Tímido
Armin se encontraba demasiado ansioso para tomarle de la mano.
Estaban volviendo a la cabaña, todos agotados y terriblemente doloridos, no querían nada más que derrumbarse en sus camas.
"Vamos", dijo Jean discretamente. "Sabes que nadie puede vernos, ¿verdad?"
"Y-Yo lo sé", tartamudeó Armin. "Solo estoy preocupado..."
"¿Por qué hay que preocuparse?"
Se sonrojó y esperó que Jean no se diera cuenta, pero por supuesto que sí lo hizo. Armin no sabe por qué tiene miedo o a qué le tiene miedo. A veces se pregunta si tiene ansiedad social, siente que le tiene miedo a la gente en general, incluso a su propia pareja, a la que ama mucho.
En el momento en que Jean agarró su pequeña mano y cerró los dedos con los suyos, Armin no pudo evitar jadear. La mano de Jean es más grande y mucho más cálida que la suya, ligeramente callosa y áspera, pero maravillosa al tacto de todos modos. "¡Jean!" Chilló, avergonzado.
"Está bien", lo tranquilizó mientras caminaban.
Armin encuentra que su propia naturaleza tímida es una verdadera molestia, pero Jean la encuentra inmensamente adorable; le encantaba cuidar de Armin que confiaba tanto en él, para sostener su mano temblorosa y cuidarlo. No le importaba que su relación avanzara despacio. Él sabía que tenía que ser paciente con Armin y Armin sabía que tenía que hacer todo lo posible para complacer a Jean en todo lo que pudiera, incluso si eso significaba salir de su zona de confort.
"Ya llegamos", dijo Jean, desvinculando sus manos cuando se acercaron a la luz de la cabaña.
Ninguno de sus compañeros tenía la más mínima idea de su relación, aunque Eren se quejaba con frecuencia de que Armin siempre quería sentarse junto a Jean en la cena, sintiendo como si lo estuvieran dejando de lado.
Fue asombroso cómo todos gimieron de dolor y se lanzaron a sus camas tan pronto como tropezaron por la puerta, nadie ni siquiera se molestó en cambiarse la ropa. Hoy había sido el día más difícil hasta la fecha, Armin podía sentir una ligera quemadura en cada músculo de su cuerpo, sus pantorrillas le dolían a medida que se tensaban con cada paso.
Antes de dirigirse a su propia litera, Jean se acercó a su oído y susurró, "Cuando esté completamente oscuro, quiero que vengas a acostarte conmigo".
"¿Por qué?" Armin preguntó en voz baja, con mariposas en el estómago. "Todavía no me siento lo suficientemente cómodo si tú quieres ir... um, ya sabes, más lejos".
"No haré nada que no te guste", lo tranquilizó en voz baja. "Solo quiero que estés conmigo. Te juro que no voy a molestarte".
Armin sonrió. "Está bien. Deja tus zapatos al lado de tu cama, así sabré dónde encontrarte".
...
Por supuesto que era arriesgado. No había forma de estar seguro de que todos los demás estaban dormidos. El hecho de que Bertolt roncara fue una pista útil, pero en cuanto a todos los demás, estaban en la oscuridad, literalmente.
Armin se arrastró cautelosamente fuera de su cama, el suelo frío contra sus pies descalzos. Había reunido la energía suficiente para cambiarse a una camisa suelta y cómoda, tirando su ropa debajo de la cama mientras su cuerpo se rendía por completo tan pronto como golpeaba el colchón. Pero ahora, aquí estaba, levantándose de nuevo.
Deambuló hacia la derecha y en poco tiempo, pateó accidentalmente el par de botas que Jean había dejado junto a su cama. "Jean", susurró, y el castaño se sentó en respuesta.
"Hola". Levantó la manta y agarró su muñeca, tirando de él hacia la cama. "Aquí, acomódate como quieras".
Armin sonrió mientras sentía un par de brazos fuertes envolviendo su pequeño cuerpo. "Gracias, Jean".
Era la primera vez que compartían la cama. Jean se dio cuenta de cómo Armin se iba tranquilizando mientras él pasaba sus dedos por su cabello dorado, presionando su nariz contra su cabeza e inhalando su dulce aroma mientras sus fuertes manos se envolvían alrededor de su abdomen. Armin podía decir que no se sentía nervioso, solo tenía sueño y se sentía relajado, se sentía protegido ante la seguridad que le brindaban los brazos contrarios más el calor de la manta envolviéndolos a ambos. Juntaron sus piernas, rozando una contra la otra.
"Esto es agradable", susurró Armin, inclinando su cara más cerca del cuello de Jean y suspirando contra su clavícula.
"Te amo, Armin", dijo Jean en voz baja mientras acariciaba su mejilla, esas palabras aún no eran muy familiares para ellos. Solo lo había dicho una vez, sabiendo muy bien que las acciones decían más que mil palabras.
En poco tiempo, Armin empezó a quedarse dormido contra él, su pecho subiendo y bajando mientras mantenía una respiración tranquila. Jean metió lentamente una mano dentro de su camisa y Armin jadeó al sentir los dedos ajenos frotándose contra su estómago, no se lo esperaba. "Lo siento si te asusté", se disculpó Jean.
"No, está bien", le aseguró Armin, inclinando la cabeza hacia atrás para que sus mechones rubios le hicieran cosquillas a la barbilla de Jean. "No me importa".
"¿Te gusta...?" Jean le susurró al oído, todavía frotando la palma de su mano contra su piel.
"Sí, sí me gusta". Está casi completamente oscuro en la habitación, pero Jean puede sentir la sonrisa de Armin. Nunca antes se había sentido tan cerca de otro ser humano, nunca había sentido tanta afinidad por nadie. Está aterrorizado de perder a este precioso angelito al que tanto aprecia, y por un momento se rehúsa a la idea de salir de la cálida cama, porque en este momento, todo es perfecto. Tan suave, dulce e inocente.
Autor/a: multibean
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Jearmin one shots
FanfictionLas historias no me pertenecen, las traduzco de ao3. La portada tampoco me pertenece. Créditos a los creadores originales.