⎖ Capítulo 2

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El primer día con el joven duque fue lo suficientemente tranquilo. Demostró ser un joven curioso con ganas de aprender, pero había un anhelo profundo en su corazón: compartir lindos momentos con su padre. Dicho anhelo era tan exorbitante que opacaba cualquier otro anhelo que él tuviera. Descubrí que su personalidad era aun mas divertida de lo que parecía, aquella primera impresión que me había dado no había sido mas que una coraza para alejarme lo mas posible de él. No pudo mantenerla mucho tiempo ya que, cuando empezamos a ver los libros de botánica que yo había traído, no pudo ocultar su fascinación por los libros. 

Después de compartir ese momento gratificante juntos, intercambiando opiniones sobre qué flor le parecía mas bonita y cuál le gustaría ver o tener en su jardín algún día, logró entrar en confianza y hablarme más de él.

Su nombre completo era Min August, de doce años, hijo único y por obvias razones el heredero del ducado. Su madre había muerto de poliomielitis hace unos siete años y desde entonces, todo cambió para él. Hasta ahí fue que logró contarme antes de cambiar de tema, supuse que hablar de su madre era algo bastante difícil para él y yo como un completo desconocido para él, no iba a preguntar de más.

Se había desatado una feroz tormenta al día siguiente, cuando desperté y me cambié las prendas bajé a desayunar. Era bastante temprano y por lo que sabía a esta hora la servidumbre estaría preparando todo para cuando el joven duque se despierte. 

—¡Tutor Park! —Aquella voz alegre me recibió, era el mayordomo Jeon —Buenos días, despertó sumamente temprano hoy.

—Este horario es mi horario normal. Buenos días mayordomo Jeon. —Me acerqué a él y pregunté— ¿Es este un mal momento para conocer a la servidumbre? 

—Por supuesto que no, venga acompáñeme y le mostraré la cocina. 

Sin emitir alguna respuesta, lo acompañé a la cocina, que quedaba bastante cerca al gran comedor. Cuando entramos, una exquisita fragancia se adentró en mis fosas nasales. Limón, naranjas, arándanos, té, café, miel, galletas con chocolate, pasteles de fresa y el cálido aroma de un bizcocho recién salido del horno. 

Todos los aromas y sentimientos que le hacían falta a la casa, se encontraban embotellados en esta cocina, como si se escondieran y se concentraran únicamente aquí. 

—Maravilloso ¿No? —La sonrisa resplandeciente del mayordomo se hizo presente y me llevó a conocer a las personas culpables de tal ataque de aromas.

—Ya veo por qué están todos aquí —Caminamos por la cocina hasta pararnos junto a un hombre de unos treinta años, era bastante alto y llevaba puesto un mandil de color celeste pastel. 

—Tutor Park él es el cocinero estrella del palacio —Aquel hombre se acercó y tomó mi mano en forma de saludo.

—Kim Seokjin, cocinero Jin para ti. —Sonreí de inmediato al ser tratado gratamente y con confianza. —Espero que disfrutes de nuestros platillos en tu estadía en el palacio.

—Park Jimin, es un gusto. —Me presenté y me incliné levemente en forma de saludo —Tuve el privilegio de probar la cena ayer, estuvo exquisito.

—Me alegro entonces. —Aquel hombre era muy confiable y me trataba como un igual, lo cual me hizo sentir mejor, más humano.

Luego entre él y el mayordomo Jeon, me llevaron a conocer a las demás personas. Conocí a las dos mucamas llamadas Colette e Irene,  que se encargaban de las habitaciones y la limpieza del palacio, a un grupo de guardias y a los ayudantes de cocina. Al finalizar el recorrido, les desee una maravillosa jornada viendo como cada quién se iba a su puesto. Las mucamas a limpiar, los guardias a sus posiciones y los cocineros a terminar de preparar el desayuno. 

❝Metanoia❞ ﹙Yoonmin﹚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora