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Desde que me decidí por estudiar medicina supe que debía hacer a un lado mi corazón de pollito y forjarme uno de hierro por mi bien y el de mis pacientes

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Desde que me decidí por estudiar medicina supe que debía hacer a un lado mi corazón de pollito y forjarme uno de hierro por mi bien y el de mis pacientes.

Pero... ¿Qué hago en estos casos? Dónde una sola persona vuelve a ablandar mi corazón y más cuando no esta en mis manos ayudarlas.

O peor aún, cuando esa persona ni siquiera es mi paciente, sino mi mejor amiga.

—Es que verdaderamente yo ya no se que hacer ______. —Dice Becky recostada en su cama viendo directamente al suelo —Me ignora casi dos semanas y cuando finalmente me responde, me manda al diablo.

Yo solo puedo suspirar y palmear su cabeza para intentar darle consuelo.

—¿Tanto le molesta que este en su vida? —Se cuestiona asi misma.

No voy a negar que con esa pregunta hace que se me encoge el corazón.

Pues yo conocía perfertamenta la razón del porque su novio había estado ignorandola durante tanto tiempo.

Y era por "el accidente" qué había tenido semanas atrás, accidente qué en palabras de él, Becky no necesitaba saber, pues no necesitaba preocuparla con miniedades.

Y de no ser porque el maldito me había echo jurarle qué no diría nada, yo ya le hubiera soltado toda la verdad a mi amiga con tal de no verle sufrir de esta manera.

—¿Tal vez estaba ocupado con algo importante? —Le intento animar, aunque sueno verdaderamente patético intentándolo.

Ella se endereza y me mira con la cabeza ladeada al igual que su floja sonrisa.

—No es necesario que finjas. —Dice para luego juguetear con sus manos —Yo se que Alexis no te cae bien y agradezco que intentes darme ánimos, pero no mientas para convivir.

Se burla de mi dandome un almohadaso que me toma desprevenido.

Y mi reacción parece causarle gracia, pues mientras mi Windows se está reiniciando, ella esta muerta de risa.

Al menos hasta que reaccionó y termino por tomar una de sus almohadas a mis espaldas y regresarle el golpe, golpe del que ella trata de defenderse entre risas.

—¿Es toda tu fuerza? —Me reta —Nana, pelea mejor que tu.

—Claro, ya malifluenciaste a mi pobre hermanita. —Respondo intentando darle otro almohadaso.

Cosa que claramente ella no permite, pues esta más que dispuesta a comenzar una guerra, por no decir masacre hacia mi persona, donde termino echo bolita y siendo golpeado por ella y su almohada.

—¡Toco bas! ¡Toco bas! —Le digo aun recibiendo varios golpes de su parte.

—Ni qué fueran atrapadas. —Dice deteniendo sus golpes y riéndose de mi.

Hetero, pero no mucho (Quackity) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora