Atrapada en una casa de locos [Cissamione]

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Hermione se despertó por el olor a té y su estómago gruñó en respuesta. Se corrieron las cortinas y los rayos de sol iluminaron la habitación calentándola de inmediato y haciendo que las barreras de temperatura alrededor de Hermione bajaran unos pocos grados en respuesta. Los dedos revolotearon por el cuerpo de Hermione y la morena pudo sentir disolverse toda la magia que la había envuelto durante la noche.

"Buen día."

Hermione suspiró aliviada al escuchar la fría voz de Narcissa Malfoy. La bruja rió suavemente y tomó un sorbo de su bebida caliente.

"Pido disculpas. Debería haberte dicho que fui yo en el momento en que entré, pero vine directamente aquí en el momento en que me desperté y puse mis manos en una taza de té.

Sin saber si asentir o negar con la cabeza, Hermione trató de sonreír, pero estaba convencida de que se parecía más a una sonrisa, ya que todos los músculos de su rostro aún se sentían doloridos por todos los golpes que había recibido. Trató de abrir los ojos de nuevo, pero su visión aún era bastante borrosa.

"Iré a cambiarme", dijo Narcissa al ver que la niña se esforzaba por abrir los ojos, "y luego te arreglaremos un poco más".

Dejó a Hermione sumergida en la luz del sol después de secarse los labios con un paño húmedo y regresó en lo que parecieron meros minutos, el olor a té se evaporó hace mucho tiempo. Los ojos del moreno se abrieron de nuevo y Hermione pudo detectar vagamente la punta de una varita apuntándolos antes de que un destello de luz restaurara lo que había sido dañado.

"Está bien, mantén los ojos cerrados un poco más. Tengo un ungüento que quiero ponerles primero para eliminar cualquier tejido cicatricial que se esté desarrollando".

Gruesas gotas de ungüento cayeron en los ojos de Hermione mientras Narcissa le indicaba que parpadeara hasta que se disolviera por completo. Con cada parpadeo, la visión de la joven bruja mejoraba y se agudizaba hasta que finalmente miró hacia los fríos orbes azules de su salvador. Narcissa le sonrió, pero era una sonrisa triste y desapareció antes de que Hermione pudiera realmente verla.

"Ahí tienes. Ahora trabajemos en tu voz —añadió Narcissa cuando escuchó a Hermione esforzarse por hablar.

Unos cuantos hechizos y pociones más tarde, el dolor en la garganta de Hermione había desaparecido por completo y su respiración ya no estaba acompañada por ese aterrador sonido chirriante. Narcissa la ayudó a sentarse y ella hizo una mueca, su cuerpo aún estaba sensible por haber sido torturado pero se las arregló para mantenerse erguida sin ayuda. Aceptó agradecida el vaso de agua de Narcissa y quiso beber antes de que la rubia la detuviera con un dedo levantado.

"Espera, déjame calentarlo para ti. Te hará bien.

Hizo girar la punta de su varita en el agua una vez y Hermione sintió que el vidrio se calentaba entre sus manos. Finalmente bebió y sintió que todo su cuerpo suspiraba satisfecho. Le dolía la cabeza, probablemente por la conmoción cerebral, y ahora se dio cuenta de que Narcissa había hecho bien en evitar que caminara demasiado pronto. Todavía sentía que sus piernas colapsarían en el momento en que pusiera peso sobre ellas. Hermione miró a la rubia que ya había vuelto a lanzar hechizos y analizar sus diagnósticos.

"Gracias."

Narcissa levantó la vista sorprendida al escuchar la voz tranquila de Hermione, "de nada".

Hermione tenía mil preguntas, pero no parecía capaz de pronunciar una sola hasta que la más grande de todas salió de su garganta con un ronco "¿por qué?"

La mujer suspiró, "una buena pregunta, pero la responderé en otro momento. ¿Por ahora debemos conseguir algo de comida en ti y tal vez un baño?

La bruja de Gryffindor se miró a sí misma y de repente sintió disgusto. Su ropa, o lo que quedaba de ella, colgaba en harapos sobre su cuerpo toda rígida por la suciedad y todo tipo de fluidos corporales. Su cabello estaba crujiente contra su cuero cabelludo cubierto de sangre seca y sus uñas estaban negras y rotas. Una lágrima escapó del ojo de Hermione cuando la escala completa de lo que le había sucedido de repente cayó en la cuenta.