Atrapada en una casa de locos [Cissamione]

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Maratón 6/?

Las rodillas desnudas de Hermione comenzaron a doler por soportar su peso contra el duro suelo de mármol durante tanto tiempo. Quería moverse desesperadamente, pero le habían dicho que no lo hiciera. Había escuchado a Voldemort ordenar a todas sus tropas que fueran a Hogsmeade porque sabía que Harry Potter aparecería allí a continuación. Hermione tragó saliva, si pudiera encontrar una manera de advertirles, él vendría.

Un dolor agudo le atravesó las piernas y empezó a tener calambres. Había estado en esta posición incómoda durante demasiado tiempo. Un jadeo fue todo lo que escapó de los labios de Hermione, pero Voldemort la miró de todos modos. Hermione se congeló. Cuando reanudó su discurso, la bruja de Gryffindor reprimió un escalofrío. Lágrimas calientes gotearon por el suelo, dejando rayas en su rostro, pero no hizo nada para detenerlas.

Justo cuando estaba a segundos de ceder al dolor en sus rodillas y desplomarse a pesar del posible castigo que su desobediencia podría implicar, sintió que un hechizo amortiguador surtía efecto y calmaba los huesos magullados de su cuerpo. Hermione miró a la mesa, pero nada en la postura de Narcissa la delató. Estaba sentada rígidamente en su silla, con la mirada firmemente fija en alguna grieta en la pared y tratando desesperadamente de no darle a Voldemort otra razón para molestarla.

Hermione trató de distraerse de su posición incómoda mirando a Lucius. Narcissa le había dicho que él sabía sobre ellos. O al menos lo sospechaba. La morena se había mostrado escéptica cuando Narcissa le aseguró que Lucius no los traicionaría. Si no por lealtad, entonces por orgullo. Era casi una tontería darse cuenta de que la bruja de Slytherin era la que confiaba y la Gryffindor la que sospechaba.

Sin embargo, el mago se veía miserable. No inclinado en lo más mínimo a abrir la boca y revelar cómo su propia esposa se había enamorado de una sangre sucia. Narcissa probablemente tenía razón. Después de todas sus humillaciones anteriores, esta desgracia sería la perdición de Lucius. Entonces, guardó el secreto de su esposa y con eso, los últimos jirones de su propia dignidad. Hermione quería burlarse de él, pero se contuvo. En cambio, dirigió su atención a Nagini.

En el momento en que Voldemort regresó de Gringotts, mantuvo a la criatura cerca de él. ¿Podría Harry tener razón o Hermione simplemente estaba viendo cosas? Cuando notó que los ojos del asqueroso mago se movieron hacia Nagini, casi sonrió. Entonces, era cierto entonces. Nagini fue el sexto horrocrux. Si tan solo pudiera decirle a sus amigos...

El pensamiento no se había ido por completo de su mente o ambos Malfoy levantaron la cabeza sorprendidos cuando las protecciones de la Mansión los alertaron de un visitante. Voldemort también se dio cuenta y convocó al Mortífago que estaba parado en las puertas con un simple movimiento de su varita. El mago tropezó cuando aterrizó en el comedor, claramente no había esperado la transferencia repentina antes de inclinarse tan profundamente como pudo sin caerse.

"Harry Potter se apareció en Hogsmeade hace solo unos minutos, Mi Señor, como se esperaba. Sin embargo-"

Todos los Mortífagos se estremecieron cuando su Señor siseó, "sin embargo escapó. De nuevo. "

"S-sí, mi señor".

Nadie logró no sobresaltarse, ni siquiera Hermione, cuando el destello verde acabó con la vida del desafortunado mensajero. Por suerte, Voldemort no pareció darse cuenta de que el hijo de muggles acababa de desobedecer sus instrucciones. En cambio, convocó a Nagini con una caricia casi amorosa.

"Nagini, cena."

Se sentaron en silencio mientras la serpiente devoraba el cuerpo sin vida en el marco de la puerta. Era bastante fácil no mirarlo, Hermione simplemente cerró los ojos, pero no estaba segura de poder olvidar los repugnantes ruidos que venían con la comida de la serpiente. Voldemort mismo se sentó inmóvil y estaba claro que nadie sabía realmente por qué no estaba hablando. Incluso Bellatrix no se atrevió a cuestionarlo después de que él la hechizara sin palabras durante su primer intento de romper el silencio.