⎖ Capítulo 5

321 90 8
                                    

Palacio del Duque Min.
Dos meses después


Me encontraba observando la taza de café sobre la mesa, me había despertado mucho antes de lo que debería pero ya era costumbre en mi. Así que el mayordomo Jeon me trajo gentilmente la taza de café en lo que preparaban el resto del desayuno en la cocina.

—Entonces ¿Te gusta como va quedando el jardín? —Dije mientras posaba ambas manos al rededor de la taza para sentir el calor. 

—Está quedando bonito, el césped está creciendo fuerte. —Se encontraba acomodando sus guantes. —Jamás creí que volvería a crecer después de tanta sequía y abandono.

—Ni yo, cuando llegué aquí jamás lo hubiera imaginado.

—Gracias por dedicarte a cuidarlo y por enseñarle al joven duque lo importante que es.

El mayordomo Jeon y yo habíamos logrado formar una amistad en estos dos meses, así que ya no utilizábamos formalidades al hablar juntos, pero si las usábamos cuando alguno de los nobles estaba presente, por respeto.

—No agradezcas, estoy aquí para enseñar y él es un gran alumno. —Bebí un sorbo de mi café para luego mirar al mayordomo. —Además me encanta la jardinería, en otra vida fui jardinero, estoy seguro.

—Eso es adorable. —Se río levemente y luego me miró —Oh, olvidé mencionarte. Hoy viene el duque de su viaje, llegará en la tarde.

—Gracias por avisar, intentaré hablar con él si es que logro verlo por el palacio. Necesito preguntarle algunas cosas.

Luego de nuestra conversación, empezamos con nuestros deberes del día. Estuve con el joven duque aprendiendo latín, luego lo ayudé a preparar una canción que él está componiendo para tocarla en el piano y por último regamos el césped del jardín como todos los días. Cuando el joven duque estuvo libre, dijo que tomaría una siesta así que nos despedimos, al menos hasta la cena.
En mi momento libre, tomé un libro de la biblioteca y caminé con él por el palacio buscando un lugar cómodo para leerlo.
Pude ver por el ventanal como el sol daba perfectamente al césped y como el árbol que antes estaba seco daba una muy sugestiva sombra, definitivamente pasaría tiempo al aire libre. Tomé una almohada y mi libro para finalmente caminar hacia el jardín, me senté bajo la sombra y me dispuse a leer tranquilamente, escuchando a los pájaros cantar y la suave brisa despeinar levemente mis cabellos. Estuve sentado ahí leyendo hasta el atardecer.

Cuando cerré mi libro miré hacia los balcones del castillo, uno en especial captó mi atención, estaba bastante alto y en él se encontraba el duque. Estaba mirándome. Se veía desalineado, como siempre, su cabello algo despeinado por la brisa y sus codos apoyados en la baranda. Veía un brillo anaranjado entre sus dedos y un humo saliendo de él, estaba fumando, y su mirada totalmente fija en mi.

No me sentí intimidado, pero esa acción si que provocó una vibración en mi cuerpo, un estremecimiento. Intenté sostenerle la mirada, pero este solo tiró la colilla de su cigarrillo y se adentró a su habitación.




[...]



—Merluza. —Dijo el joven duque, cortando el filete marinado de pescado. —Me gusta ese nombre "Merluza" suena bien.

—Y casi no tiene espinas —Dije para luego llevarme un trocito a la boca, degustando las exquisiteces que hacía el cocinero.

❝Metanoia❞ ﹙Yoonmin﹚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora