FIGURE OUT

𝒸. 02

Willow.

Me paso media mañana de mi jornada en la oficina buscando en Internet a Chase.

Para ser franca, me siento un tanto estúpida. Me llevó alrededor de treinta minutos encontrar cualquier pista que me condujera hacia él y otros treinta minutos, que luego se transformaron en dos intensas horas, dejar de vagar entre las innumerables páginas que aparecieron en toda la pantalla de mi computadora en cuanto logré acceder a los portales de noticias.

Anoche, cuando de pronto me vi involucrada en lo que ha sido el mayor caos de mi vida, no tenía ni la menor idea sobre a quién tenía a mi lado. Resulta que Chase es el baterista de una banda llamada "Figure Out". Incluso me parece que la palabra "banda" le queda pequeña a todo lo que estos chicos parecen tener. Su fama es algo mundial. Cuando he entrado en YouTube para oír alguna de sus canciones, me he encontrado con que los videoclips con menos vistas tan solo tienen seis millones. Si. Millones. El mayor cuenta con cien millones. Si. Nuevamente. Millones.

Así que sí, me siento un poco tonta e ignorante por no conocer a esta banda que aparentemente todo el mundo conoce y por haber tratado mal a una celebridad que, si quisiera, podría enviar a un grupo de policías para que me arrestaran por simplemente haberle dirigido la palabra (no de la mejor manera, pero prefiero dejar eso de lado) cuando él no lo deseaba.

Siento que cuando eres famoso tienes un poder tan fuerte que puedes mover un edificio entero porque de pronto se te ha antojado estacionar tu coche en ese lugar. Por lo que espero que este tal Chase no me denuncie o me difame en alguna de sus redes sociales. Cada una cuenta con un poco más de cinco millones de seguidores, ¡Con Belly incluida!. Muero de ansias por ver su reacción al contarle que un miembro de esa banda tan conocida me ha llevado hasta nuestro apartamento después de que me chocara al huir de los paparazzi. Con lo loca que suele ser, quizás me pida la chaqueta que llevaba puesta solo porque Chase la ha tocado.

Hablando del viaje al apartamento, ha sido lo más incómodo que he presenciado en mi vida. Ninguno pronunció palabra alguna en los quince minutos que nos ha llevado ir desde las afueras del bar hasta la calle de mi residencia. Simplemente no quisimos hacerlo. Chase estaba bastante cabreado con la vida y yo con él por lo que me ha hecho. Por más que la guitarra no ha recibido ni un mínimo rasguño (cosa que me alegro con absolutamente toda mi vida porque de haberse roto habría muerto con ella) me ha molestado su actitud egocéntrica. En nuestra pequeña discusión hablaba y actuaba como si fuera el rey de este universo. Como si todo se solucionara con un par de billetes verdes y como si odiara gastar tan solo un segundo en mi.

Supongo que eso ha sido el detonante que me ha llevado a pensar que tal vez me encuentro mucho mejor siendo una artista callejera, porque válgame Dios; si ese mundillo de la fama viene con todas actitudes de imbécil que él ha tenido conmigo, sinceramente prefiero quedarme en el nivel que estoy.