ENGAÑADO [YM, KM]

Capitulo 13: "Piscina"

— Llegamos.

Jimin sostiene mejor su mochila, se la pone en hombros y abre la puerta de la camioneta, sale con cuidado y da la vuelta al vehículo para despedirse del mayor.

— Regresa con cuidado.

— Si me alcanza el tiempo vendré, tengo una cita así qué quizás me demore y lo más seguro sea que vuelvas por tú cuenta a casa. — Se mira por el retrovisor, arregla su flequillo en hondas poniéndolos a cada lado de su rostro.

— Me mandas un mensaje.

— Bien. — Mira al rubio, alarga la mano y desordena sus cabellos. — Estudia mucho, oficial.

— Sí, hasta luego, hermano.

Una última sonrisa.

La camioneta negra llamativa se pone en marcha. Jimin no pudo evitar sentirse curioso todo ese tiempo qué estuvo con Jungkook. Él estaba vestido de unas ropas formales, un espléndido traje gris y unos bonitos zapatos negros relucientes, ademas de qué tenía el aroma de su perfume más caro. ¿A dónde iría tan elegante?

El vehículo ya no es visible.

Jimin voltea a la casa de Ho-Seok, una casa muy moderna de dos pisos, una terraza muy grande, paredes blancas y grandes ventanales polarizados.

La madre de su amigo es dueña de una joyería, no tan destacada pero lo suficiente para ser reconocida en Corea. El padre de Ho-Seok, un profesor de literatura qué muy pronto podria ser director en su institución, según Ho-Seok.

Lo qué más le gustaba de la casa del de cabellos marrones, es el increíble patio, ¡Incluso tiene tres árboles de cerezo y también arándanos por todo el sector!

Saca su teléfono del bolsillo de su pantalón.

9:14 am.

Su mejor amigó debía de bajar en un minuto. Acordaron en encontrarse a las 9:15 de la mañana a fuera de su casa, luego tomarían un taxi hasta la casa de YoonGi.

La puerta de la casa se abre.

Ahí va saliendo un apresurado peli-marron.

— ¡Presidente, corre!

Apenas pudo ver en como una chica iba persiguiendo a Ho-Seok con una escoba entre manos.

El rubio reacciona y se echa a correr.

— ¡Pequeño desgraciado, te partire la espalda!

Los dos chicos están por voltear en una de las esquinas. Jimin voltea un poco la cabeza, aquella chica deja de perseguirlos, parece muy cansada.

Esa es la hermana mayor de su amigo.

— ¡Hey! ¿Qué hiciste? — Pregunta sin dejar de correr él rubio.

— Rompí su paleta de sombra para los ojos.

Van deteniéndose, ahora caminan.

— Ella parecía muy molesta. — Murmura inhalando y exhalando más profundo.

— Esa paleta es muy costosa pero ¿Quién le manda a ponerlo en un lugar tan alto? — Respira profundo y exhala de golpe.

— Seok, siempre te metes en  problemas. — Dice con un tono burlón y casi sin aire.

— No es verdad. — Rebusca en sus bolsillos. — Maldición, apenas traje mi teléfono. Bueno, ¿A dónde iremos?

Jimin mira de reojo la calle, busca las palabras adecuadas para decirle a su amigo qué irían a la casa de Min YoonGi. A Ho-Seok claramente no le va a gustar la idea de ir, pero tal vez lo convencía si ponía los grandes beneficios qué abría si van.