Capítulo 5. Suspendisse.

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Wesley.

—Estaba en la oficina abrumado por tanto trabajo, me había quedado solo y lo peor es que saldría tarde y no podría ir a ver a Joline, estaba estresado y cansado, de repente escucho a alguien del otro lado de la puerta.

Wesley: ¿Que haces aquí?

Joline: ¿Así le das la bienvenida a tu novia?

Wesley: Lo siento cariño, no te esperaba, tengo demasiado trabajo.

Joline: Me imagino lo cansado que estás, te traje esto para que te relajes un poco. —Sacó de su bolso una botella de vino, era mi favorito, sacó otras dos copas y nos sirvió a ambos.

Wesley: ¿Que es todo esto? —Dije con una sonrisa, no me esperaba que viniera y menos que trajera esto a mi trabajo, no me desagradaba al contrario lo necesitaba para relajarme.

Joline: Supuse que te sentías cansado cariño y quise relajarte un poco. —Joline poco a poco se acercaba a mí, en la oficina sólo se escuchaba la punta de su tacón contra el piso.

Joline: ¿Puedo? —Pidió permiso y pasó por detrás de mi silla, comenzó a masajear mis hombros y se sentía realmente bien.

Wesley: Adelante amor. —Dije entre jadeos, sentía como mi cuerpo se iba destensando ante su tacto, quise voltearme para besarla pero no me dejó.

Joline: No cariño, no puedes tocarme hasta que yo te diga.

Wesley: No puedes hacer eso. —Le dije en un tono burlesco, no sabía a dónde quería ir con todo esto.

Joline: Verás que si puedo y me pedirás más. —Comenzó a besarme el cuello sin dejar de masajear mis hombros, después comenzó a desabotonar mi camisa y acarició lentamente mi pecho, giré un poco mi cabeza hacia ella y comenzamos a besarnos, se retiró del beso y se sentó en mis piernas.

Wesley: Alguien nos puede ver cariño. —Dije en un tono jadeante.

Joline: No hay nadie y le puse seguro a la puerta, ahora guarda silencio cariño.

—Joline se paró y se puso de rodillas frente a mí, comenzó a deshacerse de mi pantalón y después de mi boxer, y sin más comenzó a chupármela, puse una de mis manos en el respaldo de la silla y la otra sobre su cabeza, quise profundizar más y escuché una arcada, me encantaba ese sonido en ella, sus ojos comenzaban a lagrimear y la levanté del piso, la coloqué sentada sobre el escritorio cuando pensé que tenía el control sobre ella puso un pie en mi pecho.

Wesley: ¿Que pasa?

Joline: Te dije que no tocaras cariño. —Seguido de eso se acercó a mí y besó mi cuello, desprendió el nudo de su sacó y vi que solo llevaba su lencería.

Wesley: Mierda cariño, carajo. —No podía articular palabras claras, tomó mis manos y las puso sobre sus pechos, encima de su sostén comencé a masajearlos, bajé el sostén y dejé al descubierto sus pechos, les di un leve pellizco y uno de ellos lo introduje en mi boca, Joline sólo alzó su cabeza hacia atrás y dio un leve gemido de satisfacción.

Joline: Suficiente, ven aquí. —Tomó de mi mano y me llevó directo a un sofá que tenía en mi oficina, me sentó, después me dio la espalda y se agachó retirando lentamente sus bragas dejando expuesto su culo cerca de mi rostro, la mejor vista que he tenido de ella es esta sin duda, lamí mis labios y cuando estaba a punto de tocarlo se retiró y camino hacia mí, se colocó encima de mi regazo e introdujo toda mi longitud en ella.

Wesley: Te sientes tan bien.

Joline: Y apenas vamos comenzando cariño. —Su voz dulce y sensual me excitaba tanto que sólo pude lanzar un gruñido casi audible, comenzó a saltar sobre mí, veía sus pechos rebotar, la tomé de la cintura y mis embestidas iban en aumento, en la oficina sólo se escuchaban los gemidos de Joline, gotas de sudor caían sobre sus pechos, se acercó a mí y comenzó a besarme desesperadamente.

Wesley: Me vuelves completamente loco.

Joline: Ven aquí. —Se paró del sofá dejándome sin aliento y a punto de correrme sobre ella, sin importarle tiro algunos papeles al suelo, se puso de rodillas sobre el escritorio y comenzó nuevamente a chuparmela, lo hacía de maravilla, esta vez no me contuve y tome su cabello y lo hice una coleta con una de mis manos, profundice moviendo mi cadera al ritmo que me hacía el oral, sus arcadas eran más fuertes que la primera vez sus ojos lagrimeaban más, chupaba, lamía, se la metía completa a su boca succionaba estaba a punto de correrme cuando la retiré y la puse en cuatro sobre el escritorio, sus pechos tocaron la superficie del escritorio, tomé sus manos y las crucé por detrás de ella y comencé a darle fuertes estocadas sus gemidos se escuchaban por toda mi oficina.

Wesley: Voy a perder la cabeza por ti.

Joline: Dame más, Wes, quiero... Quiero más. —Decía entre jadeos.

Aumenté el ritmo de mis estocadas hasta que sentí como nos corríamos al mismo tiempo, mi líquido la había llenado por completo y yo estaba completamente satisfecho, le ayudé a levantarse lentamente y le di su lencería para que se volviera a vestir y su saco ya que era lo único que traía, dudaba que fuera sólo esta vez hoy, no planeaba llevarla a su casa, nos iríamos a mi departamento y la volvería a hacer mía, era una maldita diosa en esto.

Wesley: Definitivamente no me esperaba esto. —Dije sonriendo mientras abrochaba mi camiseta y después subía mis pantalones.

Joline: ¿Te gustó mi sorpresa?

Wesley: Debería quedarme más tiempo en oficina y me quites el estrés así.

Joline sonrió y se quedó a esperarme, terminé los últimos detalles de unos pendientes y nos fuimos a mi departamento donde la volvería a hacer mía y quién sabe, tal vez esa noche no le permitiría dormir.

One shots Joseph Quinn/Wesley Donde viven las historias. Descúbrelo ahora