Capítulo 15: Sin sentimientos.

39 3 0
                                    

-No es de tu incumbencia, así que, lárgate- farfulló Esther- estoy cansada de tener que verte la cara, vete.

-Tú no me vas a decir a mi donde tengo que ir, más que nada porque esto me pertenece.

-Esto pertenece al Estado ¿Por qué no te vas a jugar a las barbies?

-¿Por qué no te callas de una vez?

-Gus vete ya- dije resoplando y expulsando otro poco de mi escasa paciencia- enserio, vete.

-¿De verdad quieres que me vaya?- dijo con cierta sorpresa.

-Sí, quiero que te vayas o te vas a arrepentir, no te conviene meterte conmigo, no ahora mismo.

-Qué pasa, ¿me vas a matar o algo?

Sentía que comenzaba a perder el control sobre lo que sucedía en mi y a mi alrededor, Esther gritaba, Gus se reía y el sabor de la sangre en mi boca era cada vez mas fuerte, notaba como las encías escocían y se comenzaban a rasgar.

-Vete, ya- levanté levemente la mirada- no voy a aguantar mucho más- susurré.

-Gus, será mejor que te vayas o te arrepentirás los dos segundos que te quedan se vida- señaló Alice quien comenzaba a ponerse nerviosa.

-Está bien, sois muy raras tío, guapas pero raras- dijo dándose media vuelta y echando a correr hacia su grupo de amigos.

-Si no se llega a ir juro que le arranco el pescuezo- susurré posando la frente en la mesa.

-Una cosa te voy a decir querida- dijo Esther mirándose las uñas- te guste o no es tu alimentación primordial, o morirás y si tú mueres por tu estupidez morimos las demás y eso no lo voy a consentir, ya puedes arreglártelas.

-Si claro, está chupado, pan comido- dije levantándome- para vosotras probablemente sea muy fácil arrancarle el corazón a una persona del pecho, pero para mi, que nunca lo he hecho y va contra todo lo que creo, es muy pero que muy complicado y no cambia de un día para otro tenéis que entenderlo, darme un poco de tiempo.

-El problema, Lex- dijo Lea con aparente tranquilidad- es que no hay tiempo. Poco a poco se te empezará a caer el pelo, perderás color, tu cuerpo parecerá algo escuálido y sin vida. No es fácil lo que te pedimos, a nosotras tampoco nos gusta, pero esto que ves como una bendición tiene su lado maldito, y es este.

-No permitiré que muramos por tu culpa, si es necesario te mataré yo antes y te encontraré una sustituta que valga la pena de verdad- dijo Esther poniéndose en pie- procura que eso no tenga que suceder.

Mi mente comenzaba a danzar de un lado a otro incapaz de asimilar en que se debía basar mi alimentación, noté como me desplomaba sobre el suelo. Cuando abrí los ojos estaba sola en el mismo sitio, miré a mi alrededor buscando a las sirenas pero ninguna de ellas se encontraba allí. Me levanté poco a poco con temor a desmayarme nuevamente, saqué el móvil de uno de mis bolsillos para ver un par de llamadas perdidas y mensajes de whatsapp.

*CONVERSACIÓN DE WHATSAPP*

Gus: Lex, siento todo lo que has tenido que ver hoy, normalmente soy el chico majo y divertido que te lleva las sandalias a casa. Lo siento.

Yo: Lo siento Gus pero no quiero tener que volver a verte, de verdad. Tengo la sensación de haber conocido como eres realmente hoy, me has decepcionado. Yo te consideraba un amigo con el que podía contar. Y aunque fueses como me dijeses no sería tu amiga, ¿tú crees que quiero que me traten mal y luego vayas de buenas? Lo siento, sigue siendo el chico popular.

Me masajeé la sien mientras suspiraba, nunca mis amistades acababan siendo verdaderas. Primero estaba Cristine, mi exmejor amiga, una perra de mucho cuidado que estaba aprovechando la oportunidad de ligar con mi ¿ex? novio ahora que me había ido. Luego estaba Gus, un gusano que había intentado engatusarme siendo amable y simpático, resultando ser un estúpido más. Y, por último, estaban las sirenas, que habían destrozado mi vida en cuestión de segundos obligándome a comer corazones.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 19, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

MermaidsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora