Una nueva esperanza

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Me dolían los músculos de la espalda y las costillas, pero seguí haciendo mis flexiones, mi próxima competencia estaba a la vuelta de la esquina y la intensidad de los entrenamientos estaba en su máximo esplendor.

-Muy bien Mew, termina por hoy, date un baño caliente y duerme temprano, dijo Vladislav entregándome una toalla para que me secara el sudor del cuerpo, cosa que hice para evitar que este se metiera en mis ojos –Mañana tienes un día libre, así que disfrútalo.

-Lo haré, dije deseando pasar todo el día con mi moreno y mi cachorro, con eso en mente me di una rápida ducha y los fui a buscar a la pista de patinaje, cuando entré vi a Gulf ayudando a los pequeños a hacer pequeños círculos en la pista de patinaje, todo era risas y diversión, cuando sentí a mi pequeño impactar en mis piernas, lo tomé en mis brazos y acomodé en mi cadera –Hola cachorro.

-Papi tengo hambre, dijo apretando mis mejillas y riendo - ¿Podemos ir a por donuts?

-Claro que si pequeño, dije apretando su barriga y haciéndole cosquillas - ¿Por qué no estás patinando?

-Estoy enojado, dijo estirando su trompita y haciendo un puchero, sus ojos se cristalizaron y casi rompe a llorar –No me gusta Alexander.

- ¿Por qué amor?, dije liberando mis feromonas para que no llorara.

-Él está todo el rato con mami, es un bicho pegajoso que me lo quiere robar, dijo cruzándose de brazos y apretando mi ropa –Además que me quita mis galletas, quiero que se vaya.

Sabía que esto pasaría, Nikolai era muy posesivo y la adoración de Gulf y no le gustaba compartir su tiempo –Sabes que mami te ama, ¿verdad?, dije viendo como asentía y mordía su labio –Alexander es un pequeño que necesita nuestra ayuda, pero eso no cambiará el amor que mami y papi tienen por ti, tu eres nuestra adoración Nikolai.

-Aun así no me gusta, dijo cruzándose de brazos mientras se escondía en mi cuello -Quiero que él se vaya.

Sin saber que más decir, lo acaricié y dejé que se acomodara sobre mí, con cuidado vi como el pequeño Alexander se pegaba a las piernas de Gulf, mientras le decía algo, de lejos se veía que el pequeño lo adoraba, lo cual era completamente correspondido por mi moreno, claramente eso había despertado los celos de nuestro cachorro.

-Hola tio Miu, dijo el pequeño Alexander cuando llegó a mi lado, con una sonrisa iba a acariciar sus cabellos, pero mi hijo me apretó fuerte, impidiendo que pudiera hacerlo.

-Hola cachorro, ¿Cómo estás?, dije viendo cómo me sonreía y mostraba su pequeño diente de arriba.

-Bien, dijo estirándole los brazos a Gulf para que lo cargara, cosa que el moreno hizo de inmediato, cuando le puso una pequeña casaca caliente, Nikolai rompió a llorar, cosa que hizo que el moreno se acercara a su lado, pero nuestro pequeño empujó sus manos lejos y se aferró a mí, mientras reclamaba que esa era su casaca.

-Cachorro, dijo Gulf ignorando el manotazo que el pequeño le había dado –Esta parca ya no te queda buena.

-No importa, es mía, dijo sacando su cara congestionada en llanto de mi cuello y fulminando al pequeño Alexander que miraba el suelo, moviendo sus manitas nervioso.

-Está bien cielo, dijo Gulf tomándolo en brazos y meciéndolo –No le regalaremos la parca a Alexander.

Ver como el pequeño apretaba la parca entre sus deditos partió mi corazón, cuando Gulf dijo que le compraría una nueva, mi cachorro se bajó de sus brazos, rasguñándolo en el proceso y le pateó la pierna a Alexander, que se cayó de bruces al suelo y se puso a llorar, enojado lo tomé de los hombros y me arrodillé a su altura –No vuelvas a hacer algo así, no te hemos criado para que seas un niño agresivo, egoísta y caprichoso, dije viendo como abría sus ojos y me miraba al borde del llanto –Discúlpate.

Gulf on iceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora