ENGAÑADO [YM, KM]

Prólogo

— ¿Jimin?

El nombrado se quedó paralizado, su corazón empezó a latir descontroladamente y su cuerpo tembló. Se volteó lentamente viendo por fin a aquella persona que le había mentido por años.

— ¿Her-Hermano... Qué haces aquí? — Pronunció con lentitud dibujando una sonrisa nerviosa por último.

El mayor no respondió, se acercó unos cuantos pasos pero se detuvo en secó cuando el rubio empezó a retroceder.

— ¿Jimin?

Está vez sin dudarlo corrió por el extenso caminó pero no contaba en qué su hermano lo siguiera. Las piernas de su hermano eran más largas y él era mucho más ágil sin duda en cuestión de segundos sería atrapado.

Y así fué, lo sujetó del ante brazo y se lanzó hacia él, cayeron ambos al suelo, Jimin empezó a forcejear con todas sus fuerzas ya asustado por el contrario.

— ¡Suéltame! — Exclamó. — ¡¿Quién diablos eres, Jungkook?!

Sus manos fueron atrapadas rápidamente con una del mayor y se posicionó entre sus piernas. Sus miradas se mantuvieron conectadas hasta qué lentamente el de cabellos negros empezó a inclinarse aún más.

Jimin intentó quitar sus manos y pataleo. Sentía la respiración del contrario encima de sus labios a un par de centímetros y a una de esas manos juguetonas recorrer su abdomen hasta llegar a su cadera.

Sus ojos se agrandaron en señal de sorpresa y desesperación ¿Acaso Jungkook trataba de besarlo? ¿Por qué? Había vívido la mitad de su vida creyendo qué él era su hermano perfecto, pero... ¿Por qué? ¿Por qué ahora todo parecía tan incoherente y una completa farsa?

Justo cuando sus labios serían tocados volteó la cabeza a la derecha rápidamente, Jungkook enseguida se enojó y dejó de tocar el abdomen del chico para sujetar su mentón y obligarlo a verlo.

— Me perteneces Jimin. — Dejó lentamente un pequeño piquito en una de sus mejillas regordetas y sonrió dulcemente.

— Eres mi hermano ¡Somos familia!

— ¿Eso importa? — Sus miradas se conectaron una vez más.

La distancia se cortó y finalmente tocó sus labios, un simple beso pero esté cada vez se volvía uno hambriento. Los pomposos labios del rubio lo estaban enloqueciendo, ese sabor dulce empezaban a despertar sus más grandes deseos de corromperlo, devorar cada milímetro del pequeño cuerpo.

Mordió el labio inferior del rubio eh introdujo su lengua escuchando un pequeño quejido. Jimin no dejó de moverse y de querer retirar su rostro, pero cada vez el tacto de Jungkook en su cuerpo se volvía aún más fuerte.

Parecía una pesadilla, una pesadilla para el rubio. Sus labios temblaron en busca del labio inferior de Jungkook quién pensó qué él al final sedería, al tenerlo entre sus dientes lo mordió con tanta fuerza qué podía jurar qué lo arrancaría.

El mayor se separó una distancia considerable junto con un jadeó de dolor, el rubio aprovechó y sin pensarlo dos veces le dió un rodillazo en los bajos.

Otro jadeó, Jungkook cayó de costado al suelo sujetando a su amigo adolorido mientras veía como Jimin de un rápido movimiento se levantó y salió corriendo a toda prisa.

Sería difícil tenerlo debajo suyo una vez más, sería peligroso si reaccionaba de la misma manera.