Atrapada en una casa de locos [Cissamione]

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Toda la mansión de alguna manera parecía animarse con la llegada de Severus y Draco, ¿o era el hecho de que Hermione sabía que el profesor de pociones, sin saberlo, ayudaría a Narcissa ya ella misma? La casa estaba más ocupada que nunca y si bien eso significaba que Hermione apenas podía pasar tiempo con Narcissa, también significaba que las personas estaban demasiado ocupadas entre sí para lanzarle maleficios. A Draco, como era de esperar, no le había importado que no limpiaran su habitación y simplemente lo había hecho él mismo con un movimiento de su varita.

Después de escuchar lo que le había sucedido a su madre, pasó todo el tiempo que pudo en su compañía, lo que provocó que Hermione ya hubiera pasado varias noches en el sótano. Y a pesar de las mantas adicionales proporcionadas por Narcissa, era terrible en comparación con el sillón de terciopelo en el que había estado durmiendo anteriormente.

Sacudió la idea de otra noche fría de su mente y se concentró en las tareas que tenía entre manos. Hermione se había acostumbrado bastante a su nueva vida porque la ayudaba enormemente saber que sus amigos aún estaban por ahí y que en realidad estaba haciendo algo para ayudarlos. No le importaban las interminables tareas que involucraban todo menos cocinar. Después de todo, nadie quería tocar la comida que había preparado un sangre sucia. Así que sus opciones para robar comida eran limitadas, pero a pesar de sentir un poco de hambre todos los días, tampoco se estaba muriendo de hambre.

Hermione estaba encerando la carpintería de las sillas del comedor, cubiertas de grasa de pies a cabeza con la advertencia de Narcissa a gritos de no manchar los cojines de terciopelo que aún resonaban en sus oídos. De repente, Rodolphus Lestrange y Antonin Dolohov entraron y Hermione se aseguró de esconderse debajo de la mesa para evitar sufrir más hechizos punzantes. Los hombres se sentaron en el otro extremo de la mesa ridículamente larga y pidieron una botella de hidromiel Knotgrass para cada uno.

"Ya era hora de que hubiera algo más para beber en este infierno que el vino", gruñó Rodolphus después de su primer sorbo.

"Narcissa es una snob. Me pregunto cómo Lucius no salió corriendo gritando hace años.

Rodolphus se burló de Dolohov, "por favor, él es tan snob como ella. ¿Lo has visto beber cerveza? Siempre espero que vomite".

Al menos es leal. Un cobarde, pero demasiado asustado para traicionarnos. No estoy seguro acerca de ella..."

"Voy a vigilar a esa mofeta," ladró Rodolphus, "aparte de cocinar comidas mediocres, no la he visto hacer nada útil todavía. ¡Y la forma en que trata a esa sangre sucia! Es casi como si nos despreciara más que a esa chica.

Hermione se congeló y trató de minimizar el sonido de su propia respiración, desesperada por no ser descubierta por los magos. Si otros Mortífagos estuvieran pensando exactamente lo mismo, todo su plan podría estar en peligro. La idea de ser sometida a otra sesión de tortura enfrió a Hermione hasta los huesos antes de escuchar a Dolohov tsk.

Sigue siendo tu cuñada. No hay necesidad de insultarla.

"Bella piensa lo mismo. Se arrepintió de haber castigado a su hermana la última vez, pero está de acuerdo conmigo en que hay algo que Narcissa no nos dice", Rodolphus se encogió de hombros antes de agitar su varita para invocar dos botellas más de hidromiel Knotgrass. Cuando no llegaron volando, maldijo, "joder, parece que se nos acabaron de nuevo. Veamos qué más hay para beber.

Ambos magos se levantaron de sus sillas y se dirigieron a la despensa detrás de la cocina, permitiendo que Hermione escapara de debajo de la mesa. Rápidamente revisó para ver si nadie estaba mirando antes de sacar un retrato de la pared y revelar la puerta detrás de él. Cuando la lona se cerró detrás de ella con un suave clic , Hermione estaba envuelta en la oscuridad, pero ahora sabía cómo moverse por estos pasillos.