— Gracias mamá, estuvo delicioso. — Se levantó tomando su mochila.
Comer bollos de carne en las mañanas era increíble, la comida qué hacia su madre era tan suculento qué estaba seguro qué nada se podía comparar, ni el mejor cheff haría algo igual como las comidas qué le servía su madre, una delicia culinaria.
— ¿Te irás ya? — Preguntó la mujer mientras servía un poco de arroz en otro plato.
— Sí, tengo una exposición a primera hora.
— Mamá, ¿Has visto mi corbata azul? — Preguntó un alterado Jungkook que iba entrando a la cocina.
— La dejé encima de tú cama.
— ¿Enserio? — Se volvió hacia Jimin. — ¿Te vas?
— Si, tengo exposición-
— Deja, busco mi corbata y te llevó.
Salió apresurado el más alto dirigiéndose en una corrida hacia su habitación. El rubio no dijo nada, agarró el basó de cristal con leche y lo bebió en un largó sorbo.
— ¿No quieres qué te aliste un poco en tú lonchera para qué lleves? — Soltó tranquilamente la mujer dejándose caer en una de las sillas.
— No te preocupes mamá, estoy tan lleno qué no creo poder comer más luego, mis botones saldrían volando. — Dejó el basó. — ¿Y papá?
— Ya sabes cómo es. Salió muy temprano y apenas bebió un poco de café. — Tomó los palillos y empezó a comer el arroz.
— Papá es muy trabajador-
— ¡Jimin, vamos!
— Hasta luego, mamá. — Se despidió mientras salía rápidamente de la cocina apenas escuchando la respuesta de su madre.
Ambos salieron de la gran y bonita casa de dos pisos, Jimin fue el último en salir y como también cerrar la puerta principal. Entró en el coche de Jungkook poniéndose el cinturón de seguridad por último.
La camioneta se puso en marcha a los segundos, Jungkook aún vota leves quejidos mientras trata de arreglarse la corbata mal echa.
Y él rubio, pues... Él solo se dedicó a ver el exterior por la ventana polarizada.
Las calles están casi llenas por los estudiantes y personas qué se dirigían al trabajo, era una fortuna qué su hermano lo llevase al colegio, no tendría qué ir aplastado en el autobús.
Aunque cada vez qué Jungkook lo lleva de alguna forma mágicamente algunos de sus compañeros de clases se acercaban a la camioneta para saludar al peli-negro. Era molesto, era molesto tener qué escuchar los halagos hacia Jungkook ¡Jimin estaba ahí! ¡El también era un chico! ¡Él también era guapo! ¡Él era un rubio natural y tenía unos bonitos ojos verdes! ¡Ojos verdes! ¡¿Qué de bueno tenía su hermano?! ¡NO TENIA NADA DE BUENO!
Si, Jimin quería gritar a los cuatro vientos y liberarse cómo también le entraban muchas ganas de golpear y gritarle a su hermano.
Jungkook se roba todos los ojos, se robaba el corazón de cierta chica qué a él le gustaba.
Pasaron unos pocos minutos y ya llegarían a la gran institución en dónde estudia el pequeño rubio.
— Hermano, déjame en la esquina de la otra callé. — Señaló a una de las esquinas lejanas de la secundaria.
— Vale. — Se estacionó en dónde indico el menor.
Jimin bajó cerrando la puerta con cierta fuerza y rodeó la camioneta para despedirse adecuadamente de su hermano mayor.
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ENGAÑADO [YM, KM]
Fanfiction¿Cómo te sentirías al saber qué has vivido con unos completos desconocidos qué se auto llamaban familia? Jimin vivió casi media vida creyendo qué ellos eran sus padres y hermano mayor, pero todo era una completa farsa. Y lo peor de todo su "hermano...