Estaba terminando mi última tanda de abdominales y me dediqué a tomar agua, mientras acariciaba al pequeño Chopper, que jugueteaba con los cordones de mis zapatillas, llevábamos casi dos meses entrenando a full y hoy era mi ultimo pesaje, casi como si fuera un boxeador a punto de entrar a una competencia.
Con una sonrisa vi entrar a Mew con dos fuentes de ensalada y dos batidos de frutas, emocionado comencé a comer, mientras el hombre que mas admiraba en la vida, me mostraba unas ideas de música que le gustaría incluir en mi nueva rutina, como siempre me pasaba cuando mi entrenador hablaba, me perdí en lo brillante de sus ojos, en las pequeñas arruguitas que marcaban sus labios, por qué no podía evitar sonreír y en como sus dedos largos y finos, dibujaban figuras en el aire, que de seguro en su mente se veían maravillosas.
- ¿Qué opinas?, dijo enfocando sus orbes color chocolate en mí, haciendo que algo en mi interior se removiera de forma extraña - ¿Cuál prefieres?
-Creo que seguiré tu consejo, dije sabiendo que no había escuchado nada de todo lo que había dicho, así que esta respuesta genérica era la mejor -Me iré a duchar.
-Cuando salgas te quiero desnudo sobre esa pesa, si ya alcanzaste tu peso ideal, podremos en la tarde entrar a la pista de hielo, dijo emocionado recogiendo los tachos de basura y botándolos, dejándome nuevamente nervioso, así que sin saber que decir, me fui a limpiar, mientras el agua eliminaba el sudor de mi piel suspiré, al fin podría volver a patinar y eso me tenía feliz, como perro con dos colas.
Me sequé con cuidado y coloqué mi ropa interior, sólo con eso salí dónde Mew me esperaba al lado de la pesa, con emoción vi como esta marcaba 62, sin que me importara verme poco masculino, di un saltito y me lancé a los brazos de Mew, que de inmediato me acogieron, saltando conmigo como dos críos -Ahora podemos patinar, dije dejando de rebotar cuando las manos del mayor se posicionaban en mis caderas, manteniéndome ahí, fijo y quieto frente a él.
-Me alegra que estés feliz, dijo tragando y dejándome hipnotizado con el movimiento que hizo su manzana de adán al hacerlo -Termina de vestirte y vamos al hielo.
Asintiendo me alejé del calor de su cuerpo y me puse la ropa deportiva, todas las células de mi cuerpo estaban contentas porque me volvería a calzar los patines, así que fue lo primero que hice apenas crucé la puerta de la pista de hielo, la primera vuelta que di a la pista llenó mis ojos de lágrimas, saber que estaba de vuelta y que está vez estaría trabajando con el hombre al que mas admiraba, hacía mi regreso a las competencias real.
- ¿Cómo te sientes?, dijo Mew patinando a mi lado, mostrándome su hermosa sonrisa - ¿Más liviano?
Sin contestar sonreí, para mostrarle mi punto hice un salto triple y caí de forma perfecta, dejando claro que estaba listo para comenzar a ponernos serios -Bien gacela, vamos a estirar para evitar lesiones.
Con seriedad comencé a hacer los ejercicios que me mostraba, sintiendo como cada musculo de mi cuerpo estaba tenso y alerta, por mucho tiempo que pasara, mi esencia era patinar y eso no cambiaría. Luego de calentar Mew colocó música y comenzamos a movernos de forma libre, sintiendo las notas que inundaban el ambiente, olvidándonos del resto, siendo sólo nosotros dos contra el mundo, refugiados en nuestra burbuja mágica de frío y hermoso hielo.
Una serie de aplausos nos hizo salir de nuestra burbuja y enfocarnos en como mi amiga Davika con su enorme sonrisa y ojos emocionados nos celebraba -Esto fue digno de una competencia profesional, dijo dando pequeños saltitos que buscaban reforzar su emocional punto de vista -Estuviste fantástico Kana, no has perdido ni un ápice de talento.
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Gulf on ice
Fiksi PenggemarGulf es un chico lleno de sueños y esperanzas, anhela conquistar el mundo del hielo, al igual como lo hizo Mew, el hombre al que mas admira, no sólo por ser una estrella del patinaje, si no, por que era el ruso más masculino y sexy que había conocid...