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Siento mis piernas flaquear cuando su aliento roza con el mío y una de sus manos se ajusta a mi cintura.
—Mírame a los ojos y vuelveme a mentir de esa forma. —Dice con es voz ronca qué pocas veces había escuchado. —Vuelve a decir que no sientes nada por mi.
Me reta levantando mi rostro para que lo vea, pero no puedo.
No cuando me mira con esos precios y profundos ojos café
No puedo mentirle.
Pero tampoco puedo estar con él.
—Alexis yo no...
Y me interrumpe, sellando mis palabras y mis labios con un b...
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Ey, ey, ey, ey, ¡Ey!
¡No!
Así no empieza esta historia, ¡No!
O sea, sí, pero no.
Juro que hay un contexto previo a Alexis a punto a de darme el chape de mi vida.
...
Okay no, eso sonó muy mal.
Ahg.
Mejor vayamos al comienzo. Así pueden ver como inicia mi tragedia:
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Becky y yo damos una sonrisa y un agradecimiento a la mesera cuando nos trae nuestra orden y se retira.
Yo regreso mi mirada sería a ella.
Y ella se hace la loca comiendo de sus papitas fritas.
—Respondeme Beatriz Rodriguez y deja de tragar medio segundo. —La menciona levanta su mirada ofendída cuando escucha su nombre y apellido.
—Háblame bonito o no te cuento nada. —Responde y yo pongo los ojos en blanco.
Es mi mejor amiga, pero a veces solo quiero acariciar su cabeza... Con un ladrillo... Uno muy grande.
—Pendeja. —Murmuró dándole un sorbo a mi malteada de fresa. —Al chile ¿Por qué sigues con él?
Becky levanta y deja caer sus hombros.
—No voy a tirar un año de relación a la basura.
—Becky escuchate, me acabas de contar todas sus red flags, ¿Por qué sigues con él?. Ella desvía su mirada a la mesa y se queda con la cabeza baja unos segundos.
Mi corazón se estruja al verla de aquella forma.
Becky era una chica hermosa, de figura envidiable, quizá un poco más baja qué yo, pero una sonrisa divina y sus ojos.
