Roier es hijo único del dueño de una de las empresas más ricas y famosas de la ciudad. Tiene que ser obligado a casarse con algún Alfa digno, ya que al ser Omega, no podrá heredar el negocio familiar. Él no está del todo de acuerdo con eso, ya que é...
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Desperté poco a poco, notando cómo la luz del día se colaba por la cortina transparente color blanco, me incorporé en mi lugar, estirando mis músculos para así despertar del todo. observé mi alrededor, dándome cuenta de que me encontraba solo, Mariana no estaba a mi lado como todas las mañanas, aunque normalmente yo era el que se levantaba primero, quité las sábanas de mi cuerpo, me levanté de la cama, me coloque las pantuflas de conejito de mi mejor amigo y salí en su búsqueda.
Lo primero que revisé fue la cocina, pero solo me encontré con una mujer, la encargada de la comida, haciendo la comida -valga la redundancia-, lo segundo fue el comedor, donde no encontré a nadie, y por último, la sala de estar, en donde ahí si estaba. Me acerqué a él y me senté a su lado, Mariana al verme me regaló una sonrisa, la cuál le correspondí sin ningún problema.
-ey, al fin despiertas, que tal dormiste?-
Preguntó, una sirvienta me acerco una taza de lo que parecía ser un té, le agradecí amablemente y tomé una tostada de la mesilla ratona frente a nosotros
-Pues bien, mejor que muchos días atrás-
Asintió a mis palabras, observé el enorme ventanal, el cual daba al patio de la casa, el en cuál se encontraban la piscina, la zona de parrilla y demás. detrás de este, estaban las vistas al enorme lago que estaba rodeado de las montones de mansiones del barrio rico y millonario. Eh de decir que Mariana tiene una de las mejores casas del lugar, y lo mejor de todo, es que es un Omega manejando una casa propia, sus padres confiaban mucho en él, dejandolo vivir solo aún siendo uno de los Omegas solteros más famosos de la ciudad, luego de mí desgraciadamente.. pero claro, todo era diferente en nuestras vidas.
-Anoche te quedaste dormido en los brazos de tu amado, por si te lo preguntas, él se fue luego de eso, dijo que prefería no quedarse- contó, mis mejillas se sonrojaron tras oír esas palabras- me hace gracia que luego de verte hasta el alma prefiera irse, se que te hubiera gustado que se quede abrazándote-
-Callate, entiendo que quiera irse, todo esto es tan repentino-
-pero no te pusiste a pesar lo que pasará después? Van a tener un cachorro, que es lo que tienes pensado Roier?-
Baje la mirada pensando en sus palabras, realmente no lo sabía con certeza, no me veía luego de habérselo dicho a mis padres, me sentía bien en casa de Mariana, aquí es donde podía vivir mis fantasias, pero luego tenía que volver a la realidad, y eso era tener que contarle a papá L sobre mi embarazo, y si soy sincero, tenía miedo.
-a mí me encantaría hacerme cargo de ti y del pequeño, pero no puedo hacerlo todo, sabes cómo es la maldita sociedad, tienes que hablar con tus padres Roier-