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Willow

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Willow.

—Alexander, ¿realmente necesito tanto brillo? —pregunto mientras sostengo un vestido plateado que, más bien,  parece un espejo.

—Querida, para una entrevista con Rockstar Insider, necesitas más brillo del que tiene la tierra entera. ¡Vamos, es tu momento de brillar! —exclama Alexander con entusiasmo mientras agita un vestido de lentejuelas doradas.

Considero que esta es una de las partes más difíciles del contrato.

Las entrevistas.

Nunca he asistido a una ni mucho menos me las han hecho a mi. Es la primera vez que voy a tomar asiento en un sofá y voy a responder preguntas que solo Dios sabe que serán.

Con Sarah Hoffman delante de mí.

A lo largo de mi adolescencia, he visto cada una de sus entrevistas. Mi favorita, sin dudas, es la que le ha hecho a los Jonas Brothers. O la de Miley Cyrus. No lo sé, simplemente adoro el trabajo de Sarah y me encuentro flipando desde que Maximum Records me ha avisado que tenía que asistir a una.

Soy un manojo de nervios y nada recomendable en este estado. 

Estando nerviosa mi boca tiende a ser algo tonta, imprudente. Por lo que simplemente ruego que todo pase rápido antes de quedar en ridículo frente a millones de personas.

—¿Puedo al menos tener algo que no pese tanto? —vuelvo a mirar al mismo hombre que semanas antes ha hecho una avalancha de ropa en mi apartamento. Desde entonces, luce muy diferente. Su cabello antes era de un color cobrizo, ahora es de color rosa.

—¡Chica, el peso es directamente proporcional a lo fabulosa que te verás! —suspira y baja el vestido de color chillón—, pero está bien, tengo algo perfecto para ti —dice mientras desaparece detrás de uno de los tantos percheros.

Desconozco cuantas opciones de outfits hay delante de mi, pero por lo que veo, supongo que unos cincuenta es un número muy pequeño.

—¡Aquí está! —aparece nuevamente—. Inspirado en Madonna en los noventa. Es perfecto.

—¿Madonna en los noventa? ¿No es algo como... en la Edad Media? —intento no sonar tan cruel. Siendo sincera, no me veo dentro de esa cosa.

—Oh, cariño, eres tan graciosa. ¡Este look es icónico! —camina rápidamente y lo sujeta frente a mi—. Mira estos pantalones acampanados y esta chaqueta de cuero. ¡Te verás increíblemente retro y chic!

Miro mi entorno y busco una escapatoria que no me deje vestida como una dama antigua, ni mucho menos como la insuperable Madonna. Creo que de verme, sin dudas se infartaría.

—Creo que mejor me quedaré con aquella falda de allí —señalo una de las tantas faldas que se encuentran exhibidas a unos metros de mi—, y... —continuo buscando—, y aquella prenda de ahí —un top color blanco se ilumina ante mi mirada.

FIGURE OUTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora