Capitulo 3: Mitología

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-"Esta bien, estoy lista, comience"- me encongí de piernas y me acomodé esperando que empezase.

-"Cuenta la mitología griega que las sirenas eran hermosas mujeres que con su canto eran capaces de hechizar a cualquier marinero que pasase por los mismos mares, eran las deidades marinas, mitad pez, mitad humano, aunque muchas veces se ha hablado también de la relación que podrían tener con el ave. Según se narra en la mitología griega, las sirenas, antes de convertise en ello al menos, acompañaban a Perséfone, hija de Deméter, pero un día entre risas y danzas se despistaron de la joven Perséfone que calló en manos del rey del Inframundo, Hades''- hizo una pequeña pausa mientras giraba apenas unos milimetros su cabeza hacia mi y comprobó como mis ojos centelleaban de intriga, sorprendido, continuó-'' Pero esa es otra historia, que si te vuelvo a ver, te contaré encantado pero lamento comunicarte que he de destriparte el final para poder continuar, el caso, Perséfone murió a manos de Hades y Deméter como madre que acababa de perder a su joven y preciosa hija devido a un descuido, condenó, a las por entonces aún no sirenas, a un castigo que tuviesen que llevar encima a lo largo de toda la eternidad, una tortura para ellas, les otorgó el don de la inmortalidad, pero también el de tener que convivir el resto de sus vidas junto al mar, con una cola de pez y alimentandose de aquello cuanto robaban a los hombre, corazón, un canto capaz de cautivar a cualquier ser humano y una belleza inhumana. También narran que Zeus les otorgó el cuerpo alado que les da una mayor fuerza para perseguir a su presa, y Afrodita, envidiosa de la belleza que erradiaban las sirenas, hizo que su facción de ave fuese horrible. Otras muchas historias narran que desafiaron a las Musas a un duelo de canto, y al perder, sustituyeron las hermosas plumas de ave, por un pelaje brillante''- suspiró dando por terminada la historia, que no hacía más que despertar en mi curiosidad, interés por saber más, por conocer más acerca de todo ese mundo-'' ¿Y bien?

-''Me ha parecido sencillamente fascinante''- dije a la vez que asentía-'' no sabía que las sirenas era o son malas, si lo hubiese sabido no hubiera jugado a las sirenas en la piscina''- dije soltando una pequeña risa sincera llena de recuerdos se quedaban atrás.

-''Me alegro mucho de que te haya gustado la historia''

-''Una pena que se haya acabado, ahora tengo mil y una ganas de seguir sabiendo cosas sobre ellas, si son verdad o no, y esas cosas''

-''Pues para tu satisfacción..''

-''Paramos aqui''- interrumpió por la radio el señor mugriento que iba delante acompañado por mis maravillosos padres.

-''Entendido''- respondió parando el camión-'' lo sabrás cuando continuemos el camino''- dijo bajando del camión.

Suspiré y miré donde habíamos parado, una gasolinera en medio de la nada, campo seco y más campo seo, abrí lentamente la puerta del camión, cogí la mochila donde había guardado todas mis cosas y salté del camión aterrizando sobre arena, lavantado una nube de tierra.

-"Espero que el jodido pueblo no sea así..."- dije andando hasta la parte de restaurante que tenía la gasorinera. Empujé las puertas haciendo sonar una pequeña campanilla que se encontraba justo encima de estas, avisando la llegada de un nuevo cliente. Miré a mi alrededor y lo único que vi, a pesar de oscuridad, eran camioneros gordos sin afeitar y camisas de cuadros, en su defecto, parecían leñadores. Avancé un par de metros y me apollé en la barra, poco a poco se acercó un hombre mayor.

-"¿Qué desea?"

-"Una botella de Cocacola para llevar, por favor"

-"No tenemos"

-"¿Pepsi?"

-"Tampoco"

-"¿Fanta?"

_"Tampoco"

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