo. Me fijé en el escritorio que tenía, era viejo, de madera pálida por la luz del sol. Se encontraba frente a la ventana y poseía una silla que parecía que en cualquier momento se partiría. La ventana daba directamente a la casa de Carlos, recordaba con mucho cariño las noches en las que de niños, nos escapábamos por nuestras respectivas ventanas e íbamos al lago a lanzar piedras, lo echaba de menos. Pensé que, aprovechando que mi estancia en Valdelobo sería larga, era buena idea volver a quedar con él como en los viejos tiempos, pero quizá otro día.
Lancé los libros sobre el escritorio y me senté en la silla, escuchando un pequeño crujido al hacerlo. Tomé el más antiguo de ellos, la tapa del objeto estaba realizada en cuero de color marrón oscuro, y el título se encontraba en relieve, un relieve prácticamente destrozado, por lo que apenas podía leerse.
Las páginas del libro ya estaban amarillentas, sin embargo, la tinta estaba intacta, algo que me sorprendió gratamente. Comencé a leer, el lenguaje apenas era entendible en diversos puntos porque el libro era muy antiguo, así que me costaba concentrarme, pero me empezó a costar mucho más cuando a mis oídos llegó el sonido de una canción más bien cercana." Cheri, cheri lady..."
Desconocía el nombre de la melodía, pero me resultaba familiar y era bastante pegadiza. Levanté la vista y supe enseguida de dónde venía el sonido. A través de la ventana de la casa de Carlos, pude ver a la chica del día anterior. Su ventana estaba abierta, por eso la música se escuchaba tan alta. Vestía una camiseta blanca y unos pantalones cortos que dejaban ver la piel de sus piernas, blanca y brillante. Su cabello era negro azabache y este no llegaba a la altura de sus hombros. El armario que tenía a su espalda estaba abierto, y ella iba y venía desde la cama hasta dicho mueble llevando ropa en sus manos, guardándola. En cada paseo, bailaba y canturreaba la letra, tan concentrada que era incapaz de percatarse de que la estaba mirando, o eso quise pensar.
En uno de aquellos viajes, la chica se dio la vuelta para volver a tomar ropa, pero esta vez, en vez de mirar hacia su maleta, miró a través de la ventana, viéndome. Se dio cuenta de que la estaba mirando fijamente, y lo cierto era que había estado extremadamente concentrado en el vaivén de su cadera que ni siquiera me di cuenta de que quizá estaba comportándome como un baboso, incluso cuando ni siquiera ningún pensamiento lascivo pasó por mi cabeza en ningún momento.
Ella frunció el ceño, y me pareció incluso ver cómo sus ojos azules brillaban de la rabia. Se puso de rodillas sobre la cama frente a la ventana, me miró fijamente y extendió el brazo para mostrarme el dedo del medio de su mano izquierda para después, cerrar las cortinas.
Me quedé atónito, pero no por su reacción, sino por la mía, era la primera vez en mucho tiempo que mi mente no imaginaba nada subido de tono al ver a una mujer bonita, sin embargo tampoco había sentido nada en el pecho que me hiciera querer intentar ligar con ella, no, solo la admiraba como quien admira un cuadro en un museo. Mis mejillas ardieron por la vergüenza, definitivamente, ella debía estar pensando que yo era un pervertido sin ningún tipo de reparo ni educación. Cerré el libro con fuerza, lo último que quería era seguir leyendo.𝑨𝒖𝒕𝒉𝒐𝒓'𝒔 𝒏𝒐𝒕𝒆𝒔. ♡
Hola¡! Cuarto capítulo del fanfic, esta vez narrado desde la perspectiva de Luis teniendo un encontronazo con Lena, parece que estos dos no van a llevarse muy bien... ¿Verdad?
Lamento si es corto o no está muy bien explicado, estoy a final de curso y apenas tengo tiempo ni inspiración.
Votad si os ha gustado, me anima mucho!
Chau <3
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⤿ señorita . ━━━━ luis serra.
Fanfiction─ ❛ Nunca pensé que lo único que querría ver antes de dormir iba a ser tu rostro, 𝒔𝒆𝒏̃𝒐𝒓𝒊𝒕𝒂. ❜ ❏ Luis Serra x Fem!OC. ❏ Basado en «Resident Evil 4 Remake» ❪ spoilers ❫. ❏ Cambios en la historia. ❏ Solo me pertenecen aquellos personajes q...