Willow.
Para cuando rasgo por última vez las cuerdas de mi guitarra, el sonido melódico de ella es intercambiado por el ruidoso caos de los aplausos.
Bueno, no exactamente un tumulto, sino los aplausos de las seis personas que forman mi modesta audiencia y los nerviosos ladridos de un pequeño perro callejero, que, asustado por la ovación, ha decidido hacerse notar.
—Muchas gracias —expreso con una sonrisa amable, descolgando suavemente la guitarra y colocándola con cuidado sobre el estuche que reposa a un lado de la charola de metal. No es la primera vez que estoy en esta esquina, ni la última, y aunque los ingresos monetarios son escasos, siempre estoy agradecida por los centavos y billetes de un dólar que se acumulan en el pequeño plato. Incluso me sentiría algo rara al recibir más de eso.
Hoy han sido dos personas más que la última vez. Siento una gran satisfacción por toda la mejora vocal que he adquirido desde que he comenzado a tomar esas tontas pero muy utiles clases que he encontrado en YouTube. Logré el perfeccionamiento suficiente como para llamar más la atención de quién pase por donde estoy tocando.
Quizá me iría muchísimo mejor si me impulsara a pagar una maestra real de canto, pero viendo mi penosa situación de adulta independiente -y teniendo en cuenta que la tubería del baño de mi apartamento se ha dañado-, debo ahorrar para cosas más esenciales; como pagar mis cuentas, arreglar la dichosa tubería y comprar algunos baldes de pintura para reformar mi habitación, que ha cedido ante la humedad y el pasar de los años.
No obstante, me retraigo de darle importancia a eso y me enfoco en las seis personas que han comenzado a dispersarse. Incluso el perro callejero se ha ido, por lo que me dispongo a juntar mis pertenencias y a sonreírle a Evan, mi mejor amigo, en cuanto lo veo acercarse.
—Mi pequeña futura estrella mundialmente conocida y con futuros millones de dólares en su cuenta bancaria —me sonríe y me pasa uno de sus brazos por mis hombros.
—Tu apodo es demasiado corto, me gusta. Quizá lo utilicé como seudonimo, ya sabes, una estrella como yo debe cuidar su vida privada si no quiere problemas ni divulgaciones.
—Necesitarán todo un pasacalle para promocionarte pero está bien, ¿quién soy yo para juzgar? —se agacha y me tiende la charola, tras cogerla, la tomo y guardo el dinero en mi cartera.
—¿Qué haces aquí, Evan? —pregunto luego de haber recogido todo. Han sido pocas las veces que se ha pasado por aquí a verme. Toco en la misma avenida desde hace tres años, por lo que he comenzado a reconocer quienes se detienen a menudo a escucharme y quiénes jamás lo han hecho.
—No hay ni un mísero limón en nuestra nevera. ¿Acaso no piensas en tu pobre amigo que es demasiado despistado como para ir de compras y el cuál es más probable a que muera de hambre antes de que las haga?
Vivir junto a mis mejores amigos durante un año ha sido una experiencia interesante. Evan y Belly se han destacado como compañeros de cuarto, compartimos apartamento con una habitación individual para cada uno, aunque el tema del baño es una discusión matutina constante, ya que solo hay uno para dos jóvenes adictos a la belleza y para otra que solo quiere utilizar el retrete. Evan tiene una rutina delicada y larga de cuidado facial, mientras que Belly suele darse duchas de más de cuarenta minutos. Yo solo utilizo el baño el tiempo suficiente para cepillar mis dientes, lavar mi rostro y arreglar mi cabello. Sin embargo, aún no es razón suficiente para odiar vivir con ellos. De hecho, disfruto llegar a casa y encontrarme con Evan y sus dibujos animados en la televisión, y con Belly, que cada vez que se aburre se dispone a cambiar de sitio cada mueble de la sala. Suele suceder unas tres veces a la semana, y sí, esa también es una fuente de conflicto entre mis mejores amigos, pero yo solo me divierto escuchándolos y riéndome cada vez que Evan se retira a su habitación furioso.
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FIGURE OUT
Teen FictionEn el apogeo de su carrera, Chase, el talentoso baterista de la famosa banda "Figure Out", ha alcanzado el estrellato junto a sus compañeros. Owen, Matt, Oliver y Chase con canciones pegadizas y una energía arrolladora, han conquistado los escenario...